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La caída del muro de Berlín: Ese día, sí, yo estaba allí

Un amigo me acaba de enviar un WhatsApp con un párrafo perteneciente a un artículo escrito por Heiko Maas que es el actual ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, en el que formula la siguiente pregunta: “¿Dónde estaba usted cuando cayó el Muro de Berlín?” Y mi respuesta ha sido instantánea y firme: “Ese día yo estaba allí”.

Hace un par de años yo reflexionaba sobre este acontecimiento por lo que recupero una parte de la descripción que entonces hice y que considero más relevante para sumarme a la celebración del 30 aniversario de la caída de aquella infame barrera que durante tanto tiempo ―desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989― dividió a los ciudadanos berlineses, habitantes de la histórica capital alemana a la sazón dividida, tras la derrota del régimen racista y nazi culpable de la Segunda Guerra Mundial.

Muchos analistas políticos están de acuerdo en afirmar que la construcción del Muro fue la culminación de la Guerra Fría que mantuvieron las potencias occidentales capitaneadas por los Estados Unidos y las fuerzas dominantes en los países comunistas a cuya cabeza estaba la Unión soviética. La Guerra Fría se libró durante muchos años sin que, por suerte, nadie hiciera uso de la fuerza militar. Los gobernantes comunistas decían que el Muro era una garantía para evitar que los fascistas impidieran la creación de la nueva Alemania prosoviética. En realidad, el Muro sirvió para impedir que los alemanes que vivían en el territorio de la República Democrática Alemana (RDA) culminaran una emigración multitudinaria de ciudadanos a la otra Alemania, la de la República Federal (RFA)

Una sencilla reflexión personal

A veces no puedo evitar pensar que en algunos aspectos de mi vida política he sido un hombre afortunado. No sé si habrá sido por suerte o porque yo estaba en la estación cuando pasó el tren de mi destino y subí a él. La verdad es que cuando cayó el muro yo estaba en Berlín y me pasé buena parte de la noche junto a los berlineses que frenéticamente querían destruir aquella horrible barrera que causó tanta tragedia y tantos muertos entre quienes intentaron atravesarla.

Recuerdo que el día 9 de noviembre fui a dar un paseo hasta la Puerta de Brandemburgo acompañado de un amigo mío, Gyula Schmid, gitano de origen húngaro, al que conocí el año anterior precisamente en la parte oriental del muro. Este ciudadano tenía un salvoconducto que le permitía pasar diariamente de una parte a otra del muro. Era un verdadero políglota. Hablaba húngaro, alemán y un buen español. En realidad, él prestaba algún tipo de servicio en la embajada española en la República Democrática Alemana. Yo tenía un teléfono donde poder localizarle. Le llamé el día antes para decirle que me encontraba en Berlín Oeste y quedamos en vernos al día siguiente.

Confieso que, a pesar de que mi condición de diputado al Parlamento Europeo me ayudó a conocer las condiciones de vida de los gitanos europeos, y especialmente de los gitanos alemanes ―no se olvide que la sede del Parlamento en Estrasburgo está a un tiro de piedra de la República Federal Alemana―. Por esa razón, un año antes, aprovechando otro viaje a Berlín, me puse en contacto con la embajada española en la RDA.  A la sazón el embajador de España en la República Democrática, desde 1985, era Alonso Álvarez de Toledo y Merry del Val. Recuerdo que recibí un trato exquisito, de tal manera que un funcionario de la embajada me esperó en la frontera, es decir en el muro, con los papeles necesarios para que las autoridades del Este me dejaran pasar.

Ha pasado ya mucho tiempo y por más que he buscado entre mis papeles no soy capaz de recordar el nombre del funcionario que el embajador me asignó para que me acompañara en el paseo investigador que yo pretendía dar por la parte comunista de la ciudad. Lo cierto es que fue una persona amabilísima, conocedor de la escasa vida nocturna de aquel Berlín triste de casas viejas de cuyas ventanas salía la luz tenue de bombillas de bajo voltaje. Fue él quien me llevó a un bar de no más de 25 metros cuadrados, igualmente triste y en semipenumbra, donde acostumbraban a ir algunos gitanos. Allí fue donde conocí a Gyula Schmid. Él, junto al funcionario de la embajada, fueron para mí una fuente de información valiosísima de primera mano que no puedo transcribir aquí por razones obvias de espacio.

