Éste es el tercer volumen de un estudio diacrónico en el que se analiza el tratamiento periodístico de las cuestiones relacionadas con el pueblo gitano en la prensa española. Es la continuación de una iniciativa que fue pionera y arriesgada en su momento, pero que hoy se ha consolidado como un barómetro que registra el modo en que los medios se acercan a los miembros de nuestro pueblo. No se trata sólo de un análisis cuantitativo, en el sentido de registrar el número de apariciones de los gitanos en la prensa, sino que intenta ir un poco más allá, con un análisis riguroso del contenido, de los textos y de las fotografías, que intenta establecer el modo en que los profesionales de la información redactan los temas que afectan al pueblo gitano.
En una sociedad globalizada como en la que vivimos, la importancia de los medios de comunicación como constructores de la realidad social es un hecho incuestionable. Con su trabajo y sobre todo con la difusión de éste, los periodistas pueden contribuir a perpetuar los tópicos que funcionan en la sociedad sobre los gitanos, o pueden acercarse a ellos y, desde la imparcialidad que la deontología de su profesión requiere, abordar los temas de manera limpia, libre de prejuicios y sin estereotipos preconcebidos.
En el caso de los gitanos, la prensa española sigue presentando síntomas de desconocimiento de la realidad actual de nuestro pueblo. Las imprecisiones y la reproducción de determinados estereotipos generalizados sobre el carácter de los gitanos, su modo de vida, sus costumbres y valores, pueden deberse a la asunción de principios de desigualdad o -hablemos claramente- de racismo, pero también a la inconsciencia y al desconocimiento. Esta ignorancia se extiende a la sociedad y alcanza su punto máximo en el momento en que personas que nunca han tenido un contacto personal profundo con ningún gitano se jactan de conocerlos, como siempre, en su conjunto, y difunden burdas mentiras, historias oscuras y leyendas que destacan unas supuestas «cualidades intrínsecas» de los romà, y que se relacionan con el robo, la droga, las leyes propias, etcétera. Que la prensa reproduzca la imagen que muchos racistas se han creado sobre los gitanos contribuye sobremanera a la estigmatización de un pueblo, y provoca, además, que el camino por defender su propia identidad y la reivindicación de que se les juzgue por los hechos que cada cual cometa, como a cualquier otro ser humano, se convierta en una senda llena de escollos.
La responsabilidad que los medios de comunicación tienen ante la sociedad debe ser tenida siempre muy en cuenta a la hora de adjetivar o de incluir prejuicios personales en una información. En cualquier caso, y a pesar de la dureza de los párrafos anteriores, la principal de las conclusiones de este estudio es la tendencia hacia el tratamiento informativo neutro.
Estudios como éste pueden favorecer, y así lo esperamos, a que los profesionales y sus empresas tomen conciencia de la situación y apliquen las medidas necesarias para que la idea que la sociedad española se ha hecho de los gitanos tenga algo más que ver con su realidad. Es necesario y así lo indican diversas investigaciones de carácter internacional.
En este sentido destacamos que la Comisión Europea Contra el Racismo y la Intolerancia, organismo dependiente del Consejo de Europa, solicitó la reforma del artículo 13 de la Constitución española con el fin de «que se garantice explícitamente la igualdad de todos los organismos sujetos a su jurisdicción y no sólo de los españoles». El informe de la Comisión denunciaba que el pueblo gitano, integrado por medio millón de personas, es decir, más del 1% de la población española, «a pesar de tener la nacionalidad y los mismos derechos que los otros españoles, sigue estando desfavorecido y marginado». El estudio hablaba de «discriminación ancestral y particularmente generalizada en lo que concierne a la vivienda». «A menudo -se lee en el informe-, los vecinos obligan a los gitanos a dejar determinados barrios».
Es evidente que entre todos debemos proporcionar la «paz social» a todas las minorías y grupos que viven en el país. Esta voluntad se hace todavía más incuestionable si hablamos de ciudadanos plenamente españoles y con muchas generaciones de antepasados con esta nacionalidad: los romà.
