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Carta Abierta al Ministro de Educación, Ínigo Méndez de Vigo: De los desmanes habidos en la educación marginal

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Estimado señor Ministro:

Me dirijo a usted para poner en su conocimiento —y me consta que está bien informado— algunas situaciones que atañen al conjunto de colegios segregados, que en todo el Estado español son alrededor de 300 centros (en Castellón hay 4), en los que están integrados el alumnado marginal. En ellos, sin medias tintas, es manifiesto el incumplimiento en materia de ‘derecho a la educación’ que contempla la Comunidad Europea.

La escasa atención y nula ocupación que las autoridades educativas con responsabilidad—y competencias transferidas— tienen respecto a estos centros es palmaria. La constatación de la ‘vida educativa’, en una ciudad como Castellón de la Plana —lugar que por sus características se puede convertir en un óptimo y permanente laboratorio para desarrollar y testar proyectos educativos, con cuatro Centros de Acción Educativa Singular (CAES), en los que durante los últimos 25 años apenas han salido 10 bachilleres (¡¡¡extrapolando estas cifras al total de centros segregados, nos echamos a temblar!!!). De los alumnos que terminan la enseñanza primaria, muy pocos pasan a la secundaria y, de éstos, casi ninguno/a la terminan. Lamentable pero cierto.

Hoy en día la comunidad científica tiene medios suficientes para resolver y evitar que los niños y niñas de estos centros no se vean eternamente marginados. La adhesión de estos centros al proyecto educativo de ‘Comunidades de Aprendizaje’ es la solución que propone la comunidad científica. Le recuerdo, señor ministro, que el objetivo final de las comunidades de aprendizaje lleva implícita la eliminación del fracaso escolar, aquí se halla la clave de bóveda del exitoso proyecto, y se consigue a través de la transformación no de la adaptación.

Ni se puede tolerar ni es comprensible que un sistema educativo que funciona, y muy bien, no se implante en los centros marginales de nuestro país. Mantener el criminal silencio de esta situación debiera ser constitutivo de delito de lesa infancia. Desde la Fundación Punjab, desde años ha —hace algo más de dos décadas— venimos denunciando, a la vez que proponiendo soluciones a todas estas situaciones, que entre el personal docente se observa más preocupación para que se cumpla la obligación de ir a la escuela —evitar el absentismo escolar— que para desarrollar el derecho a la educación en su máxima expresión. La obligación de ir a la escuela (aunque en ella los alumnos marginados se encuentren olvidados), el paliar el famoso absentismo, viene ocupando al funcionariado docente: es el arma que esgrimen para justificar éxito alguno. El resultado es a todas luces negativo porque no existe ningún tipo de profesionalidad. Hay ciertas actuaciones por parte de los ‘docentes’ que son, sin exagerar, de juzgado de guardia. Mientras tanto, el derecho a la educación brilla por su ausencia.

Es un dislate, bien por falta de profesionalidad funcionarial bien por negligencia política, que el derecho a la educación no se obtenga en su máxima expresión, en terminología europea, al cien por cien. Dar solución al derecho a la educación es un problema que compete a todos los políticos, a los que detentan el poder y a los que están en la oposición. Partidos en el poder y partidos en la oposición: ¡Soluciones ya! Con la máxima energía, y con la misma cantidad de respeto democrático, hay que exigir una solución inmediata a la lamentable situación generada rayana en lo aberrante. Sin duda alguna todos los alumnos de colegios segregados, que repito en España son alrededor de trescientos, no lograrán saborear las bondades de nuestra democracia, para vergüenza de nuestros políticos y de los ciudadanos de bien. No tiene nombre que no se resuelva un problema que afecta a muchos niños y niñas, muchos de ellos gitanos aunque no todos, condenándoles de antemano a la ‘trampa’ de la pobreza y, lógicamente, a las consecuencias que ésta arrastra. Es un problema endémico —no es una cuestión económica sino de responsabilidad social— que afecta a todos los responsables políticos, tengan éstos competencias o no. La ‘espiral del silencio’ generada en torno a los colegios segregados, insisto se tengan competencias o no, se puede considerar corrupción… una corrupción sutil, si se quiere, presentada de forma subliminal pero, al cabo, corrupción. Y, más aún, la peor de las corrupciones porque es la que ataca a escolares del todo indefensos.

