La verdad es que hace 50 años se consolidó en España un sentimiento de repudio a la falta de libertades que durante tantos años imperó en nuestro país. La celebración que ahora se conmemora no debe ser el hecho de que en noviembre de 1975 el Jefe del Estado de entonces muriera pacíficamente en su cama. Ese fue un acontecimiento biológico que inexorablemente se había de cumplir. Punto y aparte.
Somos muchos los españoles y españolas, todavía vivos, que recordamos nuestra lucha y nuestras carreras por la Plaza de Cataluña, delante de los grises, reclamando las libertades que no teníamos para defender con eficacia a los más pobres y marginados.
Desde este sentimiento agradezco la invitación que he recibido del Presidente del Gobierno. Han sido 50 años de transformación de nuestro país. Transformación que todavía no se ha completado y por la que hay que seguir luchando hasta acabar con la corrupción y la manipulación de que están siendo objeto algunas de las instituciones de nuestro país.
Yo seguiré esforzándome, mientras pueda, para que mis hijos, que obviamente hace 50 años no habían nacido, puedan decir con orgullo que su padre estuvo en la primera línea para conseguir que hoy podamos disfrutar de una España en libertad.
Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya
Abogado y periodista