Unión Romaní, organización no gubernamental de carácter no lucrativo dedicada a la defensa de la comunidad gitana, arrancará el próximo 8 de julio las escuelas de verano para niños y niñas de entre 3 y 12 años en los centros de educación infantil y primaria Ibarburu (Dos Hermanas), Menéndez Pidal (Sevilla), y Andalucía y Juan Ramón Jiménez (ambos de Huelva).
Desde hace años, Unión Romaní viene desarrollando este proyecto, financiado por las delegaciones territoriales de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, con el objetivo de ofrecer una alternativa lúdico-educativa a los niños y niñas en exclusión social y en riesgo de ella, de estas zonas geográficas, durante los meses de vacaciones escolares de verano (julio y agosto), siempre en horario de mañana.
Además, se proporciona, de forma gratuita, un servicio de desayuno y comedor a los menores en las instalaciones de los centros educativos, atendido por monitores, y se les hace entrega una bolsa de picnic con alimentos para merendar en casa.
Esta iniciativa se realiza en colaboración con los equipos directivos de los CEIP, los servicios sociales comunitarios de cada zona, el Ayuntamiento de Sevilla, el de Huelva y el de Dos Hermanas. Está previsto que participen unos 120 niños en total en la edición de este año, 30 por cada colegio.
Las actividades programadas tienen como objetivo el fomento de la creatividad, los hábitos de vida saludable, la convivencia y la educación en valores de niños y niñas, a las que hay que unir el refuerzo de las materias escolares.
En definitiva, se trata de ofrecer a los menores en exclusión y riesgo un espacio de ocio para que disfruten del tiempo libre durante el periodo estival, desarrollando al máximo sus capacidades y favoreciendo su desarrollo integral. También se busca contribuir a la conciliación de la vida laboral y familiar durante las vacaciones y dar a conocer a niñas y niños la cultura gitana, y cualquier otra, si es el caso, creando espacios de encuentro multicultural.
Del mismo modo, se utiliza la dimensión lúdica como pretexto para enriquecer su proceso de enseñanza-aprendizaje, realizando acciones de carácter compensatorio y complementario al currículo, favoreciendo su desarrollo y combatiendo el absentismo escolar.
Para que los menores puedan beneficiarse de las diferentes actividades, deben cumplir una serie de requisitos, como la asistencia a clase periódica y un rendimiento y comportamientos apropiados en el aula.