LA PRENSA ESPAÑOLA ANTE EL PUEBLO GITANO
Tendencia a la neutralidad
En este estudio hemos apreciado una clara tendencia a la neutralidad. Este hecho ya lo pudimos apreciar al comparar nuestro estudio del 1995-1996 con el del 1997. Podemos decir que el volumen de textos neutros ha ido creciendo desde el año 1995, en detrimento de los textos negativos. Es muy importante destacar este hecho porque el objetivo último de esta investigación es que los periodistas españoles eliminen cualquier referencia racista en sus informaciones y que sean lo más neutrales y objetivos posible.
Nos gusta pensar que este estudio ha contribuido al cambio que han experimentado las noticias publicadas en la prensa española en estos dos años. Creemos además que las recomendaciones para el ejercicio de un periodismo solidario, que se han publicado en estudios como éste o en el Manual para periodistas, han sido tenidas en cuenta por los profesionales del periodismo.
Inexistencia como fuente informativa y escaso contraste de las informaciones
A pesar de esta tendencia a la neutralidad, es preciso no ser demasiado optimistas. Si por un lado es cierto que los periodistas hacen un esfuerzo por evitar tics racistas, que habían estado muy arraigados en el lenguaje, también es cierto que en muy pocas ocasiones se toman la molestia de consultar a las fuentes gitanas.
En este sentido, las asociaciones gitanas deberían constituirse como portavoces del pueblo rom y ser un punto de referencia para los periodistas a la hora de informar sobre temas que afectan a los gitanos. La consulta a las fuentes gitanas y el contraste de las noticias debería ser un hecho habitual en el quehacer periodístico y no en casos aislados, como ocurre en la actualidad. Ésta, creemos, es la única forma de hacer un periodismo objetivo.
Tematización social más que cultural
Las noticias relativas al pueblo gitano todavía estan demasiado ligadas a secciones informativas muy determinadas. Habitualmente las encontramos en la sección de crónica negra, en relación a asesinatos y agresiones, en la de sociedad, en referencia a problemas de realojos y de convivencia, y últimamente, en la prensa del corazón.
De hecho, en los últimos años se ha producido en la prensa rosa un aumento muy notable del flujo informativo acerca de algunos artistas gitanos como Niña Pastori, Joaquín Cortés y el grupo Ketama, entre otros. Aunque, por un lado, éstas suelen ser noticias amables en las que se trata a estos artistas de forma muy positiva, por otra parte es muy fácil que los periodistas caigan en el estereotipo del gitano artista..
Muy a menudo en estas informaciones se hace hincapié en el duende de estos artistas y en el talento especial de todos los gitanos para el cante y el baile. De esta forma se establecen unas generalizaciones muy perjudiciales para el pueblo gitano. Además, los medios de comunicación dan demasiado muy a menudo una imagen polarizada de los gitanos como si su destino sólo pudiera estar ligado al mundo artístico, la venta ambulante o la delincuencia.
Poca profundización en el tratamiento
La falta de profundización es una de las principales deficiencias de las noticias que hacen referencia al pueblo gitano. Aunque es cierto que los periodistas suelen trabajar muy rápido y con limitaciones de espacio, también lo es que las noticias deben estar en su contexto y que se debe huir al máximo de la superficialidad.
Por otro lado, la falta de profundización poco tiene que ver con la extensión de las noticias o con la cantidad de informaciones que se publican sobre un tema determinado. Un ejemplo de esto lo encontramos en las noticias publicadas acerca del realojo de los gitanos rumanos en Madrid, al que hemos dedicado un capítulo en este libro. Los medios de comunicación españoles publicaron una gran cantidad de noticias sobre este tema. Día a día, la prensa detallaba los hechos que se iban sucediendo, pero en pocas ocasiones se reflejaban en las noticias los testimonios de los gitanos rumanos, y en cambio se daba un gran protagonismo a las instituciones. Y lo más grave: en casi ninguna noticia se explicaba el porqué de la misma. En ningún caso se informaba sobre los motivos por los que los gitanos rumanos habían abandonado su país y cuáles eran sus condiciones de vida en Rumania. En el mejor de los casos sólo se hacía una referencia a la imposibilidad de volver por miedo a las represalias.
Por desgracia éste no es un hecho aislado. Demasiado a menudo los periodistas caen en la tentación de escribir sobre lo anecdótico de la noticia, basándose en criterios de «ventas» y olvidándose de las verdaderas circunstancias y del contexto en el que ha sucedido la noticia.