La Comisión Europea considera que el derecho a la educación deben gozarlo el cien por cien de las personas de Europa (o sea, todos) y deben de obtener con éxito la enseñanza secundaria (como mínimo); en el caso del estado español nos aceptan el bachillerato y formación profesional de grado medio. En algunas ocasiones, a pesar de nuestra historia, cuesta bastante reconocernos europeos. El espíritu de toda la pedagogía de Freire, en el sentido de la educación como modelo de transformación de las personas y del mundo, queda diluido por la ignorancia y la incompetencia.

Las personas que se mueven en la marginalidad también tienen sus sueños y, entienden con claridad meridiana, que las comunidades de aprendizaje parten de una base igualitaria, por la cual, todos los niños tienen derecho a una enseñanza que no devenga, desde su más tierna infancia, en fracaso. Una vez más: ¡Basta ya! —lo repetiremos cuántas veces se nos antoje mientras siga igual la situación de estos centros de atención especial (¡Vaya eufemismo! señor ministro) —. La inacción condena a niños y niñas a no disfrutar de nuestra democracia, y hay que recordar, que también es de ellos.

Resulta imposible volver atrás en el tiempo: lo pasado, pasado está. Pero ¿cuánto tiempo tenemos que esperar para que alguien ponga remedio a esta injusta e injustificable situación? En sus manos, como máximo responsable de la enseñanza en nuestro país, se encuentra la llave que abre la puerta de la sin razón educativa. Atienda las necesidades de esa grey de centros CAES que jalonan, para nuestra vergüenza democrática, muchos puntos de la geografía española. Convoque un Foro de ámbito nacional, con la participación de todos los afectados, para dar soluciones e iluminar el camino a seguir —a saber, la adhesión al proyecto educativo exitoso y reconocido por la comunidad científica—. Implante el método de enseñanza ‘Comunidades de Aprendizaje’ en estos centros, y conseguirá que el fracaso escolar sea anecdótico. Hecho esto cierre esa puerta (de la vergüenza) de una vez para siempre. De ese modo conseguirá desmarcarse de todos sus antecesores que, cuando tuvieron que atender la educación marginal, miraron hacia otro lado. Y pasará a la historia de nuestra (adolescente) democracia como el ministro que puso coto a los desmanes habidos en materia de educación marginal.

Señor ministro: Salud y Comunidades de Aprendizaje.

 

Enrique Giménez Adell
Presidente de la Fundación Punjab

Carta Abierta al Ministro de Educación, Ínigo Méndez de Vigo: De los desmanes habidos en la educación marginal

El ministro de Educación, Iñigo Méndez de Vigo / EFE
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Estimado señor Ministro:

Me dirijo a usted para poner en su conocimiento —y me consta que está bien informado— algunas situaciones que atañen al conjunto de colegios segregados, que en todo el Estado español son alrededor de 300 centros (en Castellón hay 4), en los que están integrados el alumnado marginal. En ellos, sin medias tintas, es manifiesto el incumplimiento en materia de ‘derecho a la educación’ que contempla la Comunidad Europea.

La escasa atención y nula ocupación que las autoridades educativas con responsabilidad—y competencias transferidas— tienen respecto a estos centros es palmaria. La constatación de la ‘vida educativa’, en una ciudad como Castellón de la Plana —lugar que por sus características se puede convertir en un óptimo y permanente laboratorio para desarrollar y testar proyectos educativos, con cuatro Centros de Acción Educativa Singular (CAES), en los que durante los últimos 25 años apenas han salido 10 bachilleres (¡¡¡extrapolando estas cifras al total de centros segregados, nos echamos a temblar!!!). De los alumnos que terminan la enseñanza primaria, muy pocos pasan a la secundaria y, de éstos, casi ninguno/a la terminan. Lamentable pero cierto.

Hoy en día la comunidad científica tiene medios suficientes para resolver y evitar que los niños y niñas de estos centros no se vean eternamente marginados. La adhesión de estos centros al proyecto educativo de ‘Comunidades de Aprendizaje’ es la solución que propone la comunidad científica. Le recuerdo, señor ministro, que el objetivo final de las comunidades de aprendizaje lleva implícita la eliminación del fracaso escolar, aquí se halla la clave de bóveda del exitoso proyecto, y se consigue a través de la transformación no de la adaptación.