Un aire pesado presagiaba que algo extraordinario iba a suceder

El día 9 de noviembre de 1989 yo estaba en Berlín occidental porque ese día se celebraba una reunión de la Comisión de Asuntos Jurídicos y de Derechos de los Ciudadanos del Parlamento Europeo de la que yo formaba parte con otros compañeros, diputados españoles como José Cabrera Bazán, Fernando Morán López, Josep Verde y Aldea, Juan María Bandrés Molet y mi admirado amigo Carlos María Bru Purón. No debo dejar de reseñar que también estaban con nosotros Maurice Duverger, el gran jurista, politólogo y político francés, cuyos libros todos habíamos estudiado en algún momento de nuestras vidas, así como un diputado alemán, conservador al que tratábamos con una especial consideración ―y yo con verdadera veneración― llamado Franz-Ludwig von Stauffenberg. Apellido glorioso por ser el de su padre, Claus von Stauffenberg, coronel del Estado Mayor de la Wehrmacht, que fue quien planificó el atentado contra Hitler en 1944. El golpe fracasó y fue fusilado por el general Fromm que fue uno de los involucrados en el atentado. Stauffenberg es considerado un héroe de la resistencia alemana.

Muy pronto supe por qué aquel día estaba destinado a ser la llave de la historia inmediata de Europa. En 1989 cayeron todos los estados comunistas de la Europa del Este. En ese año, como consecuencia de la “Revoluciones de 1989”, desapareció el Telón de Acero y cayó el Muro de Berlín. Y la Unión Soviética desapareció dos años después.

Y me fui al hotel sin imaginar lo que iba a suceder horas después

Aquella noche me fui a la cama relativamente pronto. Estaba cansado. Pero no había logrado cerrar los ojos cuando sonó el teléfono de mi habitación. Era mi amigo, el gitano húngaro-alemán con quien había estado durante el día.

― ¡Baja, baja rápidamente! Está sucediendo algo insólito. La gente del otro lado está atravesando el muro y los soldados no les disparan. Es increíble. ¡Baja, baja! ¡Te espero en la puerta del hotel!

Tardé menos de cinco minutos en vestirme. En los pasillos del hotel había un verdadero revuelo. Todos nos precipitamos a la calle sabiendo que la providencia nos había reservado el ser testigos de un acontecimiento único en la historia. Aquella noche no me acosté. Quise vivir con intensidad el acontecimiento. La Puerta de Brandemburgo me pareció la puerta del cielo porque podía atravesarla de un lado a otro sin que nadie me parara.

Gracias a mi amigo Gyula hablé con mucha gente y compartí con ellos su emoción y la cerveza a la que me invitaban. Otras personas, a las que no había visto en mi vida y a las que no entendía en absoluto, me abrazaban sin más. Unas reían, otras lloraban. Mientras tanto algunos jóvenes atrevidos, con un martillo y un cincel empezaron a sacarle trozos a aquel muro de la infamia que ocasionó la muerte de más de 125 personas.

Al final, cuando la mañana empezaba a clarear, me fui al hotel dándole gracias a Dios por haberme permitido ver con mis propios ojos lo que para tantas personas había sido tan solo un sueño de libertad.

Y, como es natural, me traje a Barcelona unos cuantos trozos del muro para mis amigos. Y en mi despacho, mientras termino de escribir este comentario, estoy acariciando el trozo que yo me quedé.

El Consejo Estatal del Pueblo Gitano organiza un encuentro monográfico sobre salud y población gitana en Oviedo

Programa de los dos días de actividades que se organizan en Oviedo / Cedido

La Dirección General de Servicios para las Familias y la Infancia y la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, junto con la Consejería de Salud del Gobierno del Principado de Asturias y el Consejo Estatal del Pueblo Gitano organizan el encuentro monográfico sobre salud y población gitana titulado “Los Determinantes Sociales en el Diagnóstico y la Participación Comunitaria en la Solución”.

Este encuentro se celebrará en Oviedo los días 18 y 19 de noviembre, en el Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo, y tiene los siguientes objetivos:

  1. Realizar una aproximación a los determinantes sociales como diagnóstico y la participación comunitaria como intervención.
  2. Intercambiar experiencias y extraer lecciones sobre cómo mejorar la salud psíquica, biológica y social de la población gitana mediante procesos de participación comunitaria.

