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Hay que devolverle “su calle” al Almirante Cervera

Pascual Cervera Topete, en 1890
Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

Recuerdo que, al principio de mi llegada a Barcelona, hace ya más de 50 años, cuando iba al barrio marinero de la Barceloneta, acostumbraba a pasar por la calle del Almirante Cervera. Ese barrio siempre ha tenido para mí un atractivo especial motivado porque en su orilla opuesta al puerto está la famosa playa de Barcelona donde durante tantos años estuvo ubicado el Somorrostro barcelonés. Miles de gitanos lo habitaron y su hospital, entonces llamado de “Infecciosos”, era una referencia para sus habitantes. Hoy ese centro médico, convertido en un Hospital de referencia de la ciudad Condal, fue donde mi hija Carmen, que es médico, realizó sus primeros años de prácticas una vez acabada la carrera de medicina.

Más de 15.000 personas habitaban las casi 1.400 barracas allí instaladas. Pero gitanos y gachés (payos) desaparecieron del lugar cuando Francisco Franco decidió visitar Barcelona para participar en unas maniobras navales. Los gitanos fueron trasladados, en su inmensa mayoría, a unos barracones instalados en el barrio de San Roque, en Badalona. Y aquí, en el Somorrostro barcelonés, inmortalizado por el cineasta Rovira-Beleta en su película Los Tarantos, fue donde nació la genial Carmen Amaya, verdadera revolucionaria del baile gitano.

Por eso, y porque en la Barceloneta quedaron bastantes familias gitanas que no habitaban las barracas, yo iba con frecuencia a visitarlas atravesando la calle del Almirante Cervera.

Pero resulta que, para mí, el Almirante Cervera no era un desconocido.

Efectivamente, no lo era, porque yo creía que don Pascual Cervera Topete había nacido en Puerto Real, en el mismo pueblo en el que había nacido yo y en una casa situada a pocos metros de la mía. Ahora, tras la zapatiesta ocasionada por el Ayuntamiento de Barcelona, me he enterado de que donde el Almirante nació, en febrero de 1839, fue en Medina Sidonia, enclave situado en el centro de la provincia de Cádiz y que acaba de recibir el premio “pueblo con más encanto de Andalucía 2018”. Pero lo que sí sé es que vivió y murió en mi pueblo, en Puerto Real, el 3 de abril de 1909 y que la imagen de su casa y los movimientos de sus familiares entrando y saliendo de la misma forman parte de mis recuerdos de infancia. Debo hacer una importante precisión. Mi familia vivía, y mi hermana Mari Carmen sigue viviendo, en la calle Barragán, a cinco o seis metros de la casa del Almirante, en un pequeño piso que no llega a 50 metros cuadrados, mientras que el Almirante y su familia ocupaban una finca impresionante, con un inmenso jardín interior que yo lograba ver cuando me subía a la azotea de mi casa. Ya entonces, a pesar de que yo era un niño de pocos años, me llamaba la atención observar, desde la atalaya de mi azotea, como nosotros podíamos vivir tantos en tan poco espacio, mientras que la familia del Almirante, que no eran muchos ―al menos a mí me lo parecía― necesitaban tantos metros cuadrados para desarrollar con normalidad sus vidas.

Sí recuerdo, sin embargo, que los familiares del señor Cervera eran personas amables que pasaban prácticamente desapercibidas para el resto de los puertorrealeños. Ellos hacían su vida sin participar en los eventos franquistas de la época, hasta que llegó un momento en que la casa permanecía cerrada la mayor parte del año y algún miembro de la familia la ocupaba tan solo unos meses, especialmente en el verano. Nunca oí a nadie hablar mal de la familia Cervera, mis vecinos. Ni siquiera cuando siendo ya mayorcete afilaba el oído cuando me percataba de que algunos obreros hablaban, con cautela, de política.

Y ¿por qué el Ayuntamiento de Barcelona le ha quitado el nombre de mi paisano, el Almirante Cervera, a la calle que lo llevaba?

Pues sencillamente porque, según la alcaldesa de Barcelona, doña Inmaculada Colau, el Almirante Don Pascual Cervera Topete, era un “facha”. Pues mire usted, no. El Almirante Cervera era un liberal que se distinguió participando en la Revolución Liberal, conocida como La Gloriosa, de 1868 contra Isabel II. Más tarde, y en dos ocasiones, 1892 y 1893, fue nombrado Ministro de Marina en un gobierno liberal cuyo presidente fue Práxedes Mateo Sagasta. (Por cierto, otra de las principales calles de mi pueblo lleva el nombre de este ilustre político liberal progresista). Y antes, en el año 1873, el Almirante Cervera, que quiso ser mi vecino adelantándose un montón de años a que yo naciera, defendió el orden constitucional de la Primera República española enfrentándose a los rebeldes y defendiendo el Arsenal de la Carraca, en Cádiz. ¿Coincidencias de la vida? El Almirante Cervera defendió con las armas el orden constitucional del siglo XIX y luego un gitano del pueblo que él escogió para vivir y morir, participó en la redacción de un nuevo orden constitucional surgido tras la muerte del dictador.

