Mañana se conmemora el Día de la Resistencia Romaní precisamente en recuerdo de la rebelión de los prisioneros y prisioneras gitanas en el Campo de Exterminio de Auschwitz que tuvo lugar el 16 de mayo de 1944 y con tal motivo queremos recordar a Tadeusz Joachimowski, un payico güeno, que tuvo un inusitado protagonismo en aquellos actos.
Cada persona es un mundo y en el mundo hay, por lo menos, 7000 millones de personas cada una con su mundo a cuestas.
Hay payos y payas de todos los colores, tamaños, formas, aromas y sabores. Hay gachís y gachós pa’ to’s los gustos. Hay jambos y jambas pa’ to’s los disgustos. Igual que hay gitanas y gitanos pa’ to’s los gustos y pa’ to’s los disgustos. Porque cada persona es un mundo o una munda. Y, tal y como dice el Tío Juan Fernández ¡Para terminar de complejizar el asunto! «To’l mundo tiene desmanes».
Los judíos tienen la expresión Justos entre las Naciones para referirse tradicionalmente al conjunto de aquellas personas de confesión no judía que merecen consideración y respeto por observar una conducta moral acorde con el judaísmo.
Tras la constitución del Estado de Israel, esta expresión también designa de manera oficial a un programa de reconocimiento y distinción con el objeto de rendir el máximo honor a aquellas personas que, sin ser de confesión o ascendencia judía, prestaron ayuda de manera altruista y singular a las víctimas del Holocausto.
Creo que algunas personas payas merecerían el reconocimiento de “payicos güenos” y Tadeusz Joachimowski es una de ellas.
Tadeusz Joachimowski (1908-1979) fue un payico güeno. Era un judío polaco. Fue detenido y encarcelado en la prisión de Tarnów -ciudad que alberga, dicho sea de paso, dentro de su Museo Etnológico Provincial una magnífica colección etnológica gitana- por su militancia política, pero acabó siendo enviado a finales de agosto de 1940 al Campo de Concentración y Exterminio de Auschwitz (número de prisionero 3720). Desde marzo de 1943 fue destinado a trabajar como escribiente en la Oficina del Prisionero en el Campo Gitano de Auschwitz, el llamado Zigeunerlager.
¿Por qué debería formar parte de nuestro panteón de Payicos Güenos?
Por dos razones fundamentales:
1ª) En mayo de 1944, Tadeusz Joachimowski, mientras trabajaba en la Oficina de Prisioneros se enteró de los planes inminentes para la liquidación del Campo Gitano y avisó a Josef Steinbach y a Paul Wagner, prisioneros gitanos, para que alertaran a los demás gitanos y gitanas. Gracias a ese aviso, los prisioneros y prisioneras fueron capaces de organizarse para evitar el asesinato de los restantes aproximadamente 6.000 gitanas y gitanos previsto para el 16 de mayo de 1944. Se armaron de palos, piedras y herramientas que pudieron encontrar. Hombres y mujeres de todas las edades se atrincheraron en los barracones. La consigna era resistir y no permitir que los matasen como corderitos. Los SS los rodearon. Iban armados incluso con metralletas. Pero nuestras y nuestros valientes les hicieron frente y tuvieron que retroceder. Aquel día no hubo gitanos ni gitanas asesinadas en las cámaras de gas.
Desgraciadamente, al día siguiente comenzó una dura batalla: los sometieron al hambre y a quienes aún tenían fuerzas se los llevaron a otros campos. Así, el 2 de agosto de 1944, los nazis exterminaron a los 2897 gitanos y gitanas que aún quedaban en el Campo Gitano.
2ª) Como escribiente, Tadeusz Joachimowski, se las arregló para robar los dos libros de registro principales de la oficina de prisioneros del Campo Gitano. Con la ayuda de otros dos prisioneros, Ireneusz Pietrzyk (prisionero nº 1761) y Henryk Porębski (prisionero nº 5805), los enterró, protegidos con ropas y dentro de un cubo, para que los nazis no los destruyeran al acabar la Guerra ya que esos libros constituyen pruebas documentales del exterminio de los Roma. En 1949, después de terminada la Guerra, avisó a las autoridades y volvió allí para desenterrar aquellos libros. Los libros hicieron posible conocer los nombres de los prisioneros y prisioneras gitanos y gitanas.
Estos libros de registro fueron restaurados (los originales se conservan en el Museo de Auschwitz) y publicados por el Zentralrat Deutscher Sinti und Roma (Consejo Alemán de Sinti y Roma), organización gitana -dirigida por el Tío Romani Rose- líder y pionera en la lucha por el rescate de la memoria histórica y la restitución del Samudaripen, en 1992 con el título Memorial Book. The Gypsies at Auschwitz-Birkenau/Ksiega Pamieci. Cyganie w obozie Koncentracyjnym Auschwitz-Birkenau/Gedenkbuch. Die Sinti und Roma im Konzentrationslager Auschwitz-Birkenau (Libro conmemorativo. Los sintis y los romaníes en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. No hay versión española)
Estos libros contienen los nombres y apellidos, los números de prisionero, la nacionalidad, la fecha y el lugar de nacimiento, la fecha de fallecimiento y otros datos de las aproximadamente 22.600 personas gitanas (10.094 hombres y 10.888 mujeres, cuyos nombres conocemos) que padecieron el cautiverio y el exterminio en aquel infierno.
Alrededor de 19.300 de aquellas personas fallecieron:
Más de 13.600 a causa de la desnutrición y las enfermedades;
Más de 5.600 fueron asesinados en las cámaras de gas.
¡Dios los tenga en su Gloria!
Te na avel bisterdo tumaro anav! ¡Que jamás se olvide vuestro nombre!