Samuel Carmona está de vuelta. El púgil grancanario, que hizo historia con su participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, se coronó ayer como campeón de España en 56 kilos, en el peso gallo, en el certamen nacional que ha acogido Badajoz durante la última semana. Carmona se impuso en la gran final a Antonio Barrul, representante de Castilla y León, y tras remontar en la pelea decisiva pues, como reconoce, no tuvo un buen comienzo, lo que le hizo perder el primer asalto. ‘Tuve que dar lo mejor que tenía para poder imponerme a mi adversario, que exigió muchísimo. En realidad, a estas alturas, con todo lo que hay en juego, no me sorprende el gran nivel de todos’, aclaró tras su triunfo.
Carmona, que ha tenido que salvar tres eliminatorias previas además de ganar a Barrul para subirse a lo más alto del podio, admite que este campeonato «tiene un sabor muy especial» porque le da continuidad a un año 2019 en el que está volviendo a recuperar sensaciones: ‘Subí de peso para sentirme más cómodo compitiendo y, la verdad, estoy notando un cambio para mejor en todos los aspectos. Atrás he dejado las lesiones, que me hicieron bastante daño en su momento, y creo que estoy en un punto de mi carrera en el que vuelvo a sentirme capaz de lograr todo lo que me proponga. Con el oro de Badajoz ya son tres los que he logrado en los Nacionales de Boxeo y, además, el pasado mes de mayo gané el torneo Boxam de Castellón, también de gran prestigio. En tres meses me he llevado dos grandes alegrías que me dan muchísima confianza’, insistió.
Ahora bajo la supervisión de Carlos Formento, Carmona regresará mañana a Gran Canaria para continuar con su preparación y con el reto del próximo Campeonato del Mundo en mente: ‘Tengo el tiempo justo para saborear todo esto porque el calendario no para y debo seguir manteniendo la ambición. Con 23 años es imposible que me falten fuerzas e ilusiones’.