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El VII Festival Flamenco Romí rinde homenaje a Paco de Lucía

El jueves 9 de enero en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife, el viernes 10 en el Teatro Leal de La Laguna y el sábado 11 en el Teatro Juan Ramón Jiménez de Telde, a las 20:30 horas; el Festival Flamenco Romí presentará el espectáculo El duende Flamenco-Jazz: Homenaje a Paco de Lucía en esta nueva cita con el flamenco en Canarias. Las entradas están disponibles en entrees.es y en la taquilla online del Teatro Guimerá.

La séptima edición del festival estará protagonizada por los músicos que colaboraron con el guitarrista Paco de Lucía en la revolución del flamenco, como los distinguidos Jorge Pardo o Carles Benavent, y por otros músicos más jóvenes que también han destacado y siguen destacando tanto en el flamenco como en el jazz, dentro del panorama nacional e internacional.

Antonio Sánchez, Israel Suárez “El Piraña”, David de Jacoba, Antonio Serrano, Antonio Flores Cortés “Rubio de Pruna”, Israel Fernández, José Manuel Ruíz Motos “Bandolero” y Juan José Suárez “Paquete”, son los otros artistas que, junto a Pardo y Benavent, interpretarán el repertorio del Maestro de Algeciras en el VII Festival Flamenco Romí.

Paco de Lucía fue, y sigue siendo, considerado el mejor guitarrista de flamenco contemporáneo y uno de los más virtuosos del instrumento a nivel mundial, conocido no solo por ser el guitarrista de este género de mayor prestigio internacional sino también por su juego entre la tradición y la innovación. Su figura y su legado musical, que ha traspasado las fronteras del flamenco, han propiciado la creación de una leyenda alrededor de su persona que se ha extendido por todo el mundo. Para rendirle homenaje, el Festival Flamenco trae a Canarias a los músicos de la última banda del guitarrista.

Festival Flamenco Romí

El Festival Flamenco Romí nace en 2014 en el seno de la Asociación Romí Kamela Nakerar, la asociación de mujeres gitanas de Tenerife con un recorrido de más de 20 años en la lucha por la igualdad y el empoderamiento de la mujer gitana.

En sus orígenes, el festival surge para dar tributo a la mujer gitana, pero a lo largo de estos años se ha ido consolidando como el mayor festival de referencia del flamenco y del jazz en Canarias, rindiendo homenaje a los grandes maestros del cante, baile y toque flamenco. El objetivo principal es fomentar y promocionar la cultura del flamenco en el archipiélago.

Viajeros al tren. Próxima parada, navidad

Hoy he visto un video de dos minutos, de esos que los amigos te envían por Whatsapp, y me he quedado impresionado. Trata del tren de la vida y, cosa curiosa, la peliculita se desarrolla utilizando un tren en el que no se puede subir todo el mundo. Se trata de un tren en el que solo tienen cabida las personas que, de una forma u otra, tienen, o han tenido, relación con uno mismo. Precioso.

Debo decir, no obstante, que el mensaje no es, ni mucho menos, un mensaje excluyente. Antes, al contrario. Se da por sentado que cada ser humano tiene su propio tren y que a él suben personas de todo tipo. Unas cuya presencia es obligada porque gracias a ellas tú tienes tu propio tren. Otras te las encuentras en el camino y suben y bajan unas porque quieren, otras porque tú lo permites, algunas porque tú las obligas a bajarse y algunas porque te abandonan sin que tú ni ellas mismas puedan evitarlo.

El visionado de este video me ha impulsado a escribir este comentario y para ello he reconstruido en mi imaginario mental mi propio tren, tren ya un tanto desvencijado porque lleva muchos años circulando por las vías del mundo, cuyos carriles no siempre han estado bien asentados y en alguna ocasión ―especialmente en los últimos tiempos― ha estado a punto de descarrilar.

Pasajeros fijos, esos que nunca cambian

La primera cosa que observo es que estoy en un tren que yo no he escogido y que ni siquiera he contribuido lo más mínimo a su formación. Y supe que estaba en un vehículo que se movía muy lentamente en el que los años eran larguísimos y los días interminables. Cosa extraña en este tren que cuanto más viejo es y más desgastadas están sus ruedas más rápido anda y los años pasan en un soplo y los días en un abrir y cerrar los ojos.

Hoy, al revivir los muchísimos kilómetros recorridos, observo que hay unos personajes que siempre, absolutamente siempre, han permanecido en mi tren. Nunca se han bajado en ninguna de las estaciones. Yo sí lo he hecho y mis hermanos también, aunque los desembarcos siempre han sido puntuales. Esos que antes se hacían en las estaciones en que paraban los trenes que se movían impulsados por una caldera de vapor y los viajeros bajaban para ir a la cantina de la estación a beber agua o tomarse un café. Curiosamente quienes nunca se bajaron del tren eran mis padres.