Tratamiento morboso
Una de las primeras cosas que se enseña en una facultad de periodismo es que si un perro muerde a un hombre no es noticia, pero si un hombre muerde a un perro sí lo es. Sin embargo, la línea entre la excepcionalidad y el morbo puede llegar a ser muy difusa, y a pesar de la importancia de la excepcionalidad, es necesario ser muy escrupuloso para no caer en la morbosidad.
Esta morbosidad está muy ligada a la falta de profundización de la que hablábamos antes. Los hábitos adquiridos por los periodistas y, sobre todo, la comodidad hacen que la eliminación de los elementos morbosos sea una tarea difícil. Las imágenes estereotipadas, como las de niños sucios y descalzos en la calle, todavía están presentes en las noticias relacionadas con el pueblo gitano. Esto lo hemos podido comprobar en el capítulo de Análisis icónico del mensaje.
Desgraciadamente, para los periodistas es más fácil recurrir a los estereotipos que esforzarse en ir más allá en la investigación periodística. Sin embargo, este hecho es muy perjudicial para el pueblo gitano.
En nuestra sociedad, en la que cada vez es más difícil adquirir el conocimiento por experiencia directa, el conjunto de la sociedad se forma la opinión sobre un tema basándose en los medios de comunicación. Así pues, los medios tienen una gran responsabilidad, y es necesario que todos y cada uno de los periodistas sean conscientes de que su trabajo contribuye a la formación de la opinión pública, y que, por lo tanto, deben ser muy cuidadosos y esforzarse para evitar el morbo y los estereotipos.
La formación como instrumento contra el estereotipo
El esfuerzo conjunto de todos los organismos y profesionales que toman parte de manera directa o indirecta en el proceso informativo debe consolidarse en un compromiso para mejorar el tratamiento de los gitanos en la prensa y, por extensión, en los medios de comunicación en general. Este compromiso debe orientarse fundamentalmente en un sentido, el de la formación. La adecuada instrucción cultural de todas las partes implicadas -los periodistas, los propios gitanos, en calidad de fuentes de información o como profesionales de la misma, y, por último, la audiencia- es de vital importancia. Contar con los conocimientos culturales necesarios nos permitirá que los profesionales de la información no reproduzcan estereotipos absurdos, que los gitanos utilicen los medios de comunicación para informarse sobre su pueblo y que los lectores tengan el suficiente sentido crítico para analizar y contextualizar las informaciones.
Formación de los profesionales de la información
La adecuada formación de los periodistas en el ámbito de los derechos humanos irá en beneficio del tratamiento periodístico que reciben las minorías. En el ejercicio de su labor deben aprender a informar de manera correcta sobre las cuestiones que atañen a las minorías étnicas. Además de para no incurrir en errores sobre supuestas costumbres o tradiciones propias de otras culturas, la formación es necesaria para huir de un etnocentrismo demasiado extendido, que resulta hiriente para quienes pertenecen a otros grupos culturales. En España, la minoría más numerosa que vive en territorio español desde hace más tiempo, es la gitana.
Si bien cualquier forma de xenofobia es digna de rechazo, en el caso del pueblo gitano, es además insustancial, ya que si atendemos a la definición de este concepto que establece el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la xenofobia es «odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros». Los gitanos no son extranjeros, poseen la nacionalidad española y residen en España desde hace más de 500 años.
Medios de comunicación de y para gitanos
La compartimentación de los conocimientos, de los intereses y de las necesidades en cualquier ámbito de la vida acarrea la consiguiente especialización de los medios de comunicación. En este sentido es importante la existencia de una prensa de y para los gitanos. Una prensa que se convierta en un referente para la prensa generalista a la hora de tratar temas relacionados con este pueblo y, por otro lado, que constituya un elemento de cohesión para todos los miembros de nuestro pueblo. La prensa gitana es, además, un instrumento para la difusión de la lengua propia, el romanò.
Otro elemento indispensable para que se pudiese oír la voz de este pueblo sería la creación de gabinetes de prensa específicamente dedicados a la realidad gitana, ya que constituiría una herramienta de gran valor para ayudar a la normalización de la imagen que de nosotros se tiene en los medios de comunicación.
Iniciativas como el Romà Press Center, una agencia de noticias húngara dedicada a la cobertura informativa equilibrada de temas relacionados con los gitanos, son un ejemplo a seguir y una manera eficaz de combatir la discriminación existente. Esta agencia, creada en 1995, constituye el primer servicio de información gitana de Europa. Su objetivo es incrementar la toma de conciencia sobre los asuntos y problemas de la comunidad romà, así como llamar la atención de los medios sobre los casos de discriminación. En España, hasta el momento, no se conoce la existencia de ningún gabinete de estas características; la colaboración de las organizaciones gitanas para constituirlo sería sin duda de gran valor, ya que son ellas mismas las que, con la difusión de la información de una manera adecuada, pueden colaborar a que la presencia de los gitanos en los medios se ajuste más a la realidad.
Autorregulación profesional y compromiso instituticional
Tanto desde la Unión Romaní como desde otros estamentos gitanos, se ha repetido infinitamente la importancia de no difundir informaciones susceptibles de provocar la discriminación de toda una comunidad a causa del comportamiento de uno de sus miembros. La autorregulación por parte de la misma profesión, así como el compromiso por parte de las instituciones implicadas en esta cuestión, son dos factores fundamentales en la lucha por la mejora del tratamiento del pueblo gitano en la prensa. En esta línea, la Federación Internacional de Periodistas y otras asociaciones profesionales de ámbito nacional ya han puesto en marcha acciones puntuales en las que se establecen una serie de códigos de conducta y de consejos para actuar correctamente.
Formación de lectores con espíritu crítico
El lenguaje es un elemento de mediatización de la realidad: quien explica una historia, manipula, le pone palabras a lo sucedido. Las palabras seleccionadas serán las que distingan una versión u otra de un mismo hecho. Ésta es la premisa básica de la que parte cualquier análisis del contenido serio. El lenguaje es un instrumento de distorsión, no un espejo, por lo que debemos asumir esta limitación de partida. El periodismo hilvana palabras, no retales de realidad.
Por otro lado, aun cuando los profesionales de la información se esfuercen por explicar la realidad, ésta a veces resulta demasiado compleja como para que pueda entenderse si sólo se dispone de unas pocas líneas y una imagen. Esto en el mejor de los casos; ocurre que a veces los periodistas no ponen tanto celo en explicar lo sucedido y reiteran estereotipos, recurren a tópicos y obvian la verdad. Y ocurre también que, aunque lo intenten, a veces no pueden conocer lo sucedido porque el ritmo de trabajo que les impone su empresa no les permite profundizar más. También puede pasar que el criterio editorial de la empresa no abogue por el derecho a informar y a recibir información de los miembros de las minorías étnicas. Por todo ello es importante desarrollar, especialmente entre los más jóvenes, el espíritu crítico que les permita sacar sus propias conclusiones sobre lo que los medios difunden, poner en crisis lo que leen y oyen, contextualizarlo, saber leer entre líneas y tratar de averiguar qué intereses puede haber tras un discurso periodístico.
Esta labor debe llevarse a cabo desde las escuelas, las universidades y las organizaciones gitanas para conseguir un consumo correcto de los productos informativos, basado en la necesidad de ser críticos con lo publicado en los medios.
EL LÉXICO PERIODÍSTICO
Es necesario evitar términos ambiguos e incorrectos para no incurrir, incluso involuntariamente, en afirmaciones discriminatorias, falsas y ofensivas. El lenguaje común va modelando poco a poco imágenes estereotipadas, que van instalándose en el subconsciente colectivo, alimentando actitudes xenófobas y discriminatorias. Los medios de comunicación deberían tener en cuenta una serie de principios para no distorsionar la verdadera imagen del pueblo gitano. Por eso, cuidar el lenguaje es casi tan importante como cuidar los contenidos. A veces se usan términos para definir aspectos de la vida de los gitanos que un gitano jamás utilizaría. ¿Por qué los periodistas se empeñan en utilizarlos?
ACCESO vs. INTEGRACIÓN. Es necesario ser cauteloso al usar el término integración. Los romà no desean integrarse si eso significa perder sus señas de identidad. Se trata de facilitar su acceso a la educación, el trabajo, la vivienda, manteniendo siempre sus rasgos culturales.
CLAN. Se emplea en sociología para designar a agrupaciones de familias, pero también se utiliza despectivamente para asociar a esas familias con actividades delictivas, especialmente relacionadas con el tráfico de droga. Resulta injurioso asociarlo con los gitanos y debe evitarse.