Ni se puede tolerar ni es comprensible que un sistema educativo que funciona, y muy bien, no se implante en los centros marginales de nuestro país. Mantener el criminal silencio de esta situación debiera ser constitutivo de delito de lesa infancia. Desde la Fundación Punjab, desde años ha —hace algo más de dos décadas— venimos denunciando, a la vez que proponiendo soluciones a todas estas situaciones, que entre el personal docente se observa más preocupación para que se cumpla la obligación de ir a la escuela —evitar el absentismo escolar— que para desarrollar el derecho a la educación en su máxima expresión. La obligación de ir a la escuela (aunque en ella los alumnos marginados se encuentren olvidados), el paliar el famoso absentismo, viene ocupando al funcionariado docente: es el arma que esgrimen para justificar éxito alguno. El resultado es a todas luces negativo porque no existe ningún tipo de profesionalidad. Hay ciertas actuaciones por parte de los ‘docentes’ que son, sin exagerar, de juzgado de guardia. Mientras tanto, el derecho a la educación brilla por su ausencia.

Es un dislate, bien por falta de profesionalidad funcionarial bien por negligencia política, que el derecho a la educación no se obtenga en su máxima expresión, en terminología europea, al cien por cien. Dar solución al derecho a la educación es un problema que compete a todos los políticos, a los que detentan el poder y a los que están en la oposición. Partidos en el poder y partidos en la oposición: ¡Soluciones ya! Con la máxima energía, y con la misma cantidad de respeto democrático, hay que exigir una solución inmediata a la lamentable situación generada rayana en lo aberrante. Sin duda alguna todos los alumnos de colegios segregados, que repito en España son alrededor de trescientos, no lograrán saborear las bondades de nuestra democracia, para vergüenza de nuestros políticos y de los ciudadanos de bien. No tiene nombre que no se resuelva un problema que afecta a muchos niños y niñas, muchos de ellos gitanos aunque no todos, condenándoles de antemano a la ‘trampa’ de la pobreza y, lógicamente, a las consecuencias que ésta arrastra. Es un problema endémico —no es una cuestión económica sino de responsabilidad social— que afecta a todos los responsables políticos, tengan éstos competencias o no. La ‘espiral del silencio’ generada en torno a los colegios segregados, insisto se tengan competencias o no, se puede considerar corrupción… una corrupción sutil, si se quiere, presentada de forma subliminal pero, al cabo, corrupción. Y, más aún, la peor de las corrupciones porque es la que ataca a escolares del todo indefensos.

La Comisión Europea considera que el derecho a la educación deben gozarlo el cien por cien de las personas de Europa (o sea, todos) y deben de obtener con éxito la enseñanza secundaria (como mínimo); en el caso del estado español nos aceptan el bachillerato y formación profesional de grado medio. En algunas ocasiones, a pesar de nuestra historia, cuesta bastante reconocernos europeos. El espíritu de toda la pedagogía de Freire, en el sentido de la educación como modelo de transformación de las personas y del mundo, queda diluido por la ignorancia y la incompetencia.

Las personas que se mueven en la marginalidad también tienen sus sueños y, entienden con claridad meridiana, que las comunidades de aprendizaje parten de una base igualitaria, por la cual, todos los niños tienen derecho a una enseñanza que no devenga, desde su más tierna infancia, en fracaso. Una vez más: ¡Basta ya! —lo repetiremos cuántas veces se nos antoje mientras siga igual la situación de estos centros de atención especial (¡Vaya eufemismo! señor ministro) —. La inacción condena a niños y niñas a no disfrutar de nuestra democracia, y hay que recordar, que también es de ellos.

Resulta imposible volver atrás en el tiempo: lo pasado, pasado está. Pero ¿cuánto tiempo tenemos que esperar para que alguien ponga remedio a esta injusta e injustificable situación? En sus manos, como máximo responsable de la enseñanza en nuestro país, se encuentra la llave que abre la puerta de la sin razón educativa. Atienda las necesidades de esa grey de centros CAES que jalonan, para nuestra vergüenza democrática, muchos puntos de la geografía española. Convoque un Foro de ámbito nacional, con la participación de todos los afectados, para dar soluciones e iluminar el camino a seguir —a saber, la adhesión al proyecto educativo exitoso y reconocido por la comunidad científica—. Implante el método de enseñanza ‘Comunidades de Aprendizaje’ en estos centros, y conseguirá que el fracaso escolar sea anecdótico. Hecho esto cierre esa puerta (de la vergüenza) de una vez para siempre. De ese modo conseguirá desmarcarse de todos sus antecesores que, cuando tuvieron que atender la educación marginal, miraron hacia otro lado. Y pasará a la historia de nuestra (adolescente) democracia como el ministro que puso coto a los desmanes habidos en materia de educación marginal.