En esas circunstanciales paradas descubrí que mi tren no era el único. Que las estaciones eran inmensas y que los trenes eran incontables de tantos como había. Todos eran muy parecidos, pero para mí, el mío era diferente. Mi tren era un tren pobre, muy pobre. Casi desvencijado. Algunos vagones tenían goteras y el frio se colaba por los huecos que aparecían entre las tablas que conformaban las paredes del vagón. En ese tren se pasaba hambre y quienes viajábamos en él nos cubríamos con ropa que nos habían regalado los viajeros de otros trenes. Pero lo sobrellevábamos con resignación. Lo que no me impidió constatar que la mayoría de los trenes que circulaban junto a nosotros, aun siendo muchos de ellos pobres también, tenían mejor aspecto y por las ventanillas de sus vagones siempre salía un delicioso olor a potaje de arroz con habichuelas o de pescaíto frito.

Tuvieron que pasar unos años, no muchos, hasta que descubrí que mi tren era un tren gitano y que los pasajeros que jamás abandonaron voluntariamente mi tren, ni se bajaron en ninguna de las estaciones, fueron mis padres. Y cosa curiosa que a mi me chocaba extraordinariamente, que los trenes junto a los cuales circulábamos eran trenes más bien tristes. Y si no tristes, serios, muy serios. Al menos a mí así me lo parecían desde la lejanía de mis ocho o diez años. Por el contrario, mi tren era un tren alegre. Por las angostas ventanas de los minúsculos vagones ocupados por demasiada gente no salían deliciosos olores de manjares, lo que salían eran las notas del cante gitano-andaluz, o el sonido de las palmas a compás imprescindibles para que un baile por bulerías alcance las estribaciones del cielo.

Y así un día descubrí que no solamente nosotros, sino todos los viajeros del país habían parado sus trenes en una estación llamada Navidad.

La apoteosis de la nochebuena

El tren de la vida tiene muchas estaciones. Unas muy importantes y otras en las que nunca hubiéramos deseado que se parara nuestro tren. Pero la estación de la Nochebuena es, posiblemente, la primera de la que conservo un recuerdo más gratificante.

“La calle de San Francisco que es una calle tranquila y serena” ―así dice un popular villancico que tiene más de 100 años― es una vía que, en mi pueblo, Puerto Real, conduce por uno de sus extremos a la estación de la Renfe. Y haciendo esquina con la calle de Barragán vivían mis abuelos. Su tren se había parado allí definitivamente y desde su estación, un día no demasiado lejano, se puso en marcha el mío. En su casapuerta, que en el resto de España llaman el zaguán, se preparaba la llegada de la nochebuena con “la zambomba” que consistía en una reunión familiar a la que podía asistir todo el que quisiera, y donde se cantaban villancicos navideños a los que mis tías gitanas daban una dimensión musical y étnica inigualable.

Los mismos que se siguen cantando hoy en los hogares de toda Andalucía y en la reuniones prenavideñas organizadas por las peñas flamencas u otras organizaciones culturales. Lo he dicho con anterioridad. Hoy suenan igual que antes “La virgen se está peinando…”, “Dime niño, ¿de quién eres, todo vestidito de blanco…?”, “Hacia Belén va una burra…”, “Campana sobre campana…”, Los peces en el rio…”, “Arre borriquito…”, “Madroños al Niño…”, “Ya vienen los Reyes Magos…”, “La Virgen va caminando…” etc. etc. Pero los tiempos cambian, y aunque los villancicos navideños sigan siendo los mismos, la verdad es que, como dice el refranero, “entre col y col, lechuga”. Es decir, entre villancico y villancico siempre sienta bien un cante por bulerías, especialmente si son las de Jerez.

La familia: el mayor tesoro del género humano

Pero la Navidad es la culminación del respeto y la vinculación férrea e indisoluble entre los miembros de la familia. Por eso, este año, desde la Unión Romani, hemos querido poner especial énfasis en este mensaje. Sobre todo, porque este año está siendo un año muy especial para todos los ciudadanos de España. Vivimos una época de mucha inquietud por los cambios que se avecinan. Y nos entristece contemplar que la sociedad en la que nos ha tocado vivir esté tan dividida y en ocasiones tan enfrentada.

Este cuento de navidad que es tan real como la vida misma, debería propiciar que una vez parados en esta estación, los cuarenta y tantos millones de trenes que circulan por España, llegásemos a la conclusión de que irremediablemente cada día sus vagones estarán más vacíos y entonces cabrá preguntarse: ¿de qué ha servido tanto enfrentamiento, tanta tragedia y tanto afán por poner más allá la línea que marca la frontera del territorio por el que queremos que circulen solo nuestros trenes?

