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Europa es nuestra: un manifiesto

«La transformación civilizadora justificaba la colonización de la memoria, y por ende de los sentidos de las personas de sí mismas, de la relación intersubjetiva, de su relación con el mundo espiritual, con la tierra, con el mismo tejido de su concepción de la realidad, de su identidad, y de la organización social, ecológica y cosmológica» 

María Lugones[i]

Europa tiene un problema de gachós, de payos.

Nosotras y nosotros somos europeos. Las personas gitanas hemos sido esclavizadas, transportadas, desalojadas, expulsadas; somos víctimas de la trata, esterilizadas por la fuerza, asesinadas.

Reivindicamos nuestra humanidad, reclamamos nuestra historia y reclamamos nuestro lugar en el suelo de Europa. Llevamos viviendo aquí ya un milenio y somos entre 10 y 12 millones; superamos en número a muchas de las naciones europeas reconocidas, incluidos suecos, serbios, irlandeses y austríacos.

Ustedes, las gachís y los gachós, las payas y los payos, se han beneficiado de nuestra experiencia: de nuestro conocimiento en la cría de caballos o en la carpintería, de nuestra capacidad de reciclar, comprar y vender, hacer música y arte.

Ustedes se han beneficiado de nuestro trabajo: como esclavas, como deportadas, como braceras que recogen vuestras cosechas, vuestras frutas y verduras; como limpiadoras de vuestra basura; como los peones que han pavimentado vuestros caminos y que han arreglado aquello que habíais roto y desechado. Incluso cuando negáis nuestra posición en el mundo, en la medida en que trabajáis para «incluirnos» –incluso a través de la Década para la Inclusión Romaní y más allá– lo que os negáis a ver es que el problema nunca ha tenido que ver con nuestra inclusión –por cierto, inclusión es una palabra demasiado inofensiva para describir las ofensas que se han cometido contra nosotras– sino más bien con el racismo, la segregación y la violencia, el genocidio y el asesinato masivo, las prácticas explotadoras y extractivas a las que hemos estado constantemente sometidas.

Ustedes se han beneficiado de tales exclusiones, de tales prácticas, de la violencia –incluso aunque usted en concreto no la haya llevado a cabo– y de la exotización de nuestra cultura, de nuestras posiciones como sujetos; se han aprovechado para asegurar su empleo, sus riquezas, su sentido de superioridad, su sentido de su propia riqueza cultural.

Rechazamos su apartheid cultural. Rechazamos su imperialismo cultural. Rechazamos sus fantasías sobre nuestras patologías, sobre nuestra sexualidad, sobre nuestra música y nuestra cultura. Dejaremos de proporcionarles imágenes para alimentar esa fantasía, aquellas que les han beneficiado material y culturalmente, pero que son testimonio de las formas en que ustedes, los gachós y las gachís, extraen, se apropian, manipulan –roban de hecho– nuestra cultura.

Trabajan ustedes para representarnos, trabajáis para administrarnos, gobernarnos, para lidiar con lo que es, en última instancia, tu «problema gitano», lo que nos convierte en un «problema de gachés», marcado por la violencia racista, la representación racializada y la apropiación cultural, social y económica.

Nos negamos: rechazamos esta representación, el robo cultural y la explotación que se ha llevado a cabo contra nosotras en nombre de lo que es interesante, lo que es exótico, en el nombre de nuestra Alteridad. A partir de este momento, denominaremos todo eso como lo que realmente es: representaciones de gachó, fantasías de payo, manipulaciones de la gitanidad.

Repito: hacemos un llamamiento al fin del apartheid cultural, al fin de la apropiación cultural. Hacemos un llamamiento a la solidaridad entre las personas oprimidas. Hacemos un llamamiento a la renovación de la negritud para que pensemos en las oportunidades que nos ofrece ese concepto cuando se tiene en cuenta a las personas romaníes, a las gitanas y a los gitanos. Porque nosotras también somos negros. Tenemos diferentes tonos de piel, diferentes colores de ojos o diferentes colores y texturas de cabello, pero somos negros. De hecho, negro es una de las denominaciones que nos hemos dado a nosotras mismas en nuestro idioma: Kalo, Kali, Kale. Todos ellos significan negro. Usted, a su vez, a menudo se refiere a nosotros con insultos raciales, con epítetos que significan nuestra negritud: gitano, Gypsy, Zigeuner, Tsigan, Zigan, Cigano. Todos estos nombres son marcadores de nuestra negritud impuestos desde el exterior como lo es la discriminación sistemática, la segregación, la violencia y la apropiación a las que hemos estado sometidas las personas gitanas durante siglos y en el momento actual, con una fuerza y ​​frecuencia cada vez mayores.

