Veinticuatro meses antes, entre veinte y treinta mujeres gitanas, colectivo mayoritario en esta Cooperativa, iniciaban la recogida de aceite vegetal usado en el barrio coruñés de Monte Alto, con el apoyo de la ONG Arquitectura sin Fronteras, de las entidades del barrio, de su Asociación de Vecinos y de muchas personas que se implicaron directa o indirectamente en aquel proyecto piloto. Hoy, Mulleres Colleiteiras está reconocida. Recibió el accésit del Premio Nacional Juntas por el Clima (2019) y la Palma de Oro de la Plataforma LaTeuaTerra (2018). Su crecimiento es prueba del funcionamiento ejemplar de las economías social y circular que rigen esta empresa, que comenzó con 20 puntos de recolección y que hoy cuenta con 65, que se ampliarán este año a 85, distribuidos por toda A Coruña, Oleiros, Arteixo y Ferrolterra.
En el año 2017, Mulleres Colleiteiras recogió 43.994 kilos de aceite vegetal usado. Este año llegarán a los 130.000. Esta es su historia. «Vivo la experiencia de saber lo que es trabajar, es una oportunidad», cuenta Montserrat, gitana de apenas veinte años, cuando se le pregunta por este trabajo. Sonia, su compañera, de la misma edad y también gitana, responde así: «Es una experiencia nueva. Nunca había trabajado. Nos estamos independizando. Para nosotras es más difícil».
La conciliación es lo primero. La llevamos a cabo individualmente, adaptándonos a la situación de cada trabajadora, a su problemática. Sonia y Montserrat viven en el poblado gitano y desean independizarse», explica Susana Pena Liaño, gerente de la Cooperativa.
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