Una placa recuerda, en la Chancillería de Valladolid, a las víctimas de la Gran Redada gitana de 1749

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La fachada del edificio de la Chancillería de Valladolid muestra desde este viernes una placa en recuerdo de las personas de etnia gitana que fueron víctimas, el 30 de julio de 1749, de la conocida como ‘Gran Redada’ (Baró Estaripen), una operación de aprisionamiento autorizada por el rey Fernando VI.

La placa se ha descubierto en cumplimiento de una moción aprobada en el Pleno municipal del pasado mes de abril con votos a favor de los grupos Socialista, Popular, Ciudadanos y la abstención de Vox, y se ubica en el edificio histórico que actualmente alberga la Biblioteca Reina Sofía de la Universidad de Valladolid y que en la antigüedad fue la cárcel de la Real Chancillería.

Al acto han asistido, entre otros, el alcalde de la ciudad, Óscar Puente; representantes del equipo de Gobierno y de los cuatro grupos políticos que apoyaron la moción; el rector de la UVA, Antonio Largo Cabrerizo; y miembros de cuatro asociaciones de personas etnia gitana. La placa se sitúa en un lugar simbólico ya que consta que en la antigua prisión de la Chancillería fueron internados algunos de los gitanos que resultaron presos en la citada operación de la ‘Gran Redada’, también conocida en su momento como ‘Prisión General de Gitanos’. (Baró Estaripen)

Como ha recordado en declaraciones a Europa Press la concejal delegada de Convivencia y Mediación Comunitaria del Ayuntamiento Carmen Jiménez Borja, la placa busca dar a conocer un hecho que resulta desconocido para gran parte de la población, incluso para muchos jóvenes gitanos y también para destacar la aportación de este grupo étnico a la sociedad vallisoletana. «Es un día importante para los gitanos de Valladolid, quienes hoy pueden ver reconocida su historia ante la sociedad, y ven también como se rinde homenaje a sus antepasados», ha recalcado Jiménez, quien ha incidido en el dato histórico de que a lo largo de la historia se han sucedido «más de 200 leyes anti gitanas». Pero, pese a todo, el pueblo gitano sigue «aquí».