Algo ha llamado poderosamente la atención de quienes sorprendidos por la acusación de “facha” que la alcaldesa de Barcelona hace al Almirante Cervera, han comprobado con estupor que cuando Benito Mussolini inventó el fascismo, hacía ya más de diez años que el militar puertorrealeño había muerto. Es decir, se señala con el estigma de “facha” a alguien que no podía saber qué era eso, porque eso no existía.

Es curioso, o al menos contradictorio, que para quienes gobiernan en el consistorio barcelonés, don Pascual Cervera sea un indeseable de extrema derecha ―eso es lo que son los “fachas”― y que Fidel Castro, ―comunista convicto y confeso― hubiera declarado en La Habana que el Almirante Cervera era un héroe que protagonizó una hazaña inolvidable al enfrentarse a los Estados Unidos a sabiendas de que aquella era una batalla perdida para los españoles. Por esa razón, el gobierno cubano organizó hace dos años un homenaje a los marinos españoles que combatieron en la guerra de 1898 a las órdenes del marino Cervera Topete. Ese día colocaron una placa de metal en el fondo del mar, en el lugar donde reposan los restos de uno de los barcos españoles hundidos y dos submarinistas, uno catalán y otro vasco, depositaron una corona de laurel junto a la placa manifestando así el agradecimiento a los marinos españoles que murieron en el combate contra los soldados de los Estados Unidos.

Me sentiré mal cada vez que circule por la calle del Almirante Cervera y no pueda leer su nombre en las placas fijadas en cada esquina. Y no me servirá de consuelo pensar que sus restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres de la Isla de San Fernando, la tierra de Camarón, al ser considerado un héroe para la historia, o que el Gobierno francés le haya concedido la Legión de Honor.

La señora Colau debería pedir disculpas por insultar estúpidamente a un gran marino andaluz que quería entrañablemente a Cataluña. Así lo ha pedido el PSOE de Puerto Real en una moción que se debatirá en el pleno de su Ayuntamiento. Y así me atrevo a pedirlo yo también desde la autoridad que me da el ser padre de seis hijos que han nacido en Barcelona.

De lo contrario no nos extrañe que algún día veamos ―lo acabo de leer en Twitter, seguro, redactado por un gaditano― que el Ayuntamiento mandará quitar la estatua de Colón y colocará en su lugar la de Gabriel Rufián.

Nuevas tecnologías contra la exclusión

Dar herramientas precisas y dotar a los jóvenes de recursos para poder gestionar convenientemente las cantidades ingentes de información, muchas veces errónea y malinterpretada, que llegan a través de las redes sociales. Que un clic sea una ventana a la libertad de expresión desde el respeto y la suma de valores en igualdad. Ésos son dos de los objetivos de las Jornadas sobre Alfabetización Digital con Población Joven en Riesgo de Exclusión, que se celebran entre hoy y mañana en la Facultad de Educación de la Universidad de Sevilla con la organización de la Unión Romaní y a las que se puede asistir sin necesidad de inscribirse.

Además, se darán competencias digitales para docentes y formadores, se hablará de la mediación virtual y se profundizará en la utilización de métodos de gestión de conflictos on line. El objetivo general de este proyecto supone la continuación y ampliación de la propuesta europea presentada para el programa Erasmus + de la Agencia Europea de la Cultura, Medio Audiovisual y Educación de la Comisión Europea Pasos hacia el presente: Alfabetización digital y mediática para la juventud gitana en Europa.

La inauguración de las Jornadas, que están dirigidas principalmente a maestros, profesores, formadores ocupacionales, trabajadores sociales, mediadores sociales y voluntarios de ONG y son completamente gratuitas, será a las 16:30 con la presencia del Decano de la Facultad de Educación, Alfonso Javier García; y el vicepresidente de la Unión Romaní, Antonio Torres.

El seminario contará con las ponencias de distintos expertos como Carlos Marcelo, catedrático de Educación; Francisco Javier Alés, director del Foro Internacional de Mediadores Profesionales (Fimep) de la Universidad Internacional Loyola Andalucía; Juan Diego Mata, presidente de la Asociación Andaluza de Mediación (Amefa); José Carlos Cabrera, coordinador ODR España del Fimep de Loyola; y Francisco José Núñez, periodista, colaborador del Grupo Joly y docente del proyecto La Prensa en las Escuelas.

Con la intención de favorecer el intercambio de experiencias y conocimientos entre los actores institucionales y de la sociedad civil que luchan contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad entre la población joven de la comunidad gitana, la Unión Romaní organiza esta sesión formativa con la misión de fortalecer la respuesta digital de los más desfavorecidos de manera integral.

Tras la realización de este seminario, que también se impartirá en otras ciudades de España, se llevará a cabo un encuentro con jóvenes voluntarios para la formación en nuevas herramientas para la alfabetización digital y se desarrollarán unas conclusiones que formarán parte de un Manual de Buenas Prácticas con las conclusiones que se hayan obtenido por parte de los jóvenes gitanos voluntarios y los profesionales y que ofrezca la posibilidad de desarrollar nuevas iniciativas en los ámbitos de alfabetización digital y mediática para la juventud gitana en riesgo de exclusión en España y en Europa a través del proyecto europeo presentado.

El Gobierno de Navarra concede la Cruz de Carlos III el Noble de Navarra a Gaz Kaló por contribuir a la proyección y el prestigio de la Comunidad Foral

Miembros de Gaz Kaló

El Gobierno ha concedido la Cruz de Carlos III el Noble de Navarra a nueve personas y entidades que han “contribuido de forma destacada al desarrollo, la proyección y el prestigio de la Comunidad Foral” entre ellas, la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra Gaz Kaló.

En relación a la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra Gaz Kaló, el Ejecutivo destaca que “ha contribuido de manera decidida a la defensa de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del Pueblo Gitano en Navarra y a la lucha contra los estereotipos y prejuicios sociales”.

Desde su creación, Gaz Kaló ha trabajado para facilitar la interlocución del asociacionismo gitano con las administraciones públicas, las entidades sociales y la población en general, optimizando y dinamizando la labor de las asociaciones gitanas y la calidad y la transparencia de sus programas, servicios y actuaciones, como instrumento de promoción y normalización social.

En estos últimos años además ha centrado gran parte de sus actividades en potenciar la participación de la mujer y la juventud como valor de la cultura gitana, facilitando la superación de desigualdades y la equidad en materia de educación, como elemento nuclear en la promoción del pueblo gitano, sin olvidar otros campos como la salud, el empleo y la vivienda.

De este modo, Gaz Kaló ha contribuido de manera decidida a la defensa de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del Pueblo Gitano en Navarra y a la lucha contra los estereotipos y prejuicios sociales, a la vez que ha ofrecido formación y asesoramiento profesional de calidad a la comunidad gitana y a la ciudadanía en general.

Por ello, el Gobierno de Navarra estima oportuno distinguir a la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra Gaz Kaló concediéndole la Cruz de Carlos III el Noble de Navarra, condecoración creada por Decreto Foral 104/1997, de 14 de abril, para reconocer la labor de personas y entidades que han contribuido de forma destacada al desarrollo, la proyección y el prestigio de la Comunidad Foral, desde el ámbito concreto de su actividad.

Desde Unión Romani queremos felicitar a nuestros compañeros de Gaz Kaló. Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de la entidad, les apoya con este mensaje:

“Felicidades a nuestros hermanos de Navarra. Se merecen este reconocimiento por los muchos años de trabajo serio y eficaz que vienen realizando en favor de nuestra comunidad. A mi mente viene el recuerdo y la imagen de la Tía Camino. Una gitana valiente, luchadora e inteligente, fundadora del movimiento gitano en Navarra. Yo tenía 22 años cuando la conocí.

Y me impresionó la majestuosidad de su figura. Me parece como si la estuviera viendo bajar las escalinatas de la catedral. Ella vestía siempre con una elegancia suprema. La recuerdo luciendo una falda negra que le llegaba hasta sus zapatos brillantes de charol, plisada en muchas tablas perfectamente planchadas. Y su pañuelo de encaje sobre una blusa de seda brillante. La Tía Camino vive en mi recuerdo. Sin duda alguna ella sembró la semilla que ha hecho posible que hoy los jóvenes luchadores gitanos navarros reciban este importantísimo galardón.

Marcos Santiago Cortés, gitano, abogado: “Los gitanos no hemos tenido suerte con la política”

Marcos Santiago / Cordópolis

El periódico digital Cordópolis ha publicado una larga entrevista con Marcos Santