En el debate público actual, hay muchos conceptos importantes que se vacían de contenido y cuyo significado se pervierte porque hay representantes públicos más preocupados en las medidas cosméticas que en la finalidad última que dicen perseguir. Sucede de manera clara en el caso de la defensa de la Igualdad, un derecho que a mi juicio debería reivindicarse siempre desde una perspectiva integradora y de cohesión.
Es por ello que me ha llamado la atención que la nueva ministra de Igualdad, Irene Montero, haya decidido excluir de los altos cargos de su ministerio a los hombres. A raíz de ello me pregunto ¿Sería integrador que solo los gitanos pudiéramos trabajar por la defensa de la igualdad del pueblo gitano, ¿Sólo las mujeres podemos defender la Igualdad entre hombres y mujeres? Como mujer gitana con amplio recorrido en la defensa de los derechos de mi pueblo, me parece una posición insensata y discriminatoria.
Conozco a muchos expertos no gitanos que son totalmente necesarios para lograr el alcance de la igualdad de trato y oportunidades de esta minoría. Lo mismo sucede con los expertos de cualquier otro ámbito. También en el de género.
¿Tiene algún sentido, después de todos los avances que hemos conseguido, volver a algo tan antiguo como que hay objetivos sólo de los hombres y otros solo de las mujeres? Dicho de otro modo, a mi juicio, no tiene nada de igualitario excluir a los hombres en los altos cargos precisamente del Ministerio de Igualdad. De hecho, excluir del debate de la igualdad a colectivos concretos porque no forman parte de minorías o grupos vulnerables, es igual de injusto que hacerlo con aquellos que sí forman parte de ellos.
Creo que la apuesta clara debe ser que trabajemos juntos, que promovamos que las personas y grupos afectados formemos parte activa, pero nunca excluyendo. Realmente flaco favor haríamos a la sociedad y a los grupos vulnerables si se crean compartimentos, al final, la consecuencia podría conllevar mayor exclusión.
El enfoque integral en esta materia –sea igualdad de género, de raza, origen, o grupo social– es totalmente necesario, me parecería un retroceso en el campo de la igualdad, abordar esta materia de derechos fundamentales dividiendo a nuestra sociedad por grupos de población, hay que trabajar teniendo en cuenta toda la sociedad y la especificidad de los colectivos que la conforman, pero nunca dividiendo.
Desde Ciudadanos proponemos trabajar por la Igualdad con una mirada intercultural e inclusiva. El desarrollo de nuestras propuestas se basa en transversalizar la igualdad en todos los ámbitos: educación, empleo, vivienda… Además, claro está, de contemplar la especificidad de determinados grupos de población. No consideramos respetuoso con el derecho a la igualdad excluir a nadie, no sería una manera avanzada y realista de afrontar la cohesión social y el respeto a los derechos fundamentales.
La sociedad no avanzará en igualdad si para defender los derechos de unos, vulneramos los derechos de otros, si enfrentamos y no adoptamos miradas interculturales. La desigualdad la pueden producir muchos factores (la pertenencia a un colectivo sobre el que pesan los prejuicios y estereotipos, estar en situación de pobreza, ser mayor, tener una discapacidad, tener una determinada orientación sexual, ser mujer, vivir en un pueblo etc.) y el trabajo tiene que hacerse desde un punto de vista inclusivo.
Hay que hacer una llamada de atención al avance en igualdad real con una mirada inclusiva y cohesionadora. El empoderamiento de determinados grupos es necesario, hay que promoverlo, pero nunca pisoteando los derechos fundamentales de otros. En Ciudadanos siempre lo hemos tenido muy claro: la verdadera igualdad no es empezar a repartir carnés de signo contrario, sino dejar de repartirlos para que todos seamos verdaderamente iguales.