Es hora de reclamar nuestra negrura para trabajar en solidaridad con otras personas de color, con los negros en todo el mundo, con los que antes eran colonizados, explotados, esclavizados, aquellos que han tenido historias paralelas; aquellos cuyo trabajo, cuya cultura, cuyas personas y cuerpos han sido objeto de violencia y apropiación racista. Es hora de renovar el mandato de la negritud como complemento y contestación del discurso de los Derechos Humanos que no ha logrado lo que era necesario en relación con el Pueblo Gitano. El discurso de los Derechos Humanos no nos ha llevado a la categoría de lo humano sino que ha permitido que la violencia, el asesinato, la segregación y el intento de genocidio florecieran, incluso cuando se ha trabajado para incluirnos en la categoría de lo humano.

Somos humanos. Somos negros. Somos Romá. Somos mujeres, hombres, niños. Somos padres, hijos, hermanas, hermanos, tías, tíos, abuelos, abuelas. Somos todos. Somos extraños. Somos hermosos. Reivindicamos nuestra identidad en toda su complejidad, multiplicidad, belleza, unidad, como un camino político.

Otra política. Una política más allá del problema de los gachés. Una política de esperanza. Una política de Romanofuturo.

Reivindicamos la nacionalidad sin aspirar a la jerarquía del Estado-nación; no aspiramos a la tiranía de la frontera ni al imperativo del imperio que forman parte del legado de Europa, encarnado en el sistema actual de Estados-nación.

Reivindicamos el derecho al espacio público: estar en público, ser parte del público, contribuir al bien público y reclamar el bien público como ciudadanos.

Reivindicamos el derecho a tener un hogar, el derecho a tener un lugar, el derecho a que nuestros barrios no estén situados en vertederos tóxicos.

Exigimos acceso a escuelas no segregadas, a la educación equitativa,  a tener instalaciones educativas adecuadas y planes de estudio también adecuados.

Reivindicamos el derecho a vivir con salud, en paz y con tranquilidad; el derecho a la seguridad y a ser protegidos; el derecho a la protección del Estado; y el derecho a que se apliquen las leyes; reclamamos el derecho a la atención médica.

Reivindicamos la equidad de género, la igualdad de género y exigimos una sexualidad posterior a Auschwitz que esté libre de esterilización forzosa, que nos permita identificarnos de la forma que elijamos, que brinde seguridad a nuestras vidas, medios de subsistencia y educación para todos los miembros de nuestras familias, que promueva el florecimiento de nuestras niñas junto a nuestros niños.

Reivindicamos igualdad de acceso al empleo y el fin de la discriminación en el mercado laboral; reclamamos las redes de seguridad del estado de bienestar y de la protección de los trabajadores.

Exigimos la libertad de cruzar fronteras y la capacidad de establecernos sin temor a la expulsión y la deportación.

Reivindicamos seguridad y protección contra la violencia racista. Exigimos seguridad contra los asesinatos ultranacionalistas. Reclamamos restitución y reparación histórica por los siglos de esclavitud, por las numerosas leyes antigitanas que han estado vigentes en toda Europa a lo largo de nuestra existencia aquí; reclamamos el reconocimiento y la reparación por los asesinatos cometidos por los nazis y sus aliados. Reclamamos la libertad.

Berlín es nuestro. Estambul es nuestro. Lety es nuestro: incluso debajo de la granja de cerdos nuestros huesos se mezclan con el suelo de Europa[ii].  Sofía es nuestra. Milán es nuestro. Granada es nuestra, Córdoba, Madrid, Alicante, Barcelona son nuestros. Jaén, Bilbao y Málaga nos pertenecen.. Londres, París, Belgrado y Frankfurt son nuestros. Pertenecemos a Shutka, Budapest, Amsterdam, Nueva York y Buenos Aires. Europa es nuestra. Somos Europa.

Reclamamos la persecución que enfrentamos. Reclamamos el milenio de violencia, exclusión, extracción y esclavización que hemos padecido. Nosotras y nosotros reclamamos Europa. Reclamamos la ciudad. Reclamamos el mundo. Reivindicamos nuestro lugar, nuestra historia, nuestro futuro. Reclamamos Romanofuturo. Romanofuturo es el futuro de todas y todos. La libertad para nosotras y nosotros es libertad para todas y todos.

 

Ethel Brooks (Traducción: Silvia Agüero y Nicolás Jiménez), es gitana y profesora asociada de los departamentos de Estudios de la Mujer y de Género y de Sociología de la Universidad Rutgers de New York

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en el blog del European Roma Rights Center el pasado 20 de octubre.


[i] Toward a Decolonial Feminism, Hypatia (4), Fall 2010: 742-759 http://ceapedi.com.ar/imagenes/biblioteca/libros/177.pdf. Traducido por Gabriela Castellanos: Hacia un feminismo descolonial, La manzana de la discordia, Julio – Diciembre, Año 2011, Vol. 6, No. 2: 105-119 http://hum.unne.edu.ar/generoysex/seminario1/s1_18.pdf

[ii] El campo de concentración de Lety (República Checa) fue un campo específico para personas gitanas durante la 2ª Guerra Mundial en el cual sufrieron presidio un total de 1309 personas de las cuales 326 murieron (incluidos 30 niños) y más de 500 fueron deportadas a Auschwitz donde fueron exterminadas. En la actualidad, sobre el terreno que ocupó el Campo de Lety se alza una granja de cerdos (Nota de los traductores).

