“Me sale la gitana”

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Confieso que soy un fan seguidor encadenado al programa de Antena3 TV titulado “Tu cara me suena”. Los viernes por la noche me paso las horas divirtiéndome con este programa magníficamente realizado por Tinet Rubira y Laia Vidal con la presentación perfecta de Manel Fuentes.

Después de una semana de trabajo no siempre fácil, agobiado por la actividad que desde la Unión del Pueblo Romaní realizamos, a la que hay que añadir que estoy volviendo a la primitiva condición nómada de mi gente, —esta semana he estado en Barcelona, en Sevilla y en Jerez de la Frontera— sentarme en el sofá junto a mi perro “Lucky” a ver “Tu cara me suena” no solo me relaja, sino que me divierte.

Pero esta semana mi fiel interés por el programa televisivo ha alcanzado mi mejor cota de aplauso cuando vi la versión que hizo Miriam Rodríguez de la canción titulada “La Gitana” cuya intérprete original es India Martínez.

Quién es cada quien

Míriam Rodríguez

Miriam Rodríguez me encantó. Y no solo por lo bien que interpretó la canción que le tocó en suerte, sino por la autenticidad con que nos ofreció una ráfaga de cante flamenco, género musical del que no tiene especial conocimiento. Ella misma reconoció que por su origen gallego no ha tenido ocasión de “practicar mucho los tecnicismos del flamenco”. Lo que no fue inconveniente para que encontrara la manera de sacar un quejío que fuera real. Por eso ganó el concurso, porque, aunque ella nunca había visto el duende, según confesó, de repente se le apareció en el plató.

Los miembros del jurado y el público asistente en el programa le dieron la máxima puntuación con lo que se alzó no solo con el triunfo sino con tres mil eurillos que donó a la ONG “Beca Elena Huelva” que trabaja para combatir una forma de cáncer infantil.

India Martínez Fernández

India Martínez

Antes de llamarse India se llamó Jenifer. Nació en Córdoba, en el barrio de Las Palmeras. Un barrio que conozco muy bien y donde quebré mis primeras lanzas antes de la transición política defendiendo los derechos de los gitanos del lugar. India Martínez dice que tuvo una infancia feliz en el seno de una familia “muy bonita.Era una vida muy normal, como la de cualquier niña que nace en un barrio humilde y trabaja y lucha por su sueño”. Por las venas de India Martínez corre sangre gitana … Córdoba tiene esa mezcla, se nota en los rasgos, en las calles, se respira…”

Pese a su juventud, India es ya una veterana de la música española, con sus ocho álbumes, sus discos de oro y platino y su reconocimiento en los premios más prestigiosos, incluidas varias nominaciones en los Grammy Latinos. En un mundo esencialmente masculino como el de la fusión del flamenco con el pop, una mujer de Córdoba, sigue encandilando en las distancias cortas como cuando tenía 17 años, y publicó su LP denominado “Azulejos de lunares”, un trabajo eminentemente racial.

“La gitana” es un grito de guerra que saca lo más puro y auténtico que llevamos dentro

Y ahora vamos a detenernos en la canción con la que Miriam Rodríguez ganó la gala el viernes pasado y que India Martínez la define de forma magistral diciendo que “La gitana es un grito de guerra que saca lo más puro y auténtico que las mujeres gitanas llevamos dentro”

Sí, amigos míos, la canción “La Gitana” es un grito de guerra de todas las mujeres gitanas que he conocido en mi vida, empezando por mi madre, que, siendo joven y viuda, —yo era un niño de muy pocos años— le arrancó un dedo de un mordisco a un “gachó” que quiso abusar de ella.

Gracias a Dios la revolución del Pueblo Gitano —14 millones de personas repartidas por todo el mundo— ya no la harán los hombres solos. Necesitarán a las mujeres porque sin ellas el triunfo no será posible. Las mujeres gitanas han despertado y nada ni nadie podrá dominarlas como en otras épocas. Ellas están aprendiendo a liberarse de los comportamientos machistas.

Seguramente la canción de India Martínez será más eficaz que muchos de los discursos que pronunciamos quienes nos creemos líderes sin, tal vez, serlo.

Ay a ti quién te dijo que te tengo que pedir permiso, ¡no!

Tú ten cuidado con lo que digas
Que a mí nada se me olvida


Ay, mira niño no me des más guerra
Tú no me conoces por las malas
Vamos a hacerlo por las buenas
O mejor no hagamos nada
Que si la sangre se me envenena.
Me sale la gitana
Me sale la gitana

Pero yo no dejo que nadie me pise, pise
Así que empieza la jugada
Tú a mí nunca me verás arrodillada
Y lo que te falta de ética
Me sobra en genética
Me sale la gitana
Me sale la gitana

Gitana
Ah ah ah ah
Me sale la gitana
Me sale la gitana

Nuestro futuro depende de ellas

Que nadie lo dude. Durante siglos las mujeres gitanas han sido las depositarias de nuestra herencia cultural. Gracias a ellas hoy los gitanos y las gitanas podemos sentirnos orgullosos de nuestra historia. Pero, no nos engañemos, el mérito de nuestras madres y abuelas radicaba en su capacidad de resistencia frente a la ignominia y la persecución. Pero los tiempos han cambiado. Mis padres no conocieron la existencia de los teléfonos móviles y nunca vieron la televisión. Hoy las gitanas están al día y utilizan las redes sociales para darse a conocer.

Esta mañana ha venido a verme mi amigo “El rubio”, viejo gitano que me acompañó en la fundación de la pionera Unión Romani hace 45 años. Venía acompañado de su nieta, Gisela, joven gitana que acababa de cumplir 18 años y querían decirme que iba a estudiar en la Universidad de Mondragón. La felicité por su decisión y le pregunté que es lo que quería estudiar. Y ella me respondió sin inmutarse, con una sonrisa fresca propia de su juventud, que quería estudiar Economía y más concretamente “Liderazgo Emprendedor e Innovación”.

Lo que me hizo recordar la canción de India Martínez. Gisela se une al grupo numeroso de gitanas que hoy están presentes en las universidades españolas o que han terminado sus estudios superiores. Esas gitanas que advierten a quienes quieran arrollarlas que se anden con cuidado porque de lo contrario “me sale la gitana”.

Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

Abogado y periodista