Siendo la salud una de las brechas de desigualdad identificadas en las diferentes encuestas de salud de población gitana y uno de los ejes principales de la Estrategia Nacional para la Inclusión Social de la Población Gitana en España 2012-2020, consideramos prioritario impulsar las intervenciones de promoción de la salud como parte del desarrollo integral de las personas. Tal y como dice el lema del encuentro es crucial atender a “Los Determinantes Sociales en el Diagnóstico y la Participación Comunitaria en la Solución”.

Esto implica una colaboración activa entre diferentes agentes, administraciones y la propia población gitana así como una perspectiva de intervención común de todas ellas que pretendemos unificar con encuentros como este y en la Declaración de Oviedo.

Para cualquier información adicional, os podéis poner en contacto con los organizadores en el correo electrónico consejogitano@mscbs.es.

La asociación gitana ‘Agifugi’ organiza un año más sus jornadas de formación

Cartel de las jornadas que la asociación Agifugi ha organizado para este 2019 / Cedido

Durante los días 14 y 15 de noviembre tendrá lugar la undécima edición de las jornadas de formación que nuestra asociación organiza anualmente. Este año, con el título «Begiradak: reflexiones sobre intervención social», pretendemos profundizar sobre cómo los y las profesionales del ámbito social abordamos la «otredad».

El 14 de noviembre a las 18h, en el Palacio de Aiete (Sala Ghandi) celebraremos una charla-coloquio para conocer diferentes experiencias. Contaremos, entre otras, con la presencia de Luciana Alfaro Lavado.

El día 15 de noviembre, a las 10h., en el edificio Txara II de Intxaurrondo, se llevará a cabo un taller dirigido a profesionales del ámbito social, dirigido por Jeanne-Rolande Dacougna Minkette, de Biltzen (Servicio Vasco de Integración y Convivencia Intercultural).

La lucha antirracista centra la programación de la 17º edición del Festival de Cultura Raval(s)

Cartel de la edición de este año del Festival de Cultura Raval(s) / Cedida

El Festival, que es celebrará del 7 al 9 de noviembre, dio el pistoletazo de salida el pasado 31 de octubre a los 19.30h en el Ateneu del Raval con una actividad pre-inaugural durante la cual se proyectaron dos cortometrajes y una obra de teatro, a través de los cuales se explicaron las historias de jóvenes que nacieron en Cataluña -muchos y muchas del barrio- con el objetivo de visibilizar su complejo proceso identitario.

El festival se iniciará el jueves 7, con las exposiciones de fotografía documental ‘La Resistencia’, sobre los vecinos y vecinas del Raval en la Biblioteca Santo Pablo – Santa Cruz y ‘Vivencias propias’ al Casal de Barri Folch y Torres, sobre vivencias de mujeres migradas y refugiadas; cuentacuentos antirracistas, juegos infantiles y ajedrez; un recital de poesía sufí; un programa de radio en vivo con testigos de los jóvenes del barrio alrededor del racismo; la obra de Teatro Foro ‘MUSTAFÀ es al rellano!’ y el coloquio ‘El Antigitanisme des de una visión de género’, a cargo de activistas gitanas y mujeres de su comunidad son las otras actividades que se celebrarán mañana.

El viernes 8, de 10 a 20h, los Jardines de Rubió y Lluch acogerán propuestas de diferentes entidades, colectivos y asociaciones en la jornada “Rituales, palabras, sonidos y tejidos de diversidad”, con un conjunto de actividades que quieren reivindicar la diversidad del barrio. Entre estas habrá talleres de intercambio de conocimientos y de memoria colectiva, así como la creación de un mural participativo.

La programación de viernes se completará con actividades como un itinerario para descubrir el pasado y el presente de la comunidad gitana de la calle de la Cera, un taller de grafiti contra el racismo o un espectáculo de títeres a cargo de mujeres artistas gitanas.

La música será otro de los puntos de unión del festival con una gran oferta de diversos estilos y territorios. Aquí os podéis descargar el programa completo de actividades.

International Gypsy Language Day

The gypsy flag is a symbol within the Roma community / Gemma Cortés

Having gathered in Zagreb (Croatia) over the course of 3rd, 4th and 5th November 2009, Gypsy men and women from 15 countries took the decision, with the protection of the International Romani Union, to declare 5th November as the International Romani Language Day.

With this in mind, allow me to offer you some facts in order to show the knowledge of this fundamental means of communication which is used for the purpose of culturally identifying any group of people or a community.