Europa es nuestra: un manifiesto

Ethel Brooks en la CEU (Central European University) / Daniel Vegel, Budapest, 2015

«La transformación civilizadora justificaba la colonización de la memoria, y por ende de los sentidos de las personas de sí mismas, de la relación intersubjetiva, de su relación con el mundo espiritual, con la tierra, con el mismo tejido de su concepción de la realidad, de su identidad, y de la organización social, ecológica y cosmológica» 

María Lugones[i]

Europa tiene un problema de gachós, de payos.

Nosotras y nosotros somos europeos. Las personas gitanas hemos sido esclavizadas, transportadas, desalojadas, expulsadas; somos víctimas de la trata, esterilizadas por la fuerza, asesinadas.

Reivindicamos nuestra humanidad, reclamamos nuestra historia y reclamamos nuestro lugar en el suelo de Europa. Llevamos viviendo aquí ya un milenio y somos entre 10 y 12 millones; superamos en número a muchas de las naciones europeas reconocidas, incluidos suecos, serbios, irlandeses y austríacos.

Ustedes, las gachís y los gachós, las payas y los payos, se han beneficiado de nuestra experiencia: de nuestro conocimiento en la cría de caballos o en la carpintería, de nuestra capacidad de reciclar, comprar y vender, hacer música y arte.

Ustedes se han beneficiado de nuestro trabajo: como esclavas, como deportadas, como braceras que recogen vuestras cosechas, vuestras frutas y verduras; como limpiadoras de vuestra basura; como los peones que han pavimentado vuestros caminos y que han arreglado aquello que habíais roto y desechado. Incluso cuando negáis nuestra posición en el mundo, en la medida en que trabajáis para «incluirnos» –incluso a través de la Década para la Inclusión Romaní y más allá– lo que os negáis a ver es que el problema nunca ha tenido que ver con nuestra inclusión –por cierto, inclusión es una palabra demasiado inofensiva para describir las ofensas que se han cometido contra nosotras– sino más bien con el racismo, la segregación y la violencia, el genocidio y el asesinato masivo, las prácticas explotadoras y extractivas a las que hemos estado constantemente sometidas.

Ustedes se han beneficiado de tales exclusiones, de tales prácticas, de la violencia –incluso aunque usted en concreto no la haya llevado a cabo– y de la exotización de nuestra cultura, de nuestras posiciones como sujetos; se han aprovechado para asegurar su empleo, sus riquezas, su sentido de superioridad, su sentido de su propia riqueza cultural.

Rechazamos su apartheid cultural. Rechazamos su imperialismo cultural. Rechazamos sus fantasías sobre nuestras patologías, sobre nuestra sexualidad, sobre nuestra música y nuestra cultura. Dejaremos de proporcionarles imágenes para alimentar esa fantasía, aquellas que les han beneficiado material y culturalmente, pero que son testimonio de las formas en que ustedes, los gachós y las gachís, extraen, se apropian, manipulan –roban de hecho– nuestra cultura.

Trabajan ustedes para representarnos, trabajáis para administrarnos, gobernarnos, para lidiar con lo que es, en última instancia, tu «problema gitano», lo que nos convierte en un «problema de gachés», marcado por la violencia racista, la representación racializada y la apropiación cultural, social y económica.

Nos negamos: rechazamos esta representación, el robo cultural y la explotación que se ha llevado a cabo contra nosotras en nombre de lo que es interesante, lo que es exótico, en el nombre de nuestra Alteridad. A partir de este momento, denominaremos todo eso como lo que realmente es: representaciones de gachó, fantasías de payo, manipulaciones de la gitanidad.

Repito: hacemos un llamamiento al fin del apartheid cultural, al fin de la apropiación cultural. Hacemos un llamamiento a la solidaridad entre las personas oprimidas. Hacemos un llamamiento a la renovación de la negritud para que pensemos en las oportunidades que nos ofrece ese concepto cuando se tiene en cuenta a las personas romaníes, a las gitanas y a los gitanos. Porque nosotras también somos negros. Tenemos diferentes tonos de piel, diferentes colores de ojos o diferentes colores y texturas de cabello, pero somos negros. De hecho, negro es una de las denominaciones que nos hemos dado a nosotras mismas en nuestro idioma: Kalo, Kali, Kale. Todos ellos significan negro. Usted, a su vez, a menudo se refiere a nosotros con insultos raciales, con epítetos que significan nuestra negritud: gitano, Gypsy, Zigeuner, Tsigan, Zigan, Cigano. Todos estos nombres son marcadores de nuestra negritud impuestos desde el exterior como lo es la discriminación sistemática, la segregación, la violencia y la apropiación a las que hemos estado sometidas las personas gitanas durante siglos y en el momento actual, con una fuerza y ​​frecuencia cada vez mayores.

