Marcos Santiago Cortés, gitano, abogado: “Los gitanos no hemos tenido suerte con la política”

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Marcos Santiago / Cordópolis

El periódico digital Cordópolis ha publicado una larga entrevista con Marcos Santiago Cortés. Es una entrevista que ilustra muy bien el sentir de una nueva generación de gitanos, preparados y profundamente gitanos al mismo tiempo. Os invitamos a leerla íntegramente en el siguiente enlace:

http://cordopolis.es/2018/04/08/marcos-santiago-los-gitanos-no-hemos-tenido-suerte-con-la-politica/

 

Comentario de Juan de Dios Ramírez-Heredia:

Conozco a Marcos desde hace muchos años. Podría ser mi hijo. Y desde el primer momento supe que estaba ante un joven de excepcionales cualidades. Transcurridos los años traté de animarle para que dedicara algunos años de su vida a la política. Marcos hubiera sido un gran parlamentario. El primer diputado gitano en el Parlamento Andaluz, huérfano, incomprensiblemente, de representación gitana. Pero él no quiso, a pesar de que fueron varios los partidos políticos que le ofrecieron un puesto relevante en sus listas. Me dijo un día: “Tío Juan de Dios, prefiero dedicarme plenamente a la abogacía y tenga la seguridad de que siempre, allí donde esté, sentiré el orgullo de ser gitano y aportaré mis esfuerzos por la defensa de nuestra comunidad”. Y así lo ha hecho y sigue haciéndolo.

Por eso les recomiendo que lean detenidamente la entrevista. Posiblemente algunas de las afirmaciones de Marcos les hagan detenerse y pensar seriamente en la trascendencia de su mensaje. Nuestro pueblo, aquí en España y en toda Europa está falto de referentes personales que encarnen la modernidad con la permanencia de lo esencial de nuestra Ley Gitana. Comprendo que es muy difícil. Los tiempos han evolucionado a una rapidez desconocida para nosotros. Muchas veces pienso que si mis abuelos, por no ir más lejos, levantaran la cabeza se volverían a morir. No comprenderían nada de muchas de las cosas que hacemos.

Pero Marcos sí las ha entendido y las practica. En la entrevista el periodista le pregunta de todo: de la política, de la venta ambulante, de la justicia, de la mujer gitana, de la pobreza, del racismo, de la droga… Y a todas esas preguntas da una respuesta, discutible si se quiere, pero profundamente enraizadas en nuestra vieja y tradicional Ley Gitana.

Lean, si no, el siguiente párrafo. Ahí radica el secreto de nuestra supervivencia:

“Yo soy gitano y tengo unos valores y uno de los más importantes es la familia. Por eso no quiero ver ni a una gitana ni a un gitano emancipados de su gente. Que estudien, que tengan independencia económica, lo que quieras, pero que vivan con los suyos, con su familia. Porque dependemos de nuestras familias, nos queremos mucho y queremos estar siempre unidos. La gitana o el gitano que vive aparte se convierte en un bicho raro. Yo no dejaría nunca a mi familia solo para realizarme profesionalmente, intentaría hacer las dos cosas. Ser gitano es llevar adelante las dos cosas: progresar culturalmente, académicamente, profesionalmente y estar al lado de tu gente al mismo tiempo. Si no haces eso, ni eres gitano ni eres nada.  ¿Te has enterado?”

Al final de la entrevista el periodista le pregunta si echa de menos que le hayan dado algún premio. Su respuesta no puede ser más hermosamente gitana:

“El mejor premio a la cultura gitana que me pueden dar ya lo tengo: que mi mujer siga enamorada de mí cada vez que vuelvo a casa tras 20 años casados”.