Señor ministro: Salud y Comunidades de Aprendizaje.

 

Enrique Giménez Adell
Presidente de la Fundación Punjab

El Consejo Municipal del Pueblo Gitano conmemora el Día Internacional de la lengua Romaní

El próximo 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de la lengua Romaní, una jornada que pretende reivindicar el reconocimiento de la lengua del Pueblo Gitano.

Para conmemorar este día, el Consejo Municipal del Pueblo Gitano de Barcelona ha organizado un programa de eventos, como la exposición “Romaní Chib, la lengua universal”, dedicada a un pequeño grupo de autores y autoras gitanos, de reconocida valía y trayectoria en el mundo literario y en las diferentes disciplinas que derivan de éstas. La exposición se ubicará en la sede del distrito de Gràcia del 30 de octubre al 3 de noviembre.

Asimismo, el día 5 se proyectará en el Cine Texas la película Papusza, realizándose posteriormente una mesa redonda en torno a la situación de la lengua romaní en Europa, y una lectura de poemas en romaní para cerrar el acto.

El Consejo Municipal del Pueblo Gitano conmemora el Día Internacional de la lengua Romaní

El próximo 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de la lengua Romaní, una jornada que pretende reivindicar el reconocimiento de la lengua del Pueblo Gitano.

Para conmemorar este día, el Consejo Municipal del Pueblo Gitano de Barcelona ha organizado un programa de eventos, como la exposición “Romaní Chib, la lengua universal”, dedicada a un pequeño grupo de autores y autoras gitanos, de reconocida valía y trayectoria en el mundo literario y en las diferentes disciplinas que derivan de éstas. La exposición se ubicará en la sede del distrito de Gràcia del 30 de octubre al 3 de noviembre.

Asimismo, el día 5 se proyectará en el Cine Texas la película Papusza, realizándose posteriormente una mesa redonda en torno a la situación de la lengua romaní en Europa, y una lectura de poemas en romaní para cerrar el acto.

El Consejo Municipal del Pueblo Gitano conmemora el Día Internacional de la lengua Romaní

Día de la Lengua Romaní

El próximo 5 de noviembre se celebra el Día Internacional de la lengua Romaní, una jornada que pretende reivindicar el reconocimiento de la lengua del Pueblo Gitano.

Para conmemorar este día, el Consejo Municipal del Pueblo Gitano de Barcelona ha organizado un programa de eventos, como la exposición “Romaní Chib, la lengua universal”, dedicada a un pequeño grupo de autores y autoras gitanos, de reconocida valía y trayectoria en el mundo literario y en las diferentes disciplinas que derivan de éstas. La exposición se ubicará en la sede del distrito de Gràcia del 30 de octubre al 3 de noviembre.

Asimismo, el día 5 se proyectará en el Cine Texas la película Papusza, realizándose posteriormente una mesa redonda en torno a la situación de la lengua romaní en Europa, y una lectura de poemas en romaní para cerrar el acto.

La FAGA reclama que la dirección de la Cátedra de Cultura Gitana sea ocupada por una persona gitana

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana ha remitido una carta a la Vicepresidenta y Consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, y al Rector de la Universidad de Alicante, don Manuel Palomar, en la que manifiesta su disconformidad con el nombramiento de la profesora Diana Gil -de quien se valora positivamente su trayectoria profesional- como directora de la Cátedra de Cultura Gitana ya que considera que este cargo tan simbólico debería ser ocupado por una persona gitana.

Además, se aprovecha la ocasión para manifestar nuevamente que sería conveniente que esta cátedra se denominase de “Estudios gitanos” ya que esta denominación está más acorde con la tradición académica de este campo de estudios.

Aquí podéis leer la carta completa.