Es hora de reclamar nuestra negrura para trabajar en solidaridad con otras personas de color, con los negros en todo el mundo, con los que antes eran colonizados, explotados, esclavizados, aquellos que han tenido historias paralelas; aquellos cuyo trabajo, cuya cultura, cuyas personas y cuerpos han sido objeto de violencia y apropiación racista. Es hora de renovar el mandato de la negritud como complemento y contestación del discurso de los Derechos Humanos que no ha logrado lo que era necesario en relación con el Pueblo Gitano. El discurso de los Derechos Humanos no nos ha llevado a la categoría de lo humano sino que ha permitido que la violencia, el asesinato, la segregación y el intento de genocidio florecieran, incluso cuando se ha trabajado para incluirnos en la categoría de lo humano.

Somos humanos. Somos negros. Somos Romá. Somos mujeres, hombres, niños. Somos padres, hijos, hermanas, hermanos, tías, tíos, abuelos, abuelas. Somos todos. Somos extraños. Somos hermosos. Reivindicamos nuestra identidad en toda su complejidad, multiplicidad, belleza, unidad, como un camino político.

Otra política. Una política más allá del problema de los gachés. Una política de esperanza. Una política de Romanofuturo.

Reivindicamos la nacionalidad sin aspirar a la jerarquía del Estado-nación; no aspiramos a la tiranía de la frontera ni al imperativo del imperio que forman parte del legado de Europa, encarnado en el sistema actual de Estados-nación.

Reivindicamos el derecho al espacio público: estar en público, ser parte del público, contribuir al bien público y reclamar el bien público como ciudadanos.

Reivindicamos el derecho a tener un hogar, el derecho a tener un lugar, el derecho a que nuestros barrios no estén situados en vertederos tóxicos.

Exigimos acceso a escuelas no segregadas, a la educación equitativa,  a tener instalaciones educativas adecuadas y planes de estudio también adecuados.

Reivindicamos el derecho a vivir con salud, en paz y con tranquilidad; el derecho a la seguridad y a ser protegidos; el derecho a la protección del Estado; y el derecho a que se apliquen las leyes; reclamamos el derecho a la atención médica.

Reivindicamos la equidad de género, la igualdad de género y exigimos una sexualidad posterior a Auschwitz que esté libre de esterilización forzosa, que nos permita identificarnos de la forma que elijamos, que brinde seguridad a nuestras vidas, medios de subsistencia y educación para todos los miembros de nuestras familias, que promueva el florecimiento de nuestras niñas junto a nuestros niños.

Reivindicamos igualdad de acceso al empleo y el fin de la discriminación en el mercado laboral; reclamamos las redes de seguridad del estado de bienestar y de la protección de los trabajadores.

Exigimos la libertad de cruzar fronteras y la capacidad de establecernos sin temor a la expulsión y la deportación.

Reivindicamos seguridad y protección contra la violencia racista. Exigimos seguridad contra los asesinatos ultranacionalistas. Reclamamos restitución y reparación histórica por los siglos de esclavitud, por las numerosas leyes antigitanas que han estado vigentes en toda Europa a lo largo de nuestra existencia aquí; reclamamos el reconocimiento y la reparación por los asesinatos cometidos por los nazis y sus aliados. Reclamamos la libertad.

Berlín es nuestro. Estambul es nuestro. Lety es nuestro: incluso debajo de la granja de cerdos nuestros huesos se mezclan con el suelo de Europa[ii].  Sofía es nuestra. Milán es nuestro. Granada es nuestra, Córdoba, Madrid, Alicante, Barcelona son nuestros. Jaén, Bilbao y Málaga nos pertenecen.. Londres, París, Belgrado y Frankfurt son nuestros. Pertenecemos a Shutka, Budapest, Amsterdam, Nueva York y Buenos Aires. Europa es nuestra. Somos Europa.

Reclamamos la persecución que enfrentamos. Reclamamos el milenio de violencia, exclusión, extracción y esclavización que hemos padecido. Nosotras y nosotros reclamamos Europa. Reclamamos la ciudad. Reclamamos el mundo. Reivindicamos nuestro lugar, nuestra historia, nuestro futuro. Reclamamos Romanofuturo. Romanofuturo es el futuro de todas y todos. La libertad para nosotras y nosotros es libertad para todas y todos.

 

Ethel Brooks (Traducción: Silvia Agüero y Nicolás Jiménez), es gitana y profesora asociada de los departamentos de Estudios de la Mujer y de Género y de Sociología de la Universidad Rutgers de New York

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en el blog del European Roma Rights Center el pasado 20 de octubre.


[i] Toward a Decolonial Feminism, Hypatia (4), Fall 2010: 742-759 http://ceapedi.com.ar/imagenes/biblioteca/libros/177.pdf. Traducido por Gabriela Castellanos: Hacia un feminismo descolonial, La manzana de la discordia, Julio – Diciembre, Año 2011, Vol. 6, No. 2: 105-119 http://hum.unne.edu.ar/generoysex/seminario1/s1_18.pdf

[ii] El campo de concentración de Lety (República Checa) fue un campo específico para personas gitanas durante la 2ª Guerra Mundial en el cual sufrieron presidio un total de 1309 personas de las cuales 326 murieron (incluidos 30 niños) y más de 500 fueron deportadas a Auschwitz donde fueron exterminadas. En la actualidad, sobre el terreno que ocupó el Campo de Lety se alza una granja de cerdos (Nota de los traductores).