Global Gypsy Population and the current state of its universal language

There are approximately 14 million of us Gypsies living in the world and we are spread out in the following way: two million in South America and two million spread across the United States of America and Canada. The remaining 10 million live in Europe, amongst which, eight million of these are in the 27 States that make up the European Union, and the other remaining two million are in those countries that are situated further to the east of the common territory. I do not have enough reliable data on the Gypsy population of Turkey, which could increase the total number of this community residing all over the world by a million.

Romani is the official and universal name by which this language is recognised, having a Sanskrit origin which is inscribed into a group of distinct languages ―Prakrit ― that were spoken in India many centuries before the birth of Jesus Christ and continued until the 11th century, the age when the Gypsy exodus began from India until the furthest corner of continental Europe.

Roughly speaking, I would venture to say that the global level of knowledge and insertion of the Romani language would be the following: ten million Gypsy people speak Romani as their mother tongue. It is the language which is used by all members of their family and in their daily lives and, which they use to communicate with the other members of the group who live in their immediate surroundings. Evidently, all of them are bilingual because they know and use the language of the country where they reside, in order to interact with other citizens.

Of the four million that remain, half of them know and use Romani in a natural way even though for them, this language has ceased to be their mother tongue. They speak Romani naturally because they have learnt it from their parents or grandparents, however, they also use the country’s official language interchangeably within the family environment.

Finally, there remains two million people for whom Romani has ceased to be the driving language used to communicate with other members of the group and their knowledge of it is very limited and strongly obstructed by the official language of the country where they live. Sadly, for us Spanish Gypsy men and women, we are included in this third group.

Romani, a language that must be protected

The European Charter for Regional or Minority Languages’ was drawn up by the European Council and ratified in Strasbourg on 5th November 1992. Its aim is to defend and promote all European languages that are unofficial or which exist in one particular Member State, but not recognised in another of the signatory States. At present, Romani has been recognised as a language that deserves special protection by Germany, Austria, Slovakia, Slovenia, Finland, Montenegro, the Netherlands, Romania, Serbia and Sweden. There are still many countries where Gypsies are present though their language is yet to receive the protection that it deserves by their respective governments. Perhaps, one of the causes that could be attributed to Spain’s apathy is the fact that according to the Charter’s very own terminology, the Gypsy language is considered to be a “Language without territory”, which essentially means the speech is limited to the minority percentage of people who live throughout the state’s territory. This difference is evident when we consider, for example, Catalan, Basque or Galician, which do have a concrete and defined territory where these are spoken.

In the fourth point of the Zagreb Declaration, the signatories state that “Member States should finance the promotion of the Romani language, including all the actions that this entails.” In addition, in the fifth point, they demand that “European institutions must thoroughly monitor and control actions carried out by Member States with regards to both the Romani language and culture.”

The Romani language in Spain, a survival miracle

In Spain, us Gypsies speak Kalo which is a branch that is very limited and almost a purely formal version of universal Romani. I have the temptation now to dwell on the speech of Spanish Gypsies using a rigorous and academic explanation but, I will desist for obvious reasons: I have neither the space for this nor would it fulfil the journalistic or informative character that is expected in my articles. However, I invite those who wish to know more about the Gypsy language, to get in contact with me using the following e-mail address: u-romani@pangea.org.

The use of Kalo in Spain depends greatly on the territory. Obviously, it is most used in Andalusia where the speech demonstrates the many contributions of popular Kalo. Next, I would venture to say that it is in Catalonia where Gypsies have the most knowledge of universal Romani because they incorporate many common expressions used by Gypsies globally into their speech which for me, were unknown until I lived in Catalonia.

From when I was born, and in a completely natural way, my family used important words in conversation such as: “naquerar, dikar, villar, chalar, jamar, jallipen, kalladó, lachó, chorró, jundunar, pestañí, báto, mui, pesti, chukel, chavó, romí, kher, etc. etc». And like this, with hundreds of scarce words appropriately intertwined with Spanish, it made it impossible for any citizen to fully understand any conversation that my grandparents had with my uncles and aunts. What is more, I still get the feeling today of incredible admiration when seeing my poor mother, an illiterate Gypsy just like all members of my family were, knowing how to decline some cases of personal pronouns just like what happened a thousand years ago when the first Gypsies began their exodus from India into the unknown, and just like now when ten million Gypsies speak Romani as their mother tongue.