La FAGA reclama que la dirección de la Cátedra de Cultura Gitana sea ocupada por una persona gitana

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana ha remitido una carta a la Vicepresidenta y Consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, y al Rector de la Universidad de Alicante, don Manuel Palomar, en la que manifiesta su disconformidad con el nombramiento de la profesora Diana Gil -de quien se valora positivamente su trayectoria profesional- como directora de la Cátedra de Cultura Gitana ya que considera que este cargo tan simbólico debería ser ocupado por una persona gitana.

Además, se aprovecha la ocasión para manifestar nuevamente que sería conveniente que esta cátedra se denominase de “Estudios gitanos” ya que esta denominación está más acorde con la tradición académica de este campo de estudios.

Aquí podéis leer la carta completa.

La FAGA reclama que la dirección de la Cátedra de Cultura Gitana sea ocupada por una persona gitana

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana ha remitido una carta a la Vicepresidenta y Consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, y al Rector de la Universidad de Alicante, don Manuel Palomar, en la que manifiesta su disconformidad con el nombramiento de la profesora Diana Gil -de quien se valora positivamente su trayectoria profesional- como directora de la Cátedra de Cultura Gitana ya que considera que este cargo tan simbólico debería ser ocupado por una persona gitana.

Además, se aprovecha la ocasión para manifestar nuevamente que sería conveniente que esta cátedra se denominase de “Estudios gitanos” ya que esta denominación está más acorde con la tradición académica de este campo de estudios.

Aquí podéis leer la carta completa.

La promesa gitana

Nos hablan tanto de lo lejano que perdemos de vista lo cercano. Nos abruman con el sueño americano, pero ¿qué hay del sueño gitano? Está tan cerca y resulta tan tangible que en la noche del martes 17 de octubre se encarnó en el Liceo, donde un gitano del Raval barcelonés, hijo de un palmero de Peret, con abundante cuerpo y sobrenombre irónico, Petitet, hizo realidad su sueño, llevar la rumba con ropajes sinfónicos a un recinto tan peripuesto, burgués y estirado como el teatro lírico de las Ramblas. Se lo había prometido a su madre en una de esas promesas que a veces se hacen con la boca caliente ante la próxima frialdad de la muerte, pero esta vez, ya con la madre ausente, el Petitet cumplió. No cuenta tanto el balance artístico de una noche irregular como que alguien que no es nadie lograse tejer una trama de complicidades que llenó el Liceo para contemplar cómo una promesa se cumplía en lo que a la postre resultó un canto al tesón y a la amistad.

Carles Bosch, el documentalista de “Balseros” y “Bicicleta, cuchara, manzana”, estaba allí, grabando junto con Ángel Leiro el concierto que remata el documental que explicará esta odisea gitana bajo el nombre de Rumba pa’ ti. “Me sentí atrapado por lo que de lucha contra la adversidad tenía marcarse un objetivo imposible, por lo que significa esta lucha de superación personal y de dignificación de la música de su gente, la rumba de los gitanos”, decía justo al acabar el concierto, dos horas y media de sonrisas y lágrimas grabadas con doce cámaras. De cómo se ha conseguido la financiación a través de mecenazgos diminutos, de complicidades con el Liceo y con el distrito de Ciutat Vella, con gitanos y payos venidos de aquí y de allá para mezclarse, se podría escribir un libro tan largo como la historia de ese pueblo llegado a Cataluña hace más de 600 años. Y por si faltasen argumentos en la trama, Petitet padece miastenia, una enfermedad degenerativa que debilita los músculos. Por eso allí estaban las enfermeras que han cuidado al que fuera percusionista de Gato Pérez así como su doctora, una de las muchas personas que subió al escenario para agradecer que con el concierto también se recaudaran fondos para luchar contra esta enfermedad. La ficción es una copia trapacera de la realidad.