Di nanai a las drogas

Son, por su edad, un colectivo especialmente vulnerable a la experimentación con sustancias o comportamientos que puedan ser lesivos para su salud. Pero los adolescentes gitanos tienen, además, otros factores propios que hacen que sean necesarias, a juicio de los expertos, campañas específicamente dirigidas a ellos con el objetivo de informarles sobre los riesgos que se corren con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. Por eso, la asociación Unión Gitana de Burgos ha puesto en marcha una iniciativa que cuenta con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no solo para prevenir el consumo sino para formar mediadores gitanos capaces de mostrar a los más jóvenes la realidad de las sustancias tóxicas y sus consecuencias.

El proyecto se denomina Nanai (que significa no en caló, el idioma propio del pueblo romaní) y está dirigido a una horquilla de edad muy amplia, entre los 6 y los 30 años, con especial incidencia entre los 12 y los 20. “Los factores de riesgo que les son más propios a los jóvenes gitanos tienen que ver con una entrada más temprana a la vida adulta, con capacidad para consumir y tomar decisiones propias a pesar de su corta edad; las dificultades que presentan algunas familias para dar respuestas a los jóvenes porque tienden a ser muy protectoras o demasiado autoritarias, el fracaso escolar o las pocas alternativas de ocio”, explica el educador social y miembro de Unión Gitana Kelian Borja, quien conoce bien la idiosincrasia de esta comunidad, que hace que en ocasiones no participe de los recursos del sistema sanitario -en este caso para la prevención de las adicciones- como sería conveniente.

Esta campaña, que utiliza palabras en caló y dibujos que quieren acercarse a la franja de edad para la que se ha creado, se sirve de carteles y folletos en forma de dispositivos móviles que incluyen la conversación de un chat entre un par de adolescentes, un padre y una mediadora que hacen y  responden preguntas sobre diversos aspectos de las drogas.

Con estas herramientas y la dinamización comunitaria que mueve a la participación de los jóvenes romanís en las actividades que se ofrecen en la ciudad, la Unión Gitana va trabajar en el  acercamiento a los recursos sociosanitarios, el conocimiento de las necesidades del colectivo y el apoyo personal a las personas que así lo precisen. Otro de los objetivos es la formación de mediadores gitanos en materia de salud -especialmente, mujeres- para crear unas figuras de referencia para los jóvenes.

Nanai se suma a otras iniciativas que Unión Gitana tiene en marcha dirigidas a la población infantil y juvenil como una escuela de música en su sede (Casa de la Mujer, calle Cabestreros) en la que los chavales se forman en el manejo de instrumentos como el cajón y la guitarra, y actividades de equinoterapia en un centro de la localidad de Carcedo que tienen como objetivo, en palabras de Borja, “adquirir unas responsabilidades y aficiones saludables que les alejen del consumo de drogas y les ayuden a relacionarse con grupos de iguales que les sirvan como referencia positiva y de apoyo”.

De la escuela de música, por cierto, ha salido ya un grupo, de nombre Bohemios de Barrio, que participó en las actividades organizadas durante la Noche Blanca, que se celebró el pasado mes de mayo, y que próximamente competirá en el concurso de bandas del bar La Rúa. “La ocupación del tiempo libre a través de actividades regladas y continuadas en el tiempo hace que se interioricen en los menores y jóvenes gitanos una serie de hábitos, normas y disciplinas que estamos seguros de que les van a servir en su desarrollo como personas, haciendo que adquieran unas responsabilidades y aficiones saludables que les aparten del consumo de drogas y que les hagan más sencillo relacionarse con grupos de iguales, que les sirvan como referencia positiva y de apoyo”, reflexiona Borja.

Además del trabajo con la infancia y la juventud romaní, Unión Gitana desarrolla desde su creación un proyecto de atención a la población reclusa, exreclusa y a sus familias con intervención en el centro penitenciario de Burgos a través de actividades formativas, culturales, deportivas y de ocio, el seguimiento personalizado de los reclusos y la ayuda en el proceso de reinserción.

Di nanai a las drogas

Son, por su edad, un colectivo especialmente vulnerable a la experimentación con sustancias o comportamientos que puedan ser lesivos para su salud. Pero los adolescentes gitanos tienen, además, otros factores propios que hacen que sean necesarias, a juicio de los expertos, campañas específicamente dirigidas a ellos con el objetivo de informarles sobre los riesgos que se corren con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. Por eso, la asociación Unión Gitana de Burgos ha puesto en marcha una iniciativa que cuenta con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no solo para prevenir el consumo sino para formar mediadores gitanos capaces de mostrar a los más jóvenes la realidad de las sustancias tóxicas y sus consecuencias.

