Roma desaloja su mayor campamento gitano, con el aval de Salvini, pese a las peticiones de la justicia europea

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Imagen del campamento en el camping River Village, a las afueras de Roma / Ismael Monzón

El desalojo de este campamento, en el que viven en torno a 400 personas, ha sido adelantando sin previo aviso

El campamento River, habitado mayoritariamente por población gitana, ha sido desalojado en la madrugada del jueves 26 de julio, según informan los periódicos Il Tempo y La Repubblica. Este refugio, en el punto de mira de la política antimigratoria del Gobierno italiano, que planteó incluso crear un censo de gitanos claramente ilegal, se encuentra a 20 kilómetros al norte de Roma.

El ministro de Interior, Matteo Salvini, ha celebrado en Twitter el desalojo del campamento River. “Legalidad, orden y respeto ante todo”, ha escrito en la plataforma.

Cabe destacar que se ha tratado de una operación adelantada sin previo aviso. La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, del Movimiento 5 Estrellas, socio en el Gobierno italiano de la ultraderechista Lega de Salvini, firmó la orden de desalojo la pasada semana, alegando motivos sanitarios. Una decisión que fue recurrida por algunos de los residentes al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que pidió a Italia que postergara la ejecución de la orden al menos hasta el viernes de esa semana, ya que estaba prevista para el martes.

Ese miércoles, Salvini respondió a la petición: “No será el Tribunal Europeo de Estrasburgo quien bloquee la solución a un problema de orden público”, garantizando su apoyo a Raggi, con quien se reunió para abordar la decisión. El desalojo supone un pulso a las instituciones comunitarias. “Bofetada de Salvini a Europa”, ha titulado el diario conservador Il Tempo.

“Nos enfrentamos a una violación muy grave del gobierno italiano ante el Tribunal de Derechos Humanos. Es un precedente único y muy serio”, ha explicado a La Repubblica el presidente de la Asociación el 21 de julio de apoyo a personas de etnia gitana Carlo Statolla. Para Ricardo Magi, diputado de +Europa, la decisión coloca a Italia en peligro de ser condenada y sancionada por el Tribunal de Estrasburgo.

El desalojo de este campamento, en el que vivían en torno a 150 personas, ha sido llevado a cabo por policías, carabineros y bomberos y asistentes sociales que, según medios locales, han ofrecido alternativas de alojamiento. Miembros de la oposición, sin embargo, lo desmienten. El presidente del Partido Democrático, Matteo Orfini, ha criticado la gestión del desalojo: “No se ha avisado a las familias, no se han dado soluciones ni se ha creado un proyecto alternativo”.

Algunos de los habitantes del asentamiento han denunciado que fueron desalojados por la fuerza y que, incluso, se empleó contra ellos algún tipo de gas urticante, algo que la policía niega.

Según medios locales, solo una veintena de las personas desalojadas habría aceptado las propuestas de alojamiento de los servicios sociales. Por ahora, se desconoce el destino del resto de quienes habitaban en el campamento River. “Nacimos en Italia y nuestros hijos son italianos, ¿a dónde vamos ahora?”, ha dicho uno de los desalojados en declaraciones a Il Tempo.