Descripción
No ha sido un año fácil para nadie, tampoco para el Pueblo Gitano. La irrupción de la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19 ha empobrecido a la comunidad gitana, que también se ha visto sometida a una serie de discursos de odio racistas. De hecho, y según el Ministerio del Interior, en 2019, los delitos de odio fueron los que más aumentaron, un 20%, concretamente.
En un contexto globalizado de polarización, de auge de los populismos, tanto de izquierda como de derecha, de noticias falsas y viralidad, ¿Periodistas contra el racismo? La prensa española ante el Pueblo Gitano se presenta más esencial que nunca. Observar, cuantificar y valorar los excesos de lo que se denomina el cuarto poder por su enorme capacidad para modelar la opinión pública, es un deber ineludible. Y si no lo hacemos desde el ámbito asociativo, ¿quién lo hará?
Se supone que la prensa vigila el Poder. Pero, ¿quién vigila a la prensa? Por su capacidad para crear estados de opinión y por su enorme influencia en todos los ámbitos, es necesario que haya organismos que también se ocupen de monitorizar los discursos de los medios de comunicación. Porque no todo vale; y la prensa, como poder, también tiene su propia agenda de intereses, tanto políticos como económicos.
Constatamos, año tras año, la necesidad de volver a los valores de un periodismo ético y riguroso, en el que cada individuo sea tratado en condiciones de igualdad. Eso no pasa. Un año más, percibimos la falta de pudor de algunos medios a la hora de señalar y criminalizar a toda aquella persona que no sea el ideal hegemónico. La comunidad gitana no se escapa, más bien al contrario. El uso de un lenguaje poco adecuado, la generalización y los estereotipos, así como la falta de documentación por parte de los y las periodistas nos trae cada año un reguero de informaciones que destruyen el derecho a la convivencia.
El Pueblo Gitano no persigue un trato de favor; nunca lo ha buscado. Tampoco en los medios de comunicación. Aspiramos a que se nos trate en condiciones de igualdad; y que las informaciones relacionadas con la comunidad gitana se aborden de manera neutral, que no se mencione el origen étnico en las noticias y que se nos respete por igual. Aspiramos a que los y las periodistas dejen de usar palabras como “clan”, “patriarca” o que dejen de referirse a toda la familia cuando quieren informar sobre uno de nosotros.
Somos una cultura rica, milenaria y heterogénea; ciudadanos con los mismos derechos y con los mismos deberes, con ganas de vivir y convivir en paz, con ganas de que se termine la exclusión, la marginación y la discriminación. Tanto en el ámbito social como en el institucional. Esperemos que ese día llegue pronto.
Sastipen thaj mestipén (Salud y Libertad).
Juan de Dios Ramírez-Heredia
Presidente de Unión Romaní