El proyecto se denomina Nanai (que significa no en caló, el idioma propio del pueblo romaní) y está dirigido a una horquilla de edad muy amplia, entre los 6 y los 30 años, con especial incidencia entre los 12 y los 20. “Los factores de riesgo que les son más propios a los jóvenes gitanos tienen que ver con una entrada más temprana a la vida adulta, con capacidad para consumir y tomar decisiones propias a pesar de su corta edad; las dificultades que presentan algunas familias para dar respuestas a los jóvenes porque tienden a ser muy protectoras o demasiado autoritarias, el fracaso escolar o las pocas alternativas de ocio”, explica el educador social y miembro de Unión Gitana Kelian Borja, quien conoce bien la idiosincrasia de esta comunidad, que hace que en ocasiones no participe de los recursos del sistema sanitario -en este caso para la prevención de las adicciones- como sería conveniente.

Esta campaña, que utiliza palabras en caló y dibujos que quieren acercarse a la franja de edad para la que se ha creado, se sirve de carteles y folletos en forma de dispositivos móviles que incluyen la conversación de un chat entre un par de adolescentes, un padre y una mediadora que hacen y  responden preguntas sobre diversos aspectos de las drogas.

Con estas herramientas y la dinamización comunitaria que mueve a la participación de los jóvenes romanís en las actividades que se ofrecen en la ciudad, la Unión Gitana va trabajar en el  acercamiento a los recursos sociosanitarios, el conocimiento de las necesidades del colectivo y el apoyo personal a las personas que así lo precisen. Otro de los objetivos es la formación de mediadores gitanos en materia de salud -especialmente, mujeres- para crear unas figuras de referencia para los jóvenes.

Nanai se suma a otras iniciativas que Unión Gitana tiene en marcha dirigidas a la población infantil y juvenil como una escuela de música en su sede (Casa de la Mujer, calle Cabestreros) en la que los chavales se forman en el manejo de instrumentos como el cajón y la guitarra, y actividades de equinoterapia en un centro de la localidad de Carcedo que tienen como objetivo, en palabras de Borja, “adquirir unas responsabilidades y aficiones saludables que les alejen del consumo de drogas y les ayuden a relacionarse con grupos de iguales que les sirvan como referencia positiva y de apoyo”.

De la escuela de música, por cierto, ha salido ya un grupo, de nombre Bohemios de Barrio, que participó en las actividades organizadas durante la Noche Blanca, que se celebró el pasado mes de mayo, y que próximamente competirá en el concurso de bandas del bar La Rúa. “La ocupación del tiempo libre a través de actividades regladas y continuadas en el tiempo hace que se interioricen en los menores y jóvenes gitanos una serie de hábitos, normas y disciplinas que estamos seguros de que les van a servir en su desarrollo como personas, haciendo que adquieran unas responsabilidades y aficiones saludables que les aparten del consumo de drogas y que les hagan más sencillo relacionarse con grupos de iguales, que les sirvan como referencia positiva y de apoyo”, reflexiona Borja.

Además del trabajo con la infancia y la juventud romaní, Unión Gitana desarrolla desde su creación un proyecto de atención a la población reclusa, exreclusa y a sus familias con intervención en el centro penitenciario de Burgos a través de actividades formativas, culturales, deportivas y de ocio, el seguimiento personalizado de los reclusos y la ayuda en el proceso de reinserción.

Di nanai a las drogas

Cartel del proyecto Nanai / Unión Gitana de Burgos

Son, por su edad, un colectivo especialmente vulnerable a la experimentación con sustancias o comportamientos que puedan ser lesivos para su salud. Pero los adolescentes gitanos tienen, además, otros factores propios que hacen que sean necesarias, a juicio de los expertos, campañas específicamente dirigidas a ellos con el objetivo de informarles sobre los riesgos que se corren con el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. Por eso, la asociación Unión Gitana de Burgos ha puesto en marcha una iniciativa que cuenta con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no solo para prevenir el consumo sino para formar mediadores gitanos capaces de mostrar a los más jóvenes la realidad de las sustancias tóxicas y sus consecuencias.

El proyecto se denomina Nanai (que significa no en caló, el idioma propio del pueblo romaní) y está dirigido a una horquilla de edad muy amplia, entre los 6 y los 30 años, con especial incidencia entre los 12 y los 20. “Los factores de riesgo que les son más propios a los jóvenes gitanos tienen que ver con una entrada más temprana a la vida adulta, con capacidad para consumir y tomar decisiones propias a pesar de su corta edad; las dificultades que presentan algunas familias para dar respuestas a los jóvenes porque tienden a ser muy protectoras o demasiado autoritarias, el fracaso escolar o las pocas alternativas de ocio”, explica el educador social y miembro de Unión Gitana Kelian Borja, quien conoce bien la idiosincrasia de esta comunidad, que hace que en ocasiones no participe de los recursos del sistema sanitario -en este caso para la prevención de las adicciones- como sería conveniente.