COMUNIDAD vs. COLECTIVO. Un colectivo es cualquier grupo unido por lazos profesionales o laborales. Es preferible definir a los gitanos como comunidad o pueblo, dado que colectivo no posee ninguna connotación familiar o cultural.
CONFLICTO vs. REYERTA. Parece que algunos periodistas se empeñan en usar esta palabra exclusivamente cuando se produce algún enfrentamiento entre dos o más gitanos, de manera que cuando se emplea se asocia automáticamente a algún miembro de la comunidad gitana. Es preferible utilizar otro término como, por ejemplo, conflicto o enfrentamiento, y en ningún caso añadir el adjetivo gitano.
CONVIVENCIA vs. ASIMILACIÓN Se habla de asimilación cuando un pueblo renuncia a su identidad cultural para mezclarse completamente con la comunidad mayoritaria, mientras que la convivencia está basada en el respeto mutuo y el enriquecimiento cultural, mateniendo la propia identidad.
ETNIA vs. RAZA. La etnia es una comunidad definida por afinidades raciales, lingüísticas y culturales. Es preferible definir a los gitanos como etnia en oposición al término raza, de connotaciones racistas. Las razas humanas son definidas como grupos de seres humanos que por el color de su piel y otros caracteres se distinguen en raza blanca, amarilla, cobriza y negra. Es una definición biológica que no contiene ninguna referencia a la cultura, a la lengua ni a la historia.
GADYÈ Es el término con el que los gitanos de todo el mundo denominan a los no gitanos.
GRUPO vs. TRIBU. Desde su llegada a Europa el pueblo romanò se organizó en grupos, que hoy en día todavía perduran, aunque han sufrido una evolución. No es correcto hablar de tribus sino de grupos gitanos: Sinti, Kalderash, Lovari, Manouche y Kalè. Éstos son los grandes grupos gitanos. Los romà son un pueblo heterogéneo en el que existen grupos distintos según el área geográfica que ocupan, sus costumbres y la variante dialectal del romanò. Es adecuado referirse a todos estos grupos, genéricamente, como romà.
HOMBRE DE RESPETO vs. PATRIARCA. El término patriarca se refiere al título de dignidad que les es concedido a algunos obispos o fundadores de órdenes religiosas. Es cierto que también existe una acepción de esta palabra para definir a aquellas personas que por edad y sabiduría ejercen autoridad en una familia y en una colectividad. Sin embargo, sólo parecen usar la palabra patriarca para hablar de los gitanos, precisamente, quienes no son gitanos. Es preferible hablar de gitano viejo u hombre de respeto.
ITINERANCIA vs. NOMADISMO. Hoy la mayoría de gitanos son sedentarios. Pero algunos grupos realizan actividades itinerantes casi siempre por motivos comerciales y dentro de un mismo país. Cuando hablamos de personas itinerantes podemos encontrar no sólo a gitanos, sino también a los travellers de Irlanda y Reino Unido, los taters de Noruega, los mercheros de España y los Woonwagengewoners de Holanda.
LEY GITANA. Es un código jurídico basado en la costumbre, que se transmite de padres a hijos, cuya aplicación no se basa en la coactividad sino en el respeto hacia quienes solucionan los conflictos, que son hombres mayores de reconocido prestigio entre la comunidad gitana. La Ley Gitana se aplica sólo en el ámbito de la comunidad gitana y casi exclusivamente en el terreno de las relaciones familiares.
OLEADA/FLUJO. Son términos que, cuando se habla de quienes llegan en busca de asilo, sin ofrecer ninguna información relevante, construyen una imagen dramática y caótica totalmente innecesaria. Hay que evitar emplear este tipo de expresiones que sólo sirven para exagerar, dramatizar y predisponer a la opinión pública.
ROM. No es necesario usar siempre el término gitano. Podemos utilizar la misma palabra en romanò, y hablar de un hombre rom o una mujer romì, con sus plurales, romà y romnià, respectivamente.
ROMANÒ. El adjetivo para calificar la gitanidad de algo o alguien es romanò para el masculino, romaní para el femenino singular y romanè para ambos plurales. El romanò es la lengua propia de los gitanos, que tiene sus orígenes en el sánscrito y que ha desarrollado varios dialectos.