La familia del ‘bebé milagro’ de La Corredoria, Noé Rosillo, solicitará el archivo del caso con el objetivo de que sus padres, Noé y Andrea Rosillo, recuperen la custodia de sus dos hijos. Así lo explicó ayer su abogado, José García Ovies, antes de acceder a una reunión con la fiscal superior, María Esther Fernández, a la que también acudieron representantes de Sociedad Gitana y del Movimiento Nacional Gitano, cuyo representante más destacado y verdadero promotor de esta concentración es Antonio Martín.
«Creemos en la inocencia de los progenitores», insistió el letrado, que están acusados de un supuesto delito de maltrato infantil hacia su hijo. Como consecuencia tanto el pequeño como su hermana Mireya, de dieciocho meses, viven en dos centros de menores. Separados. Él en Gijón y ella en Oviedo.
Todo se remonta al 31 de julio cuando Noé, que entonces tenía cuatro meses. Sus padres acudieron a comer a casa de sus abuelos maternos con el bebé. «El niño estaba normal, jugando por la tarde y a la hora de la cena empieza a llorar y sus padres ven que se encuentra un poco molesto», relató ayer Antonio Martín, de Movimiento Nacional Gitano. Llamaron a una ambulancia y el médico les dijo, según su testimonio, «que posiblemente tenía hambre, que le prepararan un biberón». Pero Noé seguía sin encontrarse bien y «lo llevan al hospital» donde les informaron que puede padecer el «síndrome del bebé zarandeado». Estuvo días en coma y con aparentes daños cerebrales, de los que se ha ido recuperando. Ya fue dado de alta.
De forma paralela, sus padres fueron arrestados por un presunto delito de maltrato infantil. El juzgado de guardia decretó su puesta en libertad provisional, pero les retiró la custodia de ambos pequeños. Ahora luchan por recuperarla. «Consideramos que esta actuación judicial y policial ha sido muy precipitada porque no existe parte médico del forense. Para estos casos es fundamental», explicó ayer Antonio Martín; mientras que el abogado calificó como una «injusticia» lo que está pasando a los padres.
Es por ello que califica como clave la declaración de la «pediatra que se producirá la próxima semana y otros informes», abundó el letrado tras la reunión.
Asimismo, los padres reunieron ayer a medio centenar de personas a las puertas de los juzgados donde reclamaron que los pequeños vuelvan a casa: «Ellos no son gente conflictiva y se ganan la vida honradamente», concluyó Sinaí Giménez de Sociedad Gitana Española.
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