Patricia Caro tiene 38 años y lleva casi veinte defendiendo los derechos de las mujeres, especialmente de las romaníes, y promoviendo alianzas para fomentar el empoderamiento y los espacios que sirvan para compartir y facilitar la ayuda contra la discriminación y la opresión. Esta psicóloga cofundó la Asociación de Mujeres Gitanas Feministas por la Diversidad y organizó el primer encuentro de mujeres romaníes europeas en la Eurocámara, donde se lanzó la I declaración sobre todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas de este colectivo.
Empezó a defender a las mujeres gitanas cuando se dio cuenta de la discriminación que sufren todas. “El ser consciente de que la situación de desigualdad de las mujeres romaníes es sistemática. Me pasa a mí, a mi prima, a mi amiga, a una gitana de la otra punta de España o de la otra punta de Europa. Todas vivimos cosas muy parecidas. Y entiendes que la única manera de enfrentar todo eso es de forma coordinada, colectiva” explica Caro.
A la pregunta clásica sobre si sigue existiendo mucho antigitanismo en nuestro país, la investigadora comenta que “El antigitanismo en España es la forma de discriminación más hostil y más fuerte de todas las que hay. Diferentes datos oficiales, del Ministerio de Interior y del CIS, muestran que la discriminación gitana duplicó en 2014 y 2016 a la ejercida hacia las personas migrantes en temas como vivienda, empleo, relaciones personales y educación. Y no solo eso, sino que mientras la discriminación hacia la población migrante va en descenso, hacia la romaní aumenta”.
Sobre el tema más polémico que enfrenta a los socios del gobierno en España, la Ley de Igualdad de Trato, Caro opina que tiene muchas debilidades y que no nombra a los gitanos. “Mi única esperanza es que el PSOE abra sus miras porque tiene muchas debilidades, la primera que no es una ley orgánica. Todas las leyes que regulan la igualdad entre las mujeres y los hombres payos son orgánicas porque tratan sobre derechos fundamentales y la única ley que se pretende que sea antirracista es administrativa, es decir, la de menor rango”.
Y sobre si el Pueblo Gitano está integrado en la sociedad o no, Patricia Caro tiene una opinión clara y firme. “No creo que sea cuestión de integración. Nadie quiere integrarse en una sociedad racista. Se trata de cambiar los criterios de construcción de una sociedad moderna, abierta y plural del siglo XXI. Tenemos que entender que no somos grupos separados. Formamos parte de la misma sociedad. Muchas veces se olvida que somos españoles. El antigitanismo es destructivo y antipatriótico, supone mutilar una parte de tu propia identidad. Ese debería ser el primer cambio a nivel de conciencia colectiva. Necesitamos un proceso de sanación de todo esto”.
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