The Gypsy culture as a whole, such as our customs and traditions dating thousands of years, has suffered and continues to experience extremely important changes, which our parents and not least our grandparents could never have imagined. And the gypsy language has not remained on the fringes of this reality.

I remember about 50 years ago (goodness, how time has passed!), I addressed some words to a large congregation of Gypsy families in one of the most important provinces of Valladolid. It was about encouraging them to stop their legitimate pride in being Gypsies declining and, the need for them to place more value on everything that we consider to be the greatest evidence of our cultural identity. And of course, I dedicated a great lecture insisting that they should restore the Kalo that they learnt from their predecessors and teach it to their children. I told them that the more they spoke Kalo, the better it would be for everybody. But the thing is, on finishing, an old Gypsy man came up to me in order to tell me the following:

‘Son, I really enjoyed what you have said and you can count on us to do what is required but, I must warn you of one thing: do not even think about allowing “non-Gypsies” to learn our language. I am warning you because if you do, you will have serious problems with us.’

I came out of this predicament as best as I could because I knew that for this old Gypsy, just like the majority of our people from that same era, Kalo was a form of defence against the marginalisation and persecution that we had always suffered from society as much as public authorities.

A cry for hope

Fifty years have not gone by in vain. Today, we have young Gypsies who value their language as one of the most tangible symbols of their belonging to a very large community which is spread globally and, who know how to guard their language as the most precious treasure. This is why we want more people to have knowledge of it, for the better. It would be the best guarantee of its survival. So much so that public authorities should commit to elaborating programmes which would allow those schools with large numbers of Gypsy students to provide them with compulsory Romani classes as well as to those who take an interest in learning the language.

This is a petition which we make to the national government and the Autonomous Regions. This with the exception of the Andalusian government from who we require a direct participation in this matter. It is little wonder that the Gypsy population on this earth has surpassed five percent, meaning a Gypsy-Andalusian population of more than 350,000 people.

This English translation has been possible thanks to the PerMondo project: Free translation of website and documents for non-profit organisations. A project managed by Mondo Agit. Translator: Anastasia Korotkova.

Día Internacional de la Lengua Gitana

La bandera gitana es todo un símbolo dentro de la comunidad romaní / Gemma Cortés

Reunidos en Zagreb (Croacia) los días 3, 4 y 5 de noviembre de 2009, gitanos y gitanas de 15 países, tomaron la decisión, con el amparo de la Unión Romaní Internacional, de declarar el 5 de noviembre como Día Internacional de la Lengua Romaní

Con este motivo, permítanme ofrecerles algunos datos para ilustrar el conocimiento de este vehículo de comunicación fundamental para la identificación cultural de cualquier pueblo o comunidad.

Población gitana mundial y estado de su lengua universal

Vivimos en el mundo, aproximadamente, 14 millones de personas gitanas que se distribuyen de la siguiente forma: dos millones en América del Sur y dos millones entre Estados Unidos y Canadá. Los 10 millones restantes viven en Europa, de los cuales, ocho millones están presentes en los 27 Estados que forman la Unión Europea y los dos millones restantes en los países situados más al Este del territorio comunitario. No dispongo de datos suficientemente fiables de la población gitana residente en Turquía que podría aumentar en un millón la cifra total de esta comunidad residente en todo el mundo.

El rromanó es el nombre oficial y universal con que se conoce este idioma que es de origen sánscrito y que se inscribe en el conjunto de lenguas distintas ―el prácrito― que se hablaban en la India varios siglos antes de que naciera Jesucristo y que se mantuvieron hasta el siglo XI después de Cristo, época en que se produce el éxodo gitano desde la India hasta el último rincón de la Europa continental.

A groso modo yo me atrevería a decir que el nivel de conocimiento e implantación del rromanó en el mundo sería el siguiente: diez millones de personas gitanas tienen el rromanó como su lengua madre. Es el idioma que usan todos los miembros de la familia en su vida diaria y con el que se comunican con el resto de los integrantes de del grupo que viven en su entorno más inmediato. Evidentemente todos son bilingües porque conocen y usan el idioma del país en que residen para relacionarse con el resto de la ciudadanía.

De los cuatro millones restantes, la mitad conocen y usan el rromanó de forma natural en su vida diaria, aunque esta lengua haya dejado de ser para ellos la lengua madre. Hablan rromanó con naturalidad porque lo han aprendido de sus padres o de sus abuelos, pero usan indistintamente el idioma oficial del país, también en el seno familiar.

