José Antonio Jiménez Giménez es el único policía nacional gitano de todo Aragón. Y no quiere ser el único. Jiménez trabaja como interlocutor en materia de delitos de odio, especializado en antigitanismo, en la comisaría del distrito Centro de Zaragoza. Y es que, en la última semana, su lucha de integración y respeto hacia su comunidad ha tenido un gran apoyo por parte de las instituciones. El Código Penal se va a reformar para incluir el antigitanismo como delito de odio.
Para Jiménez, trabajar por la mejora de los derechos de su comunidad es “la ilusión de su vida” y que desde que trabaja de ello, se ha convertido en todo un referente en su entorno, tanto para gitanos como para compañeros del cuerpo.
“El hecho de que un gitano de mi barrio de la Magdalena pierda el DNI y sea yo el que le llame y le invite a venir a la comisaría y que conozca a mis jefes y compañeros es algo que les creó una imagen súper positiva. También a mis compañeros, por ejemplo, les presenté a amigos míos gitanos y ahora jugamos todos juntos al pádel. Hay que aportar esta imagen de calidad de la Policía Nacional a los gitanos”, ha explicado el agente.
La inclusión del antigitanismo en el Código Penal como delito de odio es para Jiménez “un avance democrático” y aunque aún falta su ratificación en las Cortes como ley orgánica, su aprobación ya es una realidad. Esta nueva tipificación supondrá “un antes y un después”. Un hecho que para Jiménez supone que la Policía Nacional “está adaptada a una realidad compleja pero que lucha por ganar en calidad democrática”.
El agente que vive en contacto con las denuncias de los delitos de odio indica que es “muy complicado” probar objetivamente un delito de odio “puro y duro” y que siempre suele ir precedido de amenazas o indicativos que pueden llegar a pensar que su resultado final es un delito de odio. Un fin que solo se obtiene tras recopilar un conjunto de hechos probados que demuestren el ilícito.