Por eso nos reiteramos en desear que el sentimiento gitano de respeto y veneración a la familia se contagie a todos nuestros vecinos. Unos y otros seriamos más felices porque solo la unidad familiar es la que hace posible la paz, la concordia y el entendimiento entre unos y otros. Y si me lo permiten les invito a que hagan suya nuestra bandera gitana que las engloba a todas: Dos franjas horizontales de igual tamaño: La de arriba, azul y la de abajo, verde. Simbolizan las únicas y verdaderas posesiones del género humano que tiene por techo el azul del cielo y por suelo el verde de los campos. Todo lo demás, créanme, es artificial.

Cinco mujeres en exclusión social encuentran empleo tras la realización de un curso de manipulador de alimentos en Huelva

Las alumnas de la formación escuchando atentamente al formador / U.R.

Cinco mujeres en situación de riesgo o exclusión social del barrio de El Torrejón, situado en el Distrito V de Huelva y considerado zona desfavorecida por la Junta de Andalucía, han encontrado empleo tras la obtención del certificado de manipulador de alimentos en un curso organizado por Instituto Romanò para Asuntos Sociales y Culturales, entidad sin ánimo de lucro perteneciente a la federación Unión Romaní.

Tres de los contratos se han formalizado en cooperativas agrícolas de la provincia onubense y los otros dos en tiendas de alimentación que exigían este documento para trabajar. A ellos hay que sumar otras tres mujeres que actualmente están realizando prácticas en un conocido centro comercial y que cuentan con altas posibilidades de ser empleadas para el actual periodo navideño.

La acción formativa contó con la participación de quince mujeres y se desarrolló en el aula CAPI Guadalinfo de la Fundación Valdocco, que ha colaborado activamente con la iniciativa junto al programa Incorpora de La Caixa. El director de Valdocco, Pedro Pascual, presidió el acto de entrega de los diplomas, tras aceptar la invitación de Unión Romaní, en un evento celebrado también en la sede de la citada fundación.

En total, el curso ha logrado un porcentaje de inserción laboral del 33,33, es decir un tercio de las participantes, aunque éste podría incrementarse hasta el 53,33% si se confirma la contratación de las tres personas que están en prácticas.

El certificado de manipulador de alimentos es un documento obligatorio si se está en contacto con productos comestibles en cualquier momento de su ciclo, desde la producción de la materia prima hasta la llegada al consumidor. Casi cualquier ocupación dentro de los sectores de la alimentación, la hostelería y la venta y distribución lo requiere.

El curso se ha enmarcado dentro del programa ‘Mujer gitana y participación’ que Instituto Romanò desarrolla en Jerez de la Frontera, Huelva y Sevilla (San Juan de Aznalfarache y Dos Hermanas) y que pretende favorecer el proceso de inclusión social de la mujer romaní en riesgo de exclusión impulsando su promoción desde los diferentes ámbitos de intervención social y personal, tanto fomentando su acceso a los recursos existentes que den respuestas a sus demandas y necesidades, como motivándolas y capacitándolas para el acceso al mercado laboral.

El proyecto, financiado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del impuesto sobre la renta de las personas físicas, nace de la realidad que vive hoy día la mujer gitana, quien se enfrenta a una múltiple discriminación, por su sexo, por ser gitana y por ser mujer en un entorno con un alto porcentaje de machismo. Discriminación que se agrava, más si cabe, si vive en contextos de exclusión social.

Desde Unión Romaní e Instituto Romanò consideramos que la mujer gitana es el epicentro de su grupo poblacional y principal transmisora de los valores culturales a sus hijos e hijas, por lo que debe ser la protagonista de su propio proceso de transformación, siendo capaz de definir su futuro, el de su prole y el de su pueblo.  En este sentido, la mejora del binomio formación-empleo, es clave para favorecer la igualdad de oportunidades y un empoderamiento integral.

Cataluña impulsa una ley para erradicar el antigitanismo

El Consell Executiu que ha aprobado la ley catalana / GENERALITAT

El Govern ha aprobado hoy martes la memoria preliminar del anteproyecto de ley para erradicar el antigitanismo e impulsar una política pública específica para este tipo de discriminación.

Según ha informado hoy la Generalitat en un comunicado, esta administración será la primera en España en crear una ley específica integral para dar respuesta al antigitanismo, de forma participada con representantes del pueblo gitano.

Cataluña ya cuenta con un Plan Integral del Pueblo Gitano, en el que se implementan actuaciones a favor de la equiparación socioeconómica de la población gitana con el resto de la sociedad de la que forma parte.

«A pesar de los esfuerzos, persiste la discriminación hacia la población gitana en Cataluña, por lo que se considera necesario reforzar el marco normativo con una ley que atienda las especificidades del antigitanismo y contribuya a articular las medidas legales y las instituciones existentes», ha argumentado hoy el Govern en el comunicado.

Con la nueva norma se reconocerá con rango legal el antigitanismo, «como una lacra que hay que remover y como un fenómeno a contemplar en el diseño y la aplicación de políticas públicas en los diferentes ámbitos de actuación: vivienda, educación, trabajo, salud, ocio o comunicación».

