El próximo sábado, día 16 de mayo la fecha en el calendario que está grabada en rojo para nuestro Pueblo. Es un día para la reflexión, el recuerdo y porqué no, también para sentir orgullo, pues no me cabe duda de que debemos sentirlo cuando hacemos referencia al día de la Resistencia Romaní. Nuestras primas y tías lideraron una revuelta en la sección romaní del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau para evitar que sus familias fuesen gaseadas, utilizando para ello palos y piedras que habían confeccionado ellas mismas.
Se enfrentaron a las SS nada más y nada menos. Benditas sean nuestras antepasadas y benditos sean nuestros ancianos y nuestros niños y niñas, que no se quedaron atrás.
Debemos sentir orgullo, por supuesto. Esa acción conjunta, fruto de la rabia y la impotencia puso freno a una noche más de cristales rotos al ver que día tras día y noche tras noche, uno a uno de nuestros antepasados iban siendo gaseados y portanto, asesinados a manos de tan malditas manos. Aquella revuelta salvó a unas seis mil personas gitanas y eso fue, francamente determinante.
Demostraron aquellas mujeres, ancianos y niños a aquellos racistas elevados a la enésima potencia que nuestro Pueblo cuando se une es capaz de doblegar a la mayor de las calamidades y que además, como ya sucedió con la Prisión General o la Gran Redada, nuestra gente puso la mayor de las resistencias a la vulneración de sus derechos. No se amilanó jamás. No lo hizo en la Gran Redada, ni tampoco durante el consabido exterminio nazi.
Así lo cuenta Dazlo Tilany con respecto a la liquidación del campamento gitano:
«Un guardia de la SS relató la gran dificultad en la acción especial en el “campamento de los gitanos “siendo esta la mayor que se había llevado a cabo en Auschwitz… Los gitanos, que sabían lo que les esperaba gritaron, se desencadenaron peleas, hubieron disparos y muchos heridos. Los refuerzos de las SS llegaron cuando los camiones sólo estaban medio llenos. Los gitanos incluso usaban panes como misiles. Pero las SS eran demasiado fuertes, demasiado experimentados, demasiado numerosos».
También como referenciaba más arriba, este próximo sábado debe ser un día para la reflexión. En estos tiempos donde la crisis golpea con fiereza es cuando nuestros valores nos deben acompañar como integrantes de nuestro Pueblo, tal y como sucedió en aquella insurrección del 16 de mayo de 1944 en el que la solidaridad fue determinante para salvar vidas. Ese valor, que permanece indeleble al paso de los años lo estamos viendo traducido en apoyos para quienes peor lo están pasando, así como para acompañar a las familias que por mor de este maldito virus, pierden a sus seres queridos. Como una sola familia, nuestro Pueblo está sintiendo con dolor a aquellos que se nos van y del mismo modo, como una sola familia nuestro Pueblo se repondrá de estas heridas.
Los días que estamos pasando, llenos de bulos, de redes sociales antigitanas, de noticias falsas, calumnias e incluso de malas artes periodísticas nos están haciendo pasar este período de alarma bajo una permanente crítica feroz, que demuestra que nuestro enemigo continúa estando tan fuerte como siempre, y que nos hace entonar en nuestras mentes el triste recuerdo de una historia de persecución que hoy parece estar más viva que nunca. Habrá cambiado ese enemigo o se habrá amoldado a los nuevos tiempos para camaleónicamente revestir de verdad todo un conjunto de falacias, que finalmente son las que estamos viendo en estos días. Por eso, de nuevo la solidaridad como Pueblo es la que nos está demostrando la madurez que hoy en día mostramos. Por eso es importante seguir procediendo a denunciar ante los tribunales, tal y como este Consejo va a continuar haciendo a cuantas exaltaciones al racismo y al antigitanismo haya, pues son las armas con las que nos podemos defender. Ayer fueron todo tipo de utensilios para resistir y hoy será nuestra solidaridad la que consiga hacernos más fuertes. Resistimos, claro que sí, pero organizados y unidos tal y como hemos demostrado en todos estos días de fake news, malas praxis periodísticas y bulos por redes sociales. Resistiremos a los envites de este virus, teniendo muy presentes a los que se nos han ido y protegiendo a nuestros chavorrillos y chavorrillas, que son el futuro de esta resistencia romaní.
Un abrazo a todos y a todas.
¡Sastipen thaj mestipen!
¡Salud y Libertad!