Carta abierta al Ministro del
Interior
Excmo. Sr.
Don FERNANDO GRANDE-MARLASKA GÓMEZ
Estimado amigo y Ministro:
A estas alturas de la vida ya casi
nada nos sorprende. Sin embargo, a veces, nuestra capacidad de sorpresa queda
superada cuando leemos u oímos noticias tan alarmantes como la que hace tan
solo unos minutos acabamos de conocer. Dígame usted, señor ministro, si lo que
sigue no tiene todas las trazas de ser una crónica de guerrilla o de ataque
perfectamente planificado de un pequeño ejército de hombres armados ―algunos
les llaman “efectivos”, denominación horrible para señalar a seres humanos―
contra un bastión de resistencia bélica. Observe:
Una
banda de gitanos peligrosa
A falta de información
oficial, y según han explicado fuentes de los tres cuerpos (Mozos de Escuadra,
Policía Nacional y Guardia Civil), la operación es contra un peligroso grupo
criminal liderado por personas de etnia gitana.
Aunque hay secreto de sumario, la policía
ha explicado que se espera encontrar en los registros grandes
cantidades de dinero y armas.
Más de 300
agentes
En el operativo se han desplegado agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos, de la Brigada Móvil, los guías caninos y de subsuelo y también los investigadores del Área de Investigación Criminal (AIC) de los Mossos, que es quien ha liderado esta vez contra el narcotráfico en el área metropolitana de Barcelona. En total, más de 300 agentes, entre Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional.
No queremos entrar a
valorar el contenido de la información desde la perspectiva periodística de dar
la noticia. Nuestra campaña permanente de “Periodistas contra el racismo” es un
reclamo constante para pedir a los profesionales de los medios que eviten hacer
referencia a la raza, al origen o a la cultura de las personas “en contextos
peyorativos”. Así consta literalmente en el Código Deontológico
Internacional de la profesión periodística. Hoy queremos llamar su atención,
señor ministro, sobre la lamentable información ofrecida por las Fuerzas de Seguridad
cuando se han dirigido a los medios.
La policía no
puede decir que se trata de una operación “contra un peligroso grupo criminal
liderado por personas de etnia gitana”. Como tampoco puede afirmar,
temerariamente, que “espera encontrar en los registros grandes cantidades
de dinero y armas”. Y para más INRI los tres cuerpos policiales
filtran esos comentarios y afirmaciones cuando el juzgado ha decretado el
secreto del sumario.
Ni contra la mafia italiana se despliegan
tantos medios
Señor Ministro: esto es un
despropósito. Llevamos muchos años luchando por lograr un cambio en la
mentalidad de una parte de la ciudadanía que ve en nosotros, los gitanos, la
imagen de todas las trapacerías y de la pequeña delincuencia. Está costando
muchos esfuerzos y, sobre todo, estamos desarrollando un trabajo de titanes
para lograr que los periodistas nos ayuden en esta necesaria tarea. Por eso le
digo que los agentes de la autoridad no deben proporcionar una información que
aumentará la prevención y el nivel de discriminación de nuestra comunidad. Después
de esto habrá quien pensará que hemos alcanzado un nivel de peligrosidad similar
al que ostentan otros grupos de maleantes muy bien organizados. Y si no, ¿para
qué tanto aparato de guerra?
Mucha gente dirá que hemos dado un
gran salto. Ahora se necesitan 300 agentes entre Mossos, Guardia Civil y
Policía Nacional para perseguirnos, además de poner en marcha al Grupo Especial
de Intervención. Todos ellos auxiliados de perros caninos y guías de subsuelo
bajo la dirección del Área de Investigación Criminal de los Mossos. Y todo esto
¿para qué? Al final lo que queda claro es que la policía ha dicho que iba a
detener a un grupo criminal liderado por gitanos y que esperaban encontrar en
sus casas gran cantidad de armas y de dinero. Ya veremos en qué queda al final
tanta e imprecisa acusación.
El papel de los medios de
información
La noticia, tal como la he leído, no
es producto de la fiebre del periodista ansioso de dar una noticia de primera
plana. El redactor se ha limitado a transcribir lo que les han dicho los
agentes de los tres cuerpos de seguridad que estaban interviniendo en los
registros y detenciones. Y eso es lo grave. Siempre hemos dicho, y así lo hemos
manifestado, que para
nadie constituye un secreto que los medios de comunicación social son los
artífices, en gran medida, de la creación de los «estados de
opinión». Si hace años solía decirse que lo que no aparecía en los
libros no merecía crédito, hoy en día puede afirmarse que el horizonte cognitivo
de la mayoría de los ciudadanos se encuentra determinado, casi por completo,
por el contenido de los medios de comunicación. Por eso siempre hemos mantenido
desde la Unión Romaní que nuestro primer y principal objetivo es ganar el
respeto y la colaboración de los medios de comunicación.
La policía
debe dar ejemplo
Dicho lo
anterior, señor ministro, usted comprenderá la gran importancia que tiene lo
que le voy a decir a continuación. Corría el año 1978 y los diputados de
aquella primera legislatura estábamos empeñados en terminar de redactar la
Constitución. Fue entonces cuando presenté en el Congreso de los Diputados una
iniciativa que, entre otras cosas, pusiera fin al trato vejatorio que en
ocasiones ―muchas ocasiones― recibíamos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado. Y la guinda la puso el responsable de la Guardia Civil de entonces
en la ciudad de Hospitalet de Llobregat. Este mando policial se dirigía
a nosotros para asustarnos diciéndonos:
― Quiero que
sepáis, gitanos, que a mí me llaman el tigre y a mis guardias los leones.
Imagínese la
escena, señor ministro. Temblábamos como conejos cuando nuestros delitos
consistían en quitarnos el hambre a bofetadas “protegiendo” alguna gallina
desorientada o cogiendo algunas frutas de los árboles que lindaban con los
caminos polvorientos de entonces. Todo para evitar que nuestros hijos murieran
de hambre.
Déjeme decirle
que los Diputados de entonces reaccionaron de maravilla. Y el Gobierno de don Adolfo
Suárez también. Y especialmente su predecesor el Ministro del Interior de
entonces don Rodolfo Martín Villa quien tras conocer el resultado
favorable de mi iniciativa parlamentaria me abordó en un Pleno del Congreso y
me dijo:
―Quiero
hacerle un regalo para que lo conserve usted entre sus recuerdos de esta etapa.
Aquí tiene el original de la orden que acabo de enviar a todas las Comisarías
de Policía de España y a todas las Comandancias de la Guardia Civil del país.
En esta orden digo que a partir de ahora no se utilice la palabra “gitano o
gitana” cuando se redacte alguna diligencia relacionada con la comunidad
gitana. Y que cuando sea absolutamente imprescindible la identificación de
alguna persona tampoco se diga “gitano” sino que se proceda a su descripción en
términos parecidos a “de color moreno” o “de pelo ensortijado”, etc.
Tome nota,
señor Ministro. Usted puede hacerlo dando una alerta a la policía y a los
guardias. Y me consta que usted lo hará porque le conozco y sé de su compromiso
militante en la lucha contra el racismo y la exclusión social.
Atentamente,
Juan de Dios Ramírez Heredia
Abogado y
periodista