Esta campaña, que utiliza palabras en caló y dibujos que quieren acercarse a la franja de edad para la que se ha creado, se sirve de carteles y folletos en forma de dispositivos móviles que incluyen la conversación de un chat entre un par de adolescentes, un padre y una mediadora que hacen y  responden preguntas sobre diversos aspectos de las drogas.

Con estas herramientas y la dinamización comunitaria que mueve a la participación de los jóvenes romanís en las actividades que se ofrecen en la ciudad, la Unión Gitana va trabajar en el  acercamiento a los recursos sociosanitarios, el conocimiento de las necesidades del colectivo y el apoyo personal a las personas que así lo precisen. Otro de los objetivos es la formación de mediadores gitanos en materia de salud -especialmente, mujeres- para crear unas figuras de referencia para los jóvenes.

Nanai se suma a otras iniciativas que Unión Gitana tiene en marcha dirigidas a la población infantil y juvenil como una escuela de música en su sede (Casa de la Mujer, calle Cabestreros) en la que los chavales se forman en el manejo de instrumentos como el cajón y la guitarra, y actividades de equinoterapia en un centro de la localidad de Carcedo que tienen como objetivo, en palabras de Borja, “adquirir unas responsabilidades y aficiones saludables que les alejen del consumo de drogas y les ayuden a relacionarse con grupos de iguales que les sirvan como referencia positiva y de apoyo”.

De la escuela de música, por cierto, ha salido ya un grupo, de nombre Bohemios de Barrio, que participó en las actividades organizadas durante la Noche Blanca, que se celebró el pasado mes de mayo, y que próximamente competirá en el concurso de bandas del bar La Rúa. “La ocupación del tiempo libre a través de actividades regladas y continuadas en el tiempo hace que se interioricen en los menores y jóvenes gitanos una serie de hábitos, normas y disciplinas que estamos seguros de que les van a servir en su desarrollo como personas, haciendo que adquieran unas responsabilidades y aficiones saludables que les aparten del consumo de drogas y que les hagan más sencillo relacionarse con grupos de iguales, que les sirvan como referencia positiva y de apoyo”, reflexiona Borja.

Además del trabajo con la infancia y la juventud romaní, Unión Gitana desarrolla desde su creación un proyecto de atención a la población reclusa, exreclusa y a sus familias con intervención en el centro penitenciario de Burgos a través de actividades formativas, culturales, deportivas y de ocio, el seguimiento personalizado de los reclusos y la ayuda en el proceso de reinserción.

La Plataforma de ONG de Acción Social celebra la jornada “Transparencia y Buen Gobierno: Nuestro compromiso con la sociedad”

La Plataforma de ONG de Acción Social, la coordinadora de ONGD España y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España colaboran al amparo del protocolo de colaboración suscrito por las tres entidades en marzo de 2017, en el que se comprometen a colaborar en actuaciones relacionadas con la transparencia y el Buen Gobierno, el derecho a saber y el acceso a la información pública.

Fruto de este protocolo de colaboración se va a llevar a cabo una jornada para promover la transparencia y el Buen Gobierno en el Tercer Sector y para difundir las obligaciones establecidas para las entidades privadas en la Ley de Transparencia (Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la información pública y Buen Gobierno).

Dicha jornada tendrá lugar en Madrid el próximo 8 de noviembre en la sede del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España (c/ José Abascal,  2. 2º Piso – Auditorio de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal)

Los objetivos de esta jornada coorganizada por la Plataforma de ONG de Acción Social, la Coordinadora de ONGD España y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España son:

– Difundir la Herramienta de Transparencia y Buen Gobierno del Tercer Sector y los trabajos de actualización que se han realizado.

– Dar a conocer a las entidades del Tercer Sector los beneficios asociados a la transparencia y el Buen Gobierno en nuestras entidades.

– Hacer partícipe al Tercer Sector de las principales obligaciones de las entidades del Tercer Sector respecto a la Ley 19/2013, de 9 de diciembre.

Pueden consultar aquí el programa del seminario, que comenzará a las 9.30h. y finalizará a las 14h.

Se espera contar con la participación de las diferentes entidades del Tercer Sector. Para confirmar dicha participación es indispensable inscribirse completando el siguiente enlace: formulario de inscripción. Debido a que el aforo es limitado, desde la organización se confirmarán las plazas por orden de recepción hasta completarlo. Se ruega que, para lograr una mayor participación, se inscriba solo una persona por organización.

Para cualquier información adicional, se puede contactar a través del email secretaria@plataformaong.org o del teléfono 91 535 10 26.

La Plataforma de ONG de Acción Social celebra la jornada “Transparencia y Buen Gobierno: Nuestro compromiso con la sociedad”

La Plataforma de ONG de Acción Social, la coordinadora de ONGD España y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España colaboran al amparo del protocolo de colaboración suscrito por las tres entidades en marzo de 2017, en el que se comprometen a colaborar en actuaciones relacionadas con la transparencia y el Buen Gobierno, el derecho a saber y el acceso a la información pública.