Finalmente quedan dos millones de personas para las cuales el rromanó ha dejado de ser la lengua vehicular a través de la cual se comunican con el resto de los miembros del grupo y del que tienen un conocimiento muy limitado y fuertemente mediatizado por el idioma oficial del país en que viven. Por desgracia para nosotros, los gitanos y gitanas españoles, estamos incluidos en este tercer grupo.

El rromanó, una lengua a la que hay que proteger

El Consejo de Europa redactó la ‘Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales’ y la ratificó en Estrasburgo el 5 de noviembre de 1992. Su objeto es la defensa y promoción de todas las lenguas de Europa que no son oficiales o que siéndolo en un Estado miembro no es reconocida en alguno otro de los Estados firmantes. En estos momentos el rromanó ha sido reconocido como lengua que merece una especial protección por Alemania, Austria, Eslovaquia, Eslovenia, Finlandia, Montenegro, Países Bajos, Rumanía, Serbia y Suecia. Son muchos todavía los países en los que los gitanos están presentes y cuya lengua no ha merecido la protección de sus respectivos gobiernos. Una de las causas a las que achacar esta desidia por parte de España tal vez sea la consideración que el idioma gitano tiene, de acuerdo con la propia terminología de la Carta, de “Lengua sin territorio”, es decir, cuando el habla está circunscrita a porcentajes minoritarios de personas que viven en todo el territorio del Estado. Esa diferencia es evidente cuando contemplamos, por ejemplo, el catalán, el euskera o el gallego que sí tienen un territorio concreto y delimitado donde se habla.

En el punto 4 de la Declaración de Zagreb, los firmantes manifiestan que “los Estados deben financiar la promoción de la lengua rromaní, así como todas aquellas acciones que ello conlleva. Y en el punto 5 reclaman que “Las instituciones de Europa deben hacer un exhaustivo seguimiento y control sobre las acciones que realicen los Estados implicados tanto en la lengua como en la cultura rromaní.”

El rromanó en España, un milagro de supervivencia

En España los gitanos hablamos en kaló que es una rama muy limitada y casi puramente testimonial del rromanó universal. Siento la tentación de explayarme ahora en una explicación rigurosa y académica del habla de los gitanos españoles, pero desisto de ello por razones obvias: ni tengo espacio para ello ni cumpliría con el carácter periodístico y divulgativo que pretenden tener mis artículos. Invito, eso sí, a quien quiera saber más sobre la lengua gitana que se ponga en contacto conmigo en la siguiente dirección electrónica: u-romani@pangea.org

El uso del kaló en España depende en gran medida del territorio. Obviamente donde más se usa es en Andalucía en cuya habla se evidencia las muchas aportaciones del kaló popular. Luego me atrevería a decir que es en Cataluña donde los gitanos tienen un mayor conocimiento del rromanó universal porque incorporan a su habla muchas expresiones de uso corriente entre todos los gitanos del mundo y que para mí eran desconocidas hasta que viví en Cataluña.

Desde que nací, y de forma absolutamente natural, en el habla de mi familia se usaban palabras clave en la conversación como: “naquerar, dikar, villar, chalar, jamar, jallipen, kalladó, lachó, chorró, jundunar, pestañí, báto, mui, pesti, chukel, chavó, romí, kher, etc. etc.”. Y así hasta un centenar escaso de palabras que debidamente entreveradas con el castellano hacían imposible que cualquier ciudadano pudiera entender con precisión cualquier conversación de mis abuelos con mis tíos y mis tías. Es más, todavía hoy me produce una sensación de maravillosa admiración, comprobar que mi pobre madre, gitana analfabeta como lo eran todos los miembros de mi familia, sabía declinar algunos de los casos de los pronombres personales tal como se hacía hace mil años, cuando los primeros gitanos iniciaron su éxodo desde la India hacía lo desconocido y tal como lo hacen ahora los diez millones de gitanos y gitanas que tienen el rromanó como su lengua madre.

La cultura gitana en su conjunto, así como nuestras costumbres y tradiciones milenarias, han sufrido y siguen experimentando cambios sumamente importantes que jamás habrían sospechado nuestros padres y mucho menos nuestros abuelos. Y la lengua gitana no ha quedado al margen de esa realidad.

