Elena Sirbu, periodista y activista romaní, estaba a punto de subirse a un avión que viajaba de Moldavia a Berlín el 6 de abril hasta que contestó a una llamada en romaní, su lengua materna. “En un momento dado, un individuo se me acercó y me dijo que era agresiva. Los empleados del Aeroport Handling y Border Police decidieron no dejarme subir al avión solo porque soy romaní, parezco romaní y hablo romaní en espacios públicos”, cuenta Elena.
Justamente, la periodista y activista viajaba a Alemania para participar como experta en una conferencia transnacional feminista Rroma del 6 al 8 de abril a la que había sido invitada. Maritha Marques y Aurora Muñoz, activistas reconocidas por su lucha contra el antigitanismo denuncian la doble violencia que sufren las mujeres gitanas: “El antigitanismo de género. Ese que hace que la mujer gitana siempre sea objetivo en los espacios públicos. Expuesta a la ignominia pública por ser lo que es; gitana”. Maritha y Aurora reclaman protección, reconocimiento y justicia para las mujeres gitanas.
Ambas activistas dejan una reflexión en sus redes sociales sobre lo que implica hablar romaní en espacios públicos como acto de resistencia a una historia de discriminación y aculturación: “No entender nuestra lengua les parece una amenaza al control que están acostumbrados a tener sobre nosotros, para ellos representa una perdida de poder y una manera de sublevarnos”.