Joaquín López Bustamante: ‘El flamenco es de todos, pero su génesis es gitana’’

Publicamos seguidamente una parte de la magnifica entrevista que le hacen a nuestro hermano Joaquín López Bustamente en el diario digital ‘Más Jerez’

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Colaborador de Radio Nacional de España (RNE), desde 2012, donde codirige y presenta el programa “Gitanos: arte y cultura romaní” en Radio Exterior de España / Más Jerez

Joaquín López Bustamante (Valencia, 1961), es gestor cultural y periodista. Desde hace ocho años presenta en Radio Nacional de España el programa ‘Gitanos, arte y cultura romaní’, dedicado a difundir la cultura gitana. López Bustamante, miembro del jurado del concurso de cante de la I Bienal de Cante Flamenco de Jerez, impartirá en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, el 6 de agosto a las 20:30 horas, la conferencia ‘La huella de la lengua romaní en el flamenco’.

¿Qué cree que puede aportar la Bienal de Cante de Jerez al flamenco? 

La idea de crear una Bienal de Cante en Jerez es magnífica. Estamos en la cuna del flamenco y el hecho de contar con las dinastías de las casas cantaoras me parece que era algo que hacía falta poner en valor. Ese patrimonio de la transmisión vivencial es de muchísima importancia. 

Adelántenos un poco sobre qué versará su conferencia. 

Vamos a intentar hacer un repaso del corpus lírico de las letras del flamenco, esa poesía anónima y popular tan hermosa en la que hay un gran número de palabras de origen romaní, de origen caló, y poner en valor eso también. Veremos cómo la huella lingüística del pueblo gitano, sin la cual no se entendería el flamenco en su génesis, ha permanecido, sigue vigente, y también lanzaremos algunas hipótesis de la etimología gitana de algunos nombres de los estilos flamencos. 

Hablamos de muchas palabras que incluso usamos a diario. 

Algunas están recogidas en el diccionario de la Real Academia, pero muchas más se utilizan en el lenguaje coloquial y han pasado a formar parte del acervo común de la lengua castellana, también en Hispanoamérica. Y estos ‘gitanismos’ del español son muy numerosos y tienen una especial incidencia en el habla andaluza y casi diría que una especial incidencia en el habla jerezana. Esas aportaciones al habla andaluza creo que merecen la pena ser resaltadas. De alguna manera, poner en valor esa aportación gitana a la cultura y, especialmente, en el flamenco. 

La influencia gitana en la cultura española es fundamental, aunque usted defiende, por ejemplo, que el flamenco no sólo es patrimonio de los gitanos 

El flamenco es de todos, otra cosa distinta es que la génesis del flamenco, la creación del flamenco, tiene una paternidad clara. Nace donde nace, cuando nace y en el seno de una serie de familias gitanas y, a través de esa transmisión, no tanto oral, sino vivencial, el flamenco ha ido evolucionando, se ha ido desarrollando. Pero ha habido, hay y habrá grandes artistas que no son gitanos, pero yo no hablaría de una influencia gitana en el flamenco, sino de reivindicar, sin excluir a nadie, que la génesis del flamenco es absolutamente gitana. 

Aún así, hay mucho más que flamenco en la cultura gitana 

Naturalmente, lo que pasa es que las formas expresivas del flamenco en España, y aquí especialmente, trascienden lo puramente musical, es un aspecto cultural muy relevante. Pero la cultura gitana es muy rica y la influencia de los gitanos y lo gitano pasa por la literatura, la lingüística, el toreo, las artes plásticas, el cine, la gastronomía… Cabalmente no se entiende la cultura de nuestro país sin la cultura gitana, pero especialmente en esta bendita tierra donde estamos que es Jerez.

Dijo Lorca que Jerez es la ciudad de los gitanos. ¿Qué tiene Jerez para que esa diferencia entre payos y gitanos no exista, a diferencia de otros lugares?

Socialmente, desde hace bastantes décadas, se ha producido un proceso de convivencia —a mí no me gusta hablar de integración— muy interesante, hasta el punto, que a Jerez, desde el mundo gitano, se la ve como el paradigma de una ciudad de convivencia donde, salvo casos aislados, no existe el racismo antigitano que existe en otros sitios de España, por no decirte de Europa. Yo creo que el arte ha tenido que ver mucho en eso.

¿Es atípico el gitano de Jerez?

Es una comunidad muy numerosa, la más antigua de nuestro país, y también la más representativa. Compartimos muchas cosas, pero tenemos también muchas diferencias, porque el pueblo gitano es heterogéneo en todos los sentidos. No solo en costumbres a la hora de celebrar determinados ritos o fiestas, o de formas expresivas artísticas, también entre gitanos que siéndolo, tienen diferente ideología política, orientación sexual, formación… Desgraciadamente la imagen que se proyecta de los gitanos es muy estereotípica y eso no hace justicia a la realidad del pueblo gitano y, aparte, ese mensaje de los medios fomenta el tópico, perpetúa el prejuicio, cuando la realidad de la comunidad gitana es bien distinta a la que proyectan los medios.

Recientemente, el Papa Francisco pedía “perdón” a la comunidad gitana por haber sido perseguida y discriminada en Europa durante décadas. Sin embargo, en la Italia del movimiento 5 estrellas y de Matteo Salvini, actualmente la situación de los gitanos, como la de los negros o los migrantes, vuelve a ser preocupante.

Es muy preocupante. Si miramos hacia Europa, la situación española, que tiene sus dificultades, es absolutamente distinta a la del resto de Europa. Es preocupante el ascenso de la extrema derecha en prácticamente toda Europa, no solo en Italia, con un antigitanismo muy violento, y que nos tiene que hacer reflexionar, porque también en nuestro país empieza a haber discursos machistas, xenófobos, racistas en fuerzas políticas emergentes. Nos tienen que hacer pensar, porque, aunque el gesto del Papa es relevante, estos perdones retrospectivos, si se quedan solo en eso, son un brindis al sol, que está muy bien, y además haberlo hecho en Rumanía, que es el país europeo con mayor población gitana y con una pavorosa historia de racismo antigitano, hasta el punto de ser el último país en abolir la esclavitud de gitanos en el siglo XVIII.