El texto también valora el papel de 22 entes locales catalanas que actualmente realizan acciones dirigidas a la población gitana.

Santa Cruz de Tenerife, Capital de la cultura gitana

El auditorio del TEA acoge durante tres días la conferencia 'Estrategias contra el antigitanismo’ / DA

José Carmona es el secretario de la Asociación Sociocultural Gitana Karipen de Tenerife, además de presidente de la Federación Gitana de Canarias y vocal del Consejo Estatal del Pueblo Gitano. Es el rostro del colectivo que ejerce como anfitrión durante tres días de la Conferencia Internacional Estrategias contra el antigitanismo que tiene como escenario el Auditorio de Tenerife Espacio de las Artes (TEA) en Santa Cruz de Tenerife. Como corresponde a quien recibe a su familia (una gran familia en este caso), José presenta a sus primos -recién llegados desde Barcelona-, como se denominan entre ellos, Pedro Aguilera, politólogo, e Iñaqui Vázquez, activista social, además de dirigentes de distintas organizaciones, pero, por encima de todo, gitanos.

Con los tres el diálogo lleva a tocar todos los campos y muchos tópicos. Del flamenco a la venta ambulante o el nomadismo. Los estereotipos, los estigmas y las etiquetas. Con una base que será eje en la conferencia: el antigitanismo. Como ellos mismos dicen, «un nuevo concepto, pero una vieja forma de racismo». En auge en países como Hungría, Rumanía y la República Checa con amplias minorías gitanas. O en la Italia de Salvini.

Otro palo del debate es el lenguaje que a veces hace mucho daño desde los medios de comunicación porque «de 90 noticias, 87 son negativas». Por eso en el foro se presenta el informe anual de Rromaní Pativ (Dignidad Gitana), que analiza este aspecto clave. Y un objetivo mantenido durante siglos: perseverar en la identidad del pueblo gitano desde que salió del Punjab hace mil años en una diáspora que en cierta medida aún dura. Integración, sí, pero con matices. Nunca absorción o asimilación.

Otro factor es el posible papel de Canarias y de Tenerife como puente hacia otras comunidades gitanas, sobre todo de América Latina. En palabras de Carmona: «Poner a estas islas en el mapa político y social de la causa gitana». En este sentido existe la posibilidad de organizar aquí un primer congreso latinoamericano. Carmona insiste en que en Canarias la comunidad tiene muchas carencias y las políticas públicas se centran en el asistencialismo. Propone que se reconozca en el Estatuto de Autonomía su existencia como una minoría étnica, como ocurre en el catalán. Y añade que el Parlamento canario aprobó la creación del Consejo Canario del Pueblo Gitano «pero todo quedó en agua de borrajas».

Al encuentro asisten una treintena de ponentes. Entre ellos personalidades de la talla intelectual y el liderazgo de Romeo Franz, europarlamentario; Soraya Post, activista, feminista, gitana, sueca y exeuroparlamentaria, o el socialista canario Juan Fernando López Aguilar. El objetivo es «que la conferencia internacional sea el punto de inicio para plantear estrategias eficientes en la lucha contra el antigitanismo». Con tres visiones: el activismo, la academia y los organismos públicos. Participan cargos políticos y públicos de alto nivel europeo, estatal y local; líderes, activistas gitanos y entidades, además de profesores y expertos.

El foro cuenta con sesiones plenarias donde ubicar intervenciones, mesas redondas y conversaciones colectivas específicas. Centradas en tres ejes de actuación: el concepto de antigitanismo en la historia y la actualidad; el antigitanismo institucional y las formas de combatirlo desde la política y el antigitanismo en Europa y la cuestión de género.

Las II Jornadas de Voluntariado y Mediación Social Andalucía-Algarve-Alentejo analizaron la realidad de esta práctica solidaria en España y Portugal

El auditorio se llenó en todas las ponencias y charlas que se dieron durante las jornadas / UR

Unión Romaní celebró este martes 10 de diciembre sus II Jornadas de Voluntariado y Mediación Social en la ciudad portuguesa de Faro, que se encuadran dentro del Programa para el Fomento de la Cooperación Transfronteriza en la Eurorregión Andalucía-Algarve-Alentejo y que están financiadas por la Consejería de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía.

A las mismas, que tuvieron lugar en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Algarve, asistieron setenta y dos personas procedentes tanto de Portugal como de Andalucía (Huelva y Sevilla concretamente), superándose las expectativas de asistencia previstas por la organización. Destacó la presencia de un numeroso grupo de alumnos de Trabajo Social de la Universidad de Huelva.

El objetivo era favorecer el intercambio de experiencias y conocimientos entre los actores institucionales y de la sociedad civil que luchan en ambos países contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad en la comunidad gitana a través del voluntariado en el sudoeste de Europa. En su primera edición se celebraron en la también localidad lusa de Tavira en el año 2017.

