¿De dónde sale esta gente? Recuerdo perfectamente los ataques de Maroni en contra de los gitanos hace diez años y ahora otra vez personajes de la liga neofascista. No sé si se llama así, pero es el nombre adecuado. Tampoco sé si llevan camisas negras, pero sí he visto que hacen campañas con biblias y rosarios afirmándose los auténticos católicos y ridiculizando al papa Francisco. También he visto que recientemente con la crisis del Aquarius se han reído abiertamente de España por la solidaridad demostrada. Me pregunto si Salvini se ha leído la Constitución italiana de 1947 que nació tras la barbarie fascista y que prohíbe los censos étnicos. O a lo mejor lo que pretende este individuo es asustar a los pobres gitanos para que huyan de los asentamientos. Pero, de lo que sí estoy seguro es de que este tipo de planteamiento romófobo es contagioso, tan contagioso que puede convertirse en epidemia. Es curioso, aquellas ideas supremacistas que asesinaron a cientos de miles de personas en las guerras mundiales, han vuelto un siglo después.
Los fascistas han vuelto con sus alaridos demagógicos, con sus proclamas fanáticas, con sus amenazas romófobas. Han vuelto, o no se fueron nunca pero ahora tienen el poder en Italia y eso les hace muy peligrosos. Creo que, ante lo que pueda venir, la Unión Europea debería convocar una nueva cumbre sobre la cuestión gitana y España debe abanderarla. La cumbre debe consagrar derechos y garantías para el Pueblo Gitano sancionando a los Estados romófobos. Los juristas siempre decimos que los derechos valen lo que valen sus garantías. Es verdad que los fascistas han vuelto, pero esta vez no debemos esperarlos asustados en nuestras casas sino plantarles cara con las leyes de nuestra parte y las autoridades a nuestro lado. Queridos hermanos, hagámoslo, hagámoslo, antes de que sea demasiado tarde.
Diego Fernández Jiménez
Director del Instituto de Cultura Gitana