Reconozco que me pongo muy nervioso cuando en los actos en que participamos oigo cantar nuestro himno internacional y la gente se pone en pie, pero sin abrir la boca.
Hay que poner fin de una vez por todas a esa anomalía. El Gelem, Gelem se compuso para que lo cante el pueblo, para que lo cante la gente. Lo que no está reñido con que algunos artistas subidos a un escenario lo interpreten como si se tratara de una pieza de ópera.
Hace 50 años, cuando se creó el himno en el Congreso Internacional de Londres, no existía Internet ni teléfonos móviles. Era lógico, pues, que muy poca gente tuviera facilidad para aprenderlo. Pero hoy es muy fácil. Con el móvil, igual que vemos y oímos cantar a Camarón podemos ver y oir como se canta el Gelem, Gelem.
Vamos a pedir a los maestros y maestras de las escuelas donde hay niños gitanos que lo enseñen a sus alumnos. A ver si así lo aprenden también sus padres y sus madres. De verdad que es muy fácil.
Y vamos a empezar haciéndolo el próximo día 29 en el acto oficial de conmemoración de las victimas del Holocausto. Sin miedo.
Un ofrecimiento
Tengo una versión musical para aprenderlo. La grabamos un día bajo la dirección de Moncho, que en paz descanse y por el músico gitano Johnny Tarradellas. Se la enviaremos por WhatsApp a todas las personas de quienes tenemos su número de teléfono móvil.
Y aquellos de quienes no tenemos su número de móvil que nos lo envíen a esta dirección: u-romani@pangea.org y lo recibirán.
Sastipen thaj mestipén (Salud y Libertad)
Te aven baxtalé (Que seáis felices) Tradicional saludo de los gitanos europeos