Las jornadas arrancaron a las 9:00, hora portuguesa, y finalizaron a las 14:00 h., combinando conferencias en español y en portugués. La inauguración corrió a cargo de Sandra Valadas, subdirectora de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Algarve, y de Rosel Rivero, técnico de Unión Romaní.

Las sesiones fueron impartidas por profesionales de reconocido prestigio como Cátia Martins, directora de voluntariado de la facultad lusa; Ana Delgado, doctorando en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Huelva; Maria Adelaide Paredes y Ana Paula Silva, responsables de la asociación Almada Mundo; Pedro Martín, coordinador de voluntariado del centro de recursos ‘Resurrección’ de Huelva; y María Bejarano, técnico de proyectos de la entidad ACCEM.

Entre las temáticas, destacó el abordaje del voluntariado desde las perspectivas española y portuguesa, con sus diferencias y similitudes; experiencias prácticas de voluntariado en Andalucía y en Portugal con poblaciones en situación de riesgo o exclusión social; y voluntariado de carácter internacional.

Tomando como punto de partida las relaciones transfronterizas, esta iniciativa pretende demostrar la necesidad y conveniencia de que los equipos interprofesionales destinados a la intervención integral con la comunidad gitana y otras poblaciones en exclusión social a través del voluntariado partan de las directrices, planteamiento y dinamismo internos de la cultura propia, las administraciones transfronterizas involucradas y las organizaciones no gubernamentales que desarrollan su trabajo con la población romaní.

La Eurorregión Andalucía-Algarve-Alentejo se institucionalizó en 2010 con el objetivo de impulsar una nueva etapa más avanzada de la cooperación transfronteriza entre estas regiones vecinas.

Con una extensión aproximada de 119.869 kilómetros cuadrados, nació con la vocación de convertirse en un espacio vivo de participación, un foro para el entendimiento y el dialogo de todas las entidades públicas y privadas susceptibles de promover el desarrollo de este territorio fronterizo. Sus áreas prioritarias son el aumento de la competitividad, la promoción del empleo, el medio ambiente y entorno natural, la cooperación e integración económica y social y la accesibilidad y ordenación territorial.

Black Friday: se venden esclavos negros a precio de saldo

Cartel de la campaña contra el Black Friday de la ONG de rescate de personas en el mediterráneo PROEM-AID / Cedida

Que nadie se alarme antes de tiempo. Sobre todo, quienes defienden el “Viernes Negro” como la gran apoteosis de la venta de todo lo que existe. “El negoci és el negoci” como reza el libro de Josep Roure i Torrent. Ante el altar del dinero todo el mundo se arrodilla. Así que hay que estigmatizar con todo tipo de argumentos las versiones que pudieran dificultar que el Viernes Negro sea el gran día del negocio.

Antes de redactar estas líneas me he leído un montón de páginas que tratan sobre el Black Friday y todas han sido divulgadas por medios que, de una forma u otra, tienen una relación de cierta dependencia con operaciones de publicidad o de compra venta de toda índole. Es explicable. No obstante, debo confesar que no he sido capaz de encontrar ningún argumento suficientemente sólido para establecer con seguridad histórica cual es el origen de esta jornada que justifique su nombre.

El Black Friday evoca el día que en los Estados Unidos se vendían los esclavos negros con grandes descuentos

Dicen algunos narradores que fueron dos personas, J.R. Smith, famoso jugador de la NBA, y Toni Braxton, conocido cantante, las que difundieron el hecho de que un día al año los vendedores de esclavos negros hacían importantes rebajas para favorecer que los compradores se animaran a hacerse con alguno. Evidentemente no fueron ellos los que inventaron la noticia. Ellos simplemente dieron alas a un hecho que corría de boca en boca desde hacía mucho tiempo. Pero fue en 2010 cuando se difundió la noticia en Internet y en 2014 se hizo viral apareciendo en decenas de millones de terminales informáticos. Me gustaría que usted, amable lector, no saque conclusiones definitivas sobre el origen del Black Friday hasta que llegue al final de este comentario.

En EE.UU. se impone el desenfreno consumista

El Black Friday tiene fecha fija. Se celebra el viernes siguiente al jueves último del mes de noviembre en que en los EE. UU se conmemora su “Día de Acción de Gracias”. Ese viernes es el día del desenfreno comercial. El Viernes Negro es ya conocido en todo el mundo como la “Festividad del Consumo”. La gente enloquece y sale a la calle a comprar por menor precio lo que el día anterior costaba mucho más.

La Guerra de Secesión que enfrentó durante cuatro largos años al Norte y al Sur de los Estados Unidos (1861-1865) dejó al país empobrecido. Los gastos de aquella guerra fratricida fueron inmensos y los norteamericanos idearon convertir el viernes siguiente al Día de Acción de Gracias en una jornada donde la gente se movilizara y el comercio se recuperara de las pérdidas que había sufrido durante los años de la contienda. Y dio resultado, especialmente cuando apareció Internet, de tal forma que desde 2005 este día se ha convertido en la jornada de mayor movimiento comercial de todo el año. Sin ser un día festivo, en Estados Unidos, alrededor de 141 millones de compradores gastaron aproximadamente 57.400 millones de dólares en el año 2013 y las ventas online alcanzaron la suma de 1.200 millones

Pero, ¿se le denominó Black Friday porque ese día se vendían y compraban esclavos negros a menor precio?