Recuerdo que hace unos 50 años ―¡Señor, como ha pasado el tiempo!― dirigía yo unas palabras a un numeroso grupo de familias gitanas en uno de los pueblos más importantes de la provincia de Valladolid. Trataba de animarlos para que no decayeran en su legítimo orgullo de ser gitanos y en la necesidad de que revalorizaran todo aquello que constituía para nosotros las mayores muestras de nuestra identidad cultural. Y ¡cómo no!, dediqué una buena parrafada insistiendo en que debían recuperar el kaló que aprendieron de sus antepasados y enseñarlo a sus hijos. Les dije que cuantos más hablaran el kaló, mejor sería para todos. Pero, he aquí que, al terminar, se me acercó un gitano de avanzada edad para decirme lo siguiente:

―Sobrino, me ha gustado mucho todo lo que has dicho y puedes contar con nosotros para lo que haga falta, pero quiero advertirte de una cosa: No se te ocurra facilitar que los “payos” aprendan nuestra lengua. Te lo advierto porque si lo haces tendrás graves problemas con nosotros mismos.–

Salí del apuro como buenamente pude porque yo sabía que para aquel viejo gitano, como para la mayoría de nuestra gente de aquella época, el kaló era un arma de defensa frente a la marginación y la persecución que veníamos sufriendo desde siempre tanto de la sociedad mayoritaria como de los poderes públicos.

Un grito a la esperanza

Cincuenta años no han pasado en balde. Hoy tenemos una juventud gitana que valora su lengua como uno de los símbolos más palpable de su pertenencia a una comunidad muy grande, esparcida por todo el mundo, y que ha sabido guardar su idioma como el más preciado tesoro. Por eso queremos que cuanta más gente lo sepa, mejor. Esa sería la mejor garantía de su supervivencia. Tanto es así que los poderes públicos deberían comprometerse en la elaboración de programas que hicieran posible que en las escuelas donde haya un número significativo de niños y niñas gitanos se impartieran clases de rromanó a las que deberían asistir tanto los niños gitanos como los que no lo son y tengan interés en aprenderlo.

Esta es una petición que hacemos al Gobierno de la nación y a los de las Comunidades Autónomas. Salvo al gobierno andaluz a quien reclamamos su implicación directa en este asunto. Que no en vano la población gitana supera en aquella tierra el cinco por ciento, lo que supone una población gitano-andaluza de más de 350.000 personas.

Bulgaria está a punto de aprobar una ley fascista y xenófoba de ‘integración gitana’

Ultras búlgaros durante el partido contra Inglaterra del lunes en Sofía / EFE

Al igual que ha sucedido en otros países europeos, el gobierno de Bulgaria también quiere sumarse a la ola de extrema derecha que recorre Europa. Están diseñando lo que llaman la Estrategia de Integración Social, un plan que busca limitar los embarazos de las mujeres gitanas y rumanas, y cambiar la denominación del colectivo por una denominación xenófoba.

De aprobarse esta ley, los gitanos pasarían a ser ‘europeos no nativos’ en lugar de gitanos a secas. La extrema derecha ha ido ganando terreno en Bulgaria desde 2017, cuando la alianza Patriotas Unidos fue tercera fuerza más votada en Bulgaria, lo que hace que hoy esté presente en el gobierno gracias a un pacto con los conservadores.

La iniciativa, que pretende convertirse en ley una vez sea aprobada por el Parlamento búlgaro busca limitar el número de nacimientos en las familias gitanas, crear escuelas laborales exclusivas para ellos y programas de trabajo forzado para algunos sectores dentro de la comunidad. Para reducir el número de nacimientos ofrecerá abortos gratuitos a las mujeres gitanas y reducirá las ayudas sociales a todas aquellas madres que ya hayan tenido al menos dos niños.

Estas medidas han sido denunciadas en una misiva al primer ministro búlgaro, calificadas de ‘fascistas’ y más propias de regímenes autoritarios. Actualmente el 5% de la población que reside en Bulgaria es de etnia gitana, por lo que podemos hacernos una idea de lo brutal que será esta ley.

Aarón Escudero: así es la vida de un influencer gitano

Aarón Escudero alza la voz por la igualdad e integración de la población gitana a través de las redes sociales / Cedida

Ni futbolistas, ni cantantes, ni actores, ahora los niños de mayor quieren ser influencer. En Está Pasando hemos conocido a uno de ellos, Aarón Escudero. Tiene 19 años y es influencer y youtuber.