Fruto de este protocolo de colaboración se va a llevar a cabo una jornada para promover la transparencia y el Buen Gobierno en el Tercer Sector y para difundir las obligaciones establecidas para las entidades privadas en la Ley de Transparencia (Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la información pública y Buen Gobierno).

Dicha jornada tendrá lugar en Madrid el próximo 8 de noviembre en la sede del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España (c/ José Abascal,  2. 2º Piso – Auditorio de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal)

Los objetivos de esta jornada coorganizada por la Plataforma de ONG de Acción Social, la Coordinadora de ONGD España y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España son:

– Difundir la Herramienta de Transparencia y Buen Gobierno del Tercer Sector y los trabajos de actualización que se han realizado.

– Dar a conocer a las entidades del Tercer Sector los beneficios asociados a la transparencia y el Buen Gobierno en nuestras entidades.

– Hacer partícipe al Tercer Sector de las principales obligaciones de las entidades del Tercer Sector respecto a la Ley 19/2013, de 9 de diciembre.

Pueden consultar aquí el programa del seminario, que comenzará a las 9.30h. y finalizará a las 14h.

Se espera contar con la participación de las diferentes entidades del Tercer Sector. Para confirmar dicha participación es indispensable inscribirse completando el siguiente enlace: formulario de inscripción. Debido a que el aforo es limitado, desde la organización se confirmarán las plazas por orden de recepción hasta completarlo. Se ruega que, para lograr una mayor participación, se inscriba solo una persona por organización.

Para cualquier información adicional, se puede contactar a través del email secretaria@plataformaong.org o del teléfono 91 535 10 26.

La Plataforma de ONG de Acción Social celebra la jornada “Transparencia y Buen Gobierno: Nuestro compromiso con la sociedad”

La Plataforma de ONG de Acción Social, la coordinadora de ONGD España y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España colaboran al amparo del protocolo de colaboración suscrito por las tres entidades en marzo de 2017, en el que se comprometen a colaborar en actuaciones relacionadas con la transparencia y el Buen Gobierno, el derecho a saber y el acceso a la información pública.

Fruto de este protocolo de colaboración se va a llevar a cabo una jornada para promover la transparencia y el Buen Gobierno en el Tercer Sector y para difundir las obligaciones establecidas para las entidades privadas en la Ley de Transparencia (Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la información pública y Buen Gobierno).

Dicha jornada tendrá lugar en Madrid el próximo 8 de noviembre en la sede del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España (c/ José Abascal,  2. 2º Piso – Auditorio de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal)

Los objetivos de esta jornada coorganizada por la Plataforma de ONG de Acción Social, la Coordinadora de ONGD España y el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno de España son:

– Difundir la Herramienta de Transparencia y Buen Gobierno del Tercer Sector y los trabajos de actualización que se han realizado.

– Dar a conocer a las entidades del Tercer Sector los beneficios asociados a la transparencia y el Buen Gobierno en nuestras entidades.

– Hacer partícipe al Tercer Sector de las principales obligaciones de las entidades del Tercer Sector respecto a la Ley 19/2013, de 9 de diciembre.

Pueden consultar aquí el programa del seminario, que comenzará a las 9.30h. y finalizará a las 14h.

Se espera contar con la participación de las diferentes entidades del Tercer Sector. Para confirmar dicha participación es indispensable inscribirse completando el siguiente enlace: formulario de inscripción. Debido a que el aforo es limitado, desde la organización se confirmarán las plazas por orden de recepción hasta completarlo. Se ruega que, para lograr una mayor participación, se inscriba solo una persona por organización.

Para cualquier información adicional, se puede contactar a través del email secretaria@plataformaong.org o del teléfono 91 535 10 26.

La FAGiC organiza el Festival de Cine Gitano “Amaro Dikhipen”

Amaro Dikhipen

La Federación de Asociaciones Gitanas de Catalunya (FAGiC) le invita a asistir al Festival de Cine Gitano Amaro Dikhipen (Nuestra mirada), los días 27 y 28 de octubre en el Zumzeig Cinema (Carrer de Béjar, 53, Barcelona).

Este año, dentro de las XXV Jornades de Cultura Gitana, la FAGiC apuesta por realizar el 1º festival de cine gitano, con las proyecciones de dos grandes películas: Solo el viento y Papusza.

La entrada es libre y gratuita.

¡Le esperamos!

La FAGiC organiza el Festival de Cine Gitano “Amaro Dikhipen”

Amaro Dikhipen

La Federación de Asociaciones Gitanas de Catalunya (FAGiC) le invita a asistir al Festival de Cine Gitano Amaro Dikhipen (Nuestra mirada), los días 27 y 28 de octubre en el Zumzeig Cinema (Carrer de Béjar, 53, Barcelona).

Este año, dentro de las XXV Jornades de Cultura Gitana, la FAGiC apuesta por realizar el 1º festival de cine gitano, con las proyecciones de dos grandes películas: Solo el viento y Papusza.

La entrada es libre y gratuita.

¡Le esperamos!

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