El parón que la pandemia ha provocado en la venta ambulante, que prácticamente ha finiquitado esta actividad, ha arrojado al desempleo y la pobreza a una buena parte de la población gitana en Canarias, que también ha tropezado con el racismo estructural del sistema a la hora de buscar empleo.
Esta es una de las conclusiones del Informe sobre la Situación Socioeconómica de las Familias Gitanas Residentes en Canarias realizado entre febrero y junio de 2023 por iniciativa de la Asociación de Mujeres Gitanas Romí Camela Nakerar, y que ha contado con el apoyo financiero del Gobierno de Canarias. Un informe que se ha redactado con el objetivo de visibilizar la situación socioeconómica de los gitanos canarios a partir de 335 entrevistas, el 90 por ciento de ellas mujeres de Romí Camela Nakerar.
Con estos datos se ha logrado dibujar un retrato con un grado de exactitud bastante elevado del perfil de la comunidad gitana canaria, lo que en un futuro debería servir para dirigir las políticas públicas en la dirección apropiada, se afirma en el estudio. Para facilitar esta labor se han agrupado los resultados de la investigación en trece cuestiones: estudios, alimentación, vivienda, tecnología, racismo, uso del tiempo, venta ambulante, ingresos, gastos corrientes, empleo, salud, transporte y escolarización.
Aunque en el informe se precisa que Canarias puede presumir de ser uno de los lugares de España donde hay menos racismo con la población gitana —y aunque falten datos que lo confirmen, probablemente también del conjunto de la Unión Europea— también se constata el racismo estructural y coyuntural que afecta a la población gitana en derechos básicos como la vivienda, el trabajo y la educación.
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