Nacido en Carabanchel, es un joven de etnia gitana que siempre se ha interesado por la moda y las tendencias. Con sus metas muy claras se ha graduado en Actividades Comerciales y poco a poco ha luchado por hacerse un hueco en redes sociales.

Lo que marca la diferencia en Aarón es que, con más de 17.000 suscriptores en su canal de Youtube y 18.000 seguidores en su cuenta de Instagram, decide alzar la voz por la igualdad e integración de la población gitana.

Superadas las expectativas de asistencia a las jornadas de Mediación Intercultural con Población Gitana en Exclusión celebradas en Jerez

Antonio Torres, vicepresidente y director de programas de Unión Romaní durante un momento de su charla / UR

El ciclo de jornadas sobre ‘Aproximación a la Mediación Intercultural: Ámbitos de Intervención con Población Gitana en Exclusión’ que Unión Romaní viene desarrollando desde 2001 por universidades de toda España, ha llegado a su término en la edición de este año, tras la finalización de las organizadas en Jerez de la Frontera. 

La sede de la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Cádiz en esta ciudad acogió los pasados 29 y 30 de octubre esta formación con un gran éxito de público que superó las expectativas previstas por la entidad. El interés despertado en el campus jerezano provocó que hasta cuatro profesores suspendiesen sus clases esos días para facilitar la asistencia del alumnado a algunas de las sesiones programadas. La mayor parte acudió como oyente, a los que se sumaron los inscritos que completaron toda la formación.

Las jornadas, financiadas por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, están dirigidas a profesionales y estudiantes de los ámbitos educativo, sanitario, social y laboral, con objeto de acercarlos a la cultura gitana y a la mediación intercultural en contextos desfavorecidos, de cara a que puedan ejercer su labor con estas personas con mayor garantía de éxito.

Intervinieron ponentes de amplia trayectoria y experiencia en la materia como Francisco Javier Alés, director del Foro Internacional de Mediadores de la Universidad Loyola Andalucía; Vanesa Hervías, profesora ayudante doctor de la Facultad de Ciencias del Trabajo de la UCA; Cristina Goenechea, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación y responsable del proyecto ‘Gitanos y gitanas en la UCA’; Trinidad Caballero, miembro del proyecto ‘Gitanos y gitanas en la UCA’; Gabriela Alés, mediadora y profesora de la Universidad Pablo de Olavide; y Antonio Torres, vicepresidente y director de programas de Unión Romaní.

En el transcurso de las sesiones se expusieron cuestiones relacionadas con la multiculturalidad e interculturalidad, el conflicto, la mediación comunitaria, el género, factores de cambio en la comunidad rromà, y una investigación sobre el alumnado gitano que estudia en la Universidad de Cádiz.

Dado el interés generado, Unión Romaní y la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Cádiz en Jerez están manteniendo conversaciones para que este centro universitario vuelva a acoger jornadas de este tipo en 2020, tratando de adaptarlas a las necesidades de profesores y alumnos y con grupos de trabajo reducidos (entre 30 y 40 personas) para facilitar la interacción y la asimilación de contenidos.  

Ayuntamiento y FAGA renuevan por séptimo curso consecutivo el programa de refuerzo educativo Edukalo

El Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar y la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas (FAGA) firmando el acuerdo de colaboración / Murcia.com

La alcaldesa de San Pedro del Pinatar, Visitación Martínez, y el presidente de la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas (FAGA) en la Comunidad Valenciana, Ramón Fernández Fernández, han suscrito hoy un convenio de colaboración para el desarrollo del programa de apoyo educativo Edukalo, en colaboración con las concejalías de Educación y Voluntariado.

En virtud de este acuerdo, el plan Edukalo se incluye en las medidas del Plan municipal de Prevención y Control del Absentismo (PAE), a través de talleres socio-educativo de seis horas semanales con niños gitanos y la mediación con centros y familias.

Para el desarrollo de estos talleres, que se desarrollan en el Centro de Ocio y Artes Emergentes, FAGA cuenta con la colaboración del plan de Voluntariado Local, a través del proyecto de voluntariado universitario. Además, la concejalía de Educación donará material escolar para los trabajos de los niños incluidos en este programa.

Visitación Martínez ha resaltado el buen resultado obtenido a lo largo de los años por este programa entre el alumnado gitano en San Pedro del Pinatar que, a nivel global, asciende a más de 200 niños y jóvenes escolarizados en los diferentes niveles educativos.

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