Tu hijo de 14 años, Tomás, también es nuestro hijo

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Les ruego que vean este video. Les impactará como me pasó a mí, ayer, cuando lo encontré en Internet. Sin poder retener mis impulsos le envié e Tomás el siguiente mensaje:

Buenos días, sobrino. He visto tu vídeo y he escuchado tus palabras con gran respeto compartiendo tu indignación. Me ha emocionado tu relato y me he sentido orgulloso de ser gitano cuando he oído por tu propia boca lo que son los mandamientos sagrados de nuestro pueblo. Mandamientos que nunca, nunca deberíamos olvidar, porque el día que eso ocurra entonces sí que habremos desaparecido de la faz de la tierra y la humanidad habrá perdido el testimonio vivo de un pueblo que coloca a sus mayores en el lugar del máximo respeto y a la familia como el mayor tesoro que ningún pueblo jamás haya podido alcanzar.

Recojo tu petición de difundir tu video y así lo haremos a los miles de personas que figuran en nuestras bases de datos. Un fuerte abrazo, muchacho. Tu testimonio no ha caído en el vacío.

Son 10 minutos de llanto contenido de un padre gitano, joven, que ve como una parte de la sociedad en la que nos ha tocado vivir, no repara en hacerle daño a un adolescente que nunca podrá olvidar por qué a él le han tratado así.

Juan de Dios Ramirez Heredia.