Y todo fue un delicioso caos de idas y venidas, parlamentos tautológicos, invitados y familiares, nombres rutilantes y anónimos batidos por la rumba, una rumba vestida de etiqueta. Que si la tía Pepi y Joan Albert Amargós, que si la suegra del Petitet bailando en platea y Carles Benavent, que si la Nuri, la mujer del protagonista y Kitflus, que si las Rumis, las vocalistas de Peret, rebautizadas por Petitet como las Reumis por aquello de las articulaciones y Chicuelo, y Yumitus, y Jack Tarradellas y El Choco, La bien pagá y El Granaíno… en fin, un carrusel que Carles Bosch definía con una aseveración que le hizo Joan Albert Amargós: “aquí hay mucha alma”. Y mucho cuerpo, el del Petitet en su noche, dirigiendo una orquesta sin saber hacerlo, hablando de sí mismo como lo haría de un traje que el comprador no puede rechazar, chapoteando feliz en aquella charca de amistades unidas en torno a él, feliz como un gitano en una juerga. Cerró con una aseveración elemental dirigida a su público: “sois los mejores del Liceo”. Era verdad. Especialmente para él, que hasta el martes no era casi nadie. Ahora es el hijo que ha cumplido con su madre. Un gitano feliz.

La promesa gitana

Nos hablan tanto de lo lejano que perdemos de vista lo cercano. Nos abruman con el sueño americano, pero ¿qué hay del sueño gitano? Está tan cerca y resulta tan tangible que en la noche del martes 17 de octubre se encarnó en el Liceo, donde un gitano del Raval barcelonés, hijo de un palmero de Peret, con abundante cuerpo y sobrenombre irónico, Petitet, hizo realidad su sueño, llevar la rumba con ropajes sinfónicos a un recinto tan peripuesto, burgués y estirado como el teatro lírico de las Ramblas. Se lo había prometido a su madre en una de esas promesas que a veces se hacen con la boca caliente ante la próxima frialdad de la muerte, pero esta vez, ya con la madre ausente, el Petitet cumplió. No cuenta tanto el balance artístico de una noche irregular como que alguien que no es nadie lograse tejer una trama de complicidades que llenó el Liceo para contemplar cómo una promesa se cumplía en lo que a la postre resultó un canto al tesón y a la amistad.

Carles Bosch, el documentalista de “Balseros” y “Bicicleta, cuchara, manzana”, estaba allí, grabando junto con Ángel Leiro el concierto que remata el documental que explicará esta odisea gitana bajo el nombre de Rumba pa’ ti. “Me sentí atrapado por lo que de lucha contra la adversidad tenía marcarse un objetivo imposible, por lo que significa esta lucha de superación personal y de dignificación de la música de su gente, la rumba de los gitanos”, decía justo al acabar el concierto, dos horas y media de sonrisas y lágrimas grabadas con doce cámaras. De cómo se ha conseguido la financiación a través de mecenazgos diminutos, de complicidades con el Liceo y con el distrito de Ciutat Vella, con gitanos y payos venidos de aquí y de allá para mezclarse, se podría escribir un libro tan largo como la historia de ese pueblo llegado a Cataluña hace más de 600 años. Y por si faltasen argumentos en la trama, Petitet padece miastenia, una enfermedad degenerativa que debilita los músculos. Por eso allí estaban las enfermeras que han cuidado al que fuera percusionista de Gato Pérez así como su doctora, una de las muchas personas que subió al escenario para agradecer que con el concierto también se recaudaran fondos para luchar contra esta enfermedad. La ficción es una copia trapacera de la realidad.

Y todo fue un delicioso caos de idas y venidas, parlamentos tautológicos, invitados y familiares, nombres rutilantes y anónimos batidos por la rumba, una rumba vestida de etiqueta. Que si la tía Pepi y Joan Albert Amargós, que si la suegra del Petitet bailando en platea y Carles Benavent, que si la Nuri, la mujer del protagonista y Kitflus, que si las Rumis, las vocalistas de Peret, rebautizadas por Petitet como las Reumis por aquello de las articulaciones y Chicuelo, y Yumitus, y Jack Tarradellas y El Choco, La bien pagá y El Granaíno… en fin, un carrusel que Carles Bosch definía con una aseveración que le hizo Joan Albert Amargós: “aquí hay mucha alma”. Y mucho cuerpo, el del Petitet en su noche, dirigiendo una orquesta sin saber hacerlo, hablando de sí mismo como lo haría de un traje que el comprador no puede rechazar, chapoteando feliz en aquella charca de amistades unidas en torno a él, feliz como un gitano en una juerga. Cerró con una aseveración elemental dirigida a su público: “sois los mejores del Liceo”. Era verdad. Especialmente para él, que hasta el martes no era casi nadie. Ahora es el hijo que ha cumplido con su madre. Un gitano feliz.

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