«El lenguaje antigitano anuda, en una interacción viscosa, la degradación moral, la minorización racial y la alusión criminal. El gitano y la gitana serían eternamente malos, y lo serían por naturaleza, y por tanto inmutablemente culpables: tal es el marco racista desde el que se interpreta al arquetipo de «lo gitano». Por supuesto, el antigitanismo acepta excepciones, y la sociedad dominante no deja de celebrarlas. Mas tras el elogio a cada excepción, se encuentra de fondo esa sombra: cuánto vale este sujeto que, pese a ser gitano, es bueno, y por tanto es inocente, quizá contra su naturaleza y su cultura.»
José Luís Moreno Pestaña
En este libro Ismael Cortés nos plantea que las múltiples formas de discriminación contra el pueblo gitano: exclusión, marginalidad y pobreza, son posibles gracias a un sistema simbólico de jerarquización étnico-racial: el antigitanismo. Este sistema simbólico tiene fuerza de ley, es decir, tiene la capacidad de regular las relaciones entre las personas gitanas y no gitanas, tanto en el nivel social como en el nivel institucional. Desde una dimensión histórica, institucional y mediática se repasan los diversos mecanismos que permiten la discriminación de las y los gitanos en el Estado español y los elementos que pueden posibilitar el fin de esta discriminación.