Sábado por la tarde y el Aula Magna de la URV está a reventar. Más de 200 mujeres de diferentes puntos de Catalunya están aquí para participar en la XX Trobada d’estudiants gitanes de Catalunya. Se ven muchas jóvenes, pero también mujeres más adultas y alguna con un bebé en brazos. Y es que, si de algo estuvo llenó el encuentro, fue de ejemplos capaces de romper cualquier estereotipo, como el de Loli Santiago, que lo resumió así: «soy gitana, abuela y este año he terminado aquí el grado de trabajo social».
El encuentro, que volvió a la presencialidad, estuvo organizado por la Associació Gitana de Dones Drom Kotar Mestipen, con el apoyo del Pla integral del Poble Gitano a Catalunya del Departament de Drets Socials. El formato, que acaba de cumplir dos décadas, ha comenzado a ‘exportarse’ a otros países europeos gracias a un programa Erasmus+. Rosa María Cisneros, presidenta de la entidad organizadora, explicaba a las asistentas que «otras primas en Reino Unido, Grecia, Bulgaria y Hungría» habían comenzado a instaurar encuentros de este tipo.
Después de los parlamentos iniciales fue el turno de Manuela Ruiz, educadora social, pedagoga, doctoranda en educación de la Universidad de Barcelona, responsable de la Oficina d’Igualtat de Tracte i No Discriminació de la Generalitat de Catalunya y, como no, gitana. Ruiz explicó cómo es el sistema educativo comenzando por la etapa de cero a seis años para insistir en la idea de que «la escuela no es paya, la escuela es la escuela… Llevamos seis siglos de antigitanismo y la forma de acabar con esto es que nosotras lleguemos a los espacios de poder».
Tal vez lo más motivador del encuentro fue escuchar a las gitanas que están estudiando ahora contar el camino que han tenido que seguir, como el caso de Tatiana Demetrio, alumna de primero de bachillerato en el Institut Campclar. En cuarto de la ESO, cuando no tenía ni idea de qué hacer con su vida, su tutora y otras mujeres gitanas organizaron una reunión virtual. Una de ellas explicó «que tenía cinco hijos y estaba estudiando y yo pensé: si ella puede yo, que no tengo responsabilidades, también».
https://www.diaridetarragona.com/sociedad/Gitanas-y-duenas-de-su-futuro-20211023-0048.html