Fue en el año 1869 cuando por primera vez se utilizó esta expresión y más adelante veremos por qué. Ahora me interesa resaltar que hasta el año 2016 todo el mundo daba por sentado que ese día de descuentos tomó el nombre de Black Friday porque en ese día, además de muchos otros productos, se vendían esclavos negros a menor precio del que normalmente se pagaba por ellos. Y no pasaba nada, ni nadie se escandalizaba. La ciudadanía aceptaba esa denominación que beneficiaba la vida económica de los americanos que, además, no tenían empacho en recordar que gracias al sacrificio que para muchos de ellos supuso la lucha entre el Norte antiesclavista y el Sur dueño de miles de esclavos, se ganó la guerra que dejó en el campo de batalla a más de 600.000 personas para que los negros residentes en el país ganaron la libertad.

Gracias al cine, las generaciones modernas, para quienes estos hechos quedan muy lejanos, hemos tenido un conocimiento espeluznante de la salvajada que supuso la esclavitud. En mi juventud fue la serie televisiva “Raíces” la que nos abrió los ojos a través del mítico protagonista de la historia llamado Kunta Kinte. La historia cuenta que nació en Gambia en 1750 y que fue capturado por cuatro traficantes de hombres en 1767 cuando buscaba madera. Junto a otros 140 hombres cazados como si fueran animales en la selva africana, fue embarcado como esclavo y atravesó el Atlántico hasta llegar al estado de Maryland en los Estados Unidos. Fue vendido varias veces siendo su último propietario William Waller que lo compró cuando tenía un pie cortado como consecuencia de sus reiterados intentos de fuga. Murió con 60 años en 1810. Desgraciadamente para él no conoció la Guerra de Secesión que puso final al esclavismo en 1865.

No obstante, debemos reconocer que, aunque legalmente quedara abolida la esclavitud en la fecha señalada aún debían pasar muchos años hasta que ese mandato legal fuera una realidad fácilmente identificable. Eduardo Galván Rodríguez ha certificado en su libro “La abolición de la esclavitud en España” que en América En los años 1870, 71 y 72 han salido numerosos publicaciones y anuncios en casi todos los periódicos de venta de esclavos africanos.” Lo cierto es que el comercio de esclavos negros capturados en Africa se mantuvo durante todo el siglo XIX y parte del XX.

Hay un testimonio de especial importancia ofrecido por Carlos de Foucault, el famoso fraile trapense que nació en Estrasburgo en 1858 y que tras llevar una vida alborotada murió asesinado en 1916. He leído que en 1902 escribió indignado una carta al abad de un monasterio francés que compró un esclavo a un negrero para luego liberarlo. “Esto que hacéis no está permitido, ay de ustedes, hipócritas, que escribís en todos los lugares: ‘Libertad, igualdad, fraternidad’ y ‘Derechos del Hombre’ y que luego marcáis con un hierro a los esclavos que condenáis a galeras … y luego permitís que se roben los niños a sus padres para venderlos públicamente.  Castigáis el robo de un pollo y permitís el robo de un hombre»

Hay quien dice que es un bulo hacer referencia a la venta de esclavos en el Black Friday

No comparto esa afirmación de la misma forma que tampoco doy título de veracidad absoluta a algunas razones cogidas con alfileres que ofrecen quienes sostienen esa tesis. Son muy variadas las razones que ahora se aportan para quitarle a la campaña el sesgo del recuerdo racista que el enunciado evidentemente encierra. Convertir un día de negocio masivo en vísperas de Navidad, cuando los norteamericanos ―y ahora también los europeos―se gastan millones de dólares en toda clase de productos, en un día manchado por el recuerdo de la venta de esclavos, no facilita el que los ciudadanos se gasten con alegría su dinero. Las grandes empresas de distribución se alarmaron en el año 2016 por lo que las multinacionales se vieron obligadas a lanzar una contra campaña para destruir y convencer al mundo de que vincular la venta de esclavos a menor precio el Black Friday (Viernes Negro) es un simple bulo de internet.  Es más, incluso Google y Wikipedia cambiaron los algoritmos de las búsquedas en la red y el significado de Black Friday «Viernes Negro» en esta última, quedó como una simple fiesta.

Los gitanos también hemos padecido la esclavitud

Aunque de este asunto me ocuparé otro día déjenme decir ahora que los gitanos hemos padecido 500 años de esclavitud en Rumanía muy parecida a la de los afroamericanos en los Estados Unidos. En los principados de Valaquia y Moldavia los gitanos fueron esclavizados desde el siglo XIV hasta el siglo XIX. Fu en el año 1864 cuando se declaró la abolición de la esclavitud en Rumanía.

Y España ¿qué?

El 30 de noviembre del año pasado se hizo una consulta a la Central Intelligence Agency publicada en su “The World Factbook”. Allí se dice que los españoles fueron los primeros europeos en utilizar esclavos africanos en el Nuevo Mundo. Con ellos poblaron las islas como Cuba, Puerto Rico y La Española donde los primeros esclavos llegaron en 1501.

Mi conclusión es que las grandes compañías no deben preocuparse pensando que centenares de esclavos negros fueron puestos a la venta, a menor precio, en el Black Friday. Porque el afán consumista de la sociedad en que nos ha tocado vivir lo supera todo. El poder inmenso de Internet ha vencido una vez más. Y si no que se lo pregunten a RENFE que ha batido el récord de venta de billetes online con sus ofertas del Black Friday. O a Amazon que ha reventado los precios en una de sus líneas comerciales durante el Black Friday. O a los españolitos de a pie, porque uno de cada cuatro ha gastado más de 200 euros en el Black Friday.

Dejen en paz el recuerdo de aquellas familias que recibieron un trato infamante e inhumano. Al fin y al cabo, el recuerdo del Viernes Negro les hace justicia. Y si no, yo les recuerdo otra fecha que para muchos ciudadanos fue un auténtico Black Friday:  Fidel Castro murió el 25 de noviembre de 2016 coincidiendo con el día de las compras masivas. Y a nadie se le ocurrió decir que eso era otro bulo de internet.

Integrantes del programa ‘Mujer gitana y participación’ de Unión Romaní mejoran su empleabilidad en la Universidad de Huelva

Al finalizar, todas las asistentes a la formación específica para mejorar la empleabilidad de mujeres gitanas del barrio del Torrejón se hicieron esta foto de familia / UR

Unión Romaní, a través de su entidad federada Instituto Romanò para Asuntos Sociales y Culturales, organizó el pasado 22 de noviembre en colaboración con la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Huelva una formación específica para mejorar la empleabilidad de mujeres gitanas del barrio del Torrejón, situado en el Distrito V de la capital onubense y considerado zona desfavorecida por la Junta de Andalucía.

Consistió en un taller de habilidades sociales profesionales donde se trabajaron cuestiones como la marca personal, comunicación efectiva, flexibilidad y adaptabilidad, empatía, responsabilidad, toma de decisiones, resolución de problemas y trabajo en equipo, entre otras. Todo ello orientado a la mejora de las posibilidades de inserción laboral de estas mujeres, que fueron seleccionadas entre las que presentaban más opciones de encontrar un empleo.

La sesión, impartida por un profesor de la Universidad de Huelva, combinó teoría y práctica dentro de una metodología muy dinámica, y contó con la ayuda de un grupo de alumnos voluntarios de la UHU que participaron en las tareas e interacciones planificadas. En la iniciativa también han colaborado la Fundación Valdocco y el programa «Incorpora» de la Caixa.

Esta acción está encuadrada dentro del programa ‘Mujer gitana y participación’ que desarrolla Instituto Romanò en Sevilla, Huelva y Jerez de la Frontera, y que pretende favorecer el proceso de inclusión social de la  mujer romaní en riesgo de exclusión impulsando su promoción desde los diferentes ámbitos de intervención social y personal; fomentando el acceso a los recursos existentes que den respuestas a sus demandas, necesidades e intereses; y motivándolas y capacitándolas para su acceso al mercado laboral.

El programa, financiado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del impuesto sobre la renta de las personas físicas, nace de la realidad que vive hoy día la mujer gitana, quien se enfrenta a una múltiple discriminación, por su sexo, por ser gitana y por ser mujer en un entorno con un alto porcentaje de machismo. Discriminación que se agrava, más si cabe, si vive en contextos de exclusión social.

Desde Unión Romaní e Instituto Romanò consideramos que la mujer gitana es el epicentro de su grupo poblacional y principal transmisora de los valores culturales a sus hijos e hijas, por lo que debe ser la protagonista de su propio proceso de transformación, siendo capaz de definir su futuro, el de su prole y el de su pueblo.  En este sentido, la mejora del binomio formación-empleo, es clave para favorecer la igualdad de oportunidades y un empoderamiento integral.

El jueves 28 de noviembre se celebrará en Madrid un funeral de homenaje a Valentín Suárez, una de las figuras esenciales del movimiento asociativo gitano

El Tio Valentín fue fundador y primer Secretario General de la Unión Romaní Española / Jesús Salinas

Nacido en Santa Marta de los Barros, Badajoz, Valentín Suárez Saavedra, era conocido como Tío Valentín en señal de respeto y reconocimiento. Pionero de los Secretariados Gitanos gestados en los años 60, formó parte de la Junta Directiva de la Asociación Secretariado General Gitano desde 1982 y de la posterior Fundación Secretariado Gitano creada en 2001 y donde desempeñó el cargo de Director Territorial en Extremadura y hasta la actualidad ocupaba el puesto de Secretario del Patronato.

En su paso por la Fundación Secretariado Gitano, durante casi cuarenta años de su vida, siempre veló para que los programas y las acciones que se ponían en marcha respondieran a los principios y valores de la Fundación y a las necesidades e inquietudes del pueblo gitano. Lideró el GPG – Grupo de Participación Gitana-, donde fue una figura referente en el impulso de la participación de las personas gitanas en la Fundación y en la construcción del modelo intercultural que define la misión de esta entidad.

Tío Valentín fue un hombre conciliador que supo ganarse el respeto de gitanos y no gitanos por todos los años en la lucha por la igualdad, desde su integridad personal, trabajando por una sociedad más justa, más equitativa y más tolerante. Creía que las diferencias sirven para el enriquecimiento mutuo. Fue un hombre que puso en alza el sentir y los valores que identifican al Pueblo Gitano desde su trabajo y compromiso, hasta el final de sus días.

Además de los años vinculados a la Fundación Secretariado Gitano, fue fundador y primer Secretario General de la Unión Romaní Española y, desde sus inicios, formaba parte del Consejo Asesor del Instituto de Cultura Gitana. También fue presidente de la Red Europea de Gitanos y Viajeros y de la Red Europea contra la Marginación y la Pobreza.

Perenne activista por los derechos del Pueblo Gitano, dedicó gran parte de su vida a promocionar los valores y la cultura gitana y a promover acciones para mejorar sus condiciones de vida. Con titulación universitaria en Maestría Industrial y formación en Pedagogía y diferentes disciplinas como la música, Valentín Suárez, fue un hombre de principios y palabra, con una gran formación y amplia cultura.

Desde su compromiso como gitano, Valentín Suárez, impulsó siempre un discurso transformador para poner en primera línea la necesidad de la educación y la formación como elementos que potencien la autonomía y la libertad de las personas gitanas para decidir su destino. Además, contribuyó a poner de relieve ante las instituciones la necesidad del reconocimiento de la identidad cultural. Ha sido autor de numerosos textos relacionados con el valor de la interculturalidad, la identidad gitana y los valores de la cultura.

Premios y reconocimientos

Entre otros galardones, en 2010 recibió en la Junta de Extremadura el premio A toda una vida concedido por el Consejo Regional para la Comunidad Gitana de Extremadura y en 2011 el Premio a Toda una trayectoria del Instituto de Cultura Gitana donde le presentaban con estas palabras: “Valentín Suárez ha compartido y enseñado gitaneidad participando activamente en el movimiento asociativo gitano español y europeo, formando a jóvenes, divulgando la cultura gitana, promoviendo la convivencia intercultural. Su labor es sobre todo un referente para las actuales generaciones y su trayectoria personal lo ha consagrado como un «gitano de respeto», culto, sensible y conciliador”. En 2012 fue uno de los seis galardonados en los Premios FSG “30 años” por su contribución a la creación del Secretariado Gitano y su participación en sus órganos de gobierno. “Este grupo de líderes gitanos representa la valentía y el coraje y ha demostrado su convicción de que la inclusión social es una tarea de todos, gitanos y no gitanos. Asimismo, han contribuido activamente a la promoción de su pueblo siendo impulsores y destacados representantes del movimiento asociativo gitano”.

En memoria y homenaje a Tío Valentín, la Fundación Secretariado Gitano celebrará un funeral en Madrid el próximo 28 de noviembre a las 19:00h, en la Iglesia de San Cayetano, en la Calle de Embajadores, 15.

Unión Romaní colabora en la edición de un vídeo contra la violencia de género en el colegio Hermanos Machado de Sevilla

El colegio de educación infantil y primaria Hermanos Machado, situado en el barrio de San Diego de Sevilla, ha elaborado un vídeo con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, celebrado el pasado 25 de noviembre.

En él han participado niños, niñas, madres, padres, profesorado y resto de miembros de la comunidad educativa del centro, que han querido mostrar su rechazo a la violencia de género con un montaje audiovisual guiado por la canción “Que nadie”, de Manuel Carrasco y Malú, y protagonizado fundamentalmente por los menores.

Unión Romaní, a través de su entidad federada Instituto Romanò para Asuntos Sociales y Culturales, ha colaborado en el proyecto, junto a otras dos organizaciones no gubernamentales de carácter no lucrativo que también trabajan en el colegio. En concreto, Instituto Romanò desarrolla un programa con familiares de niños y niñas de este centro educativo.

Las promotoras de la idea han sido las profesoras Alejandra Serrano e Irene Jiménez.

Puedes ver el vídeo en la parte superior de la noticia o en este link: https://youtu.be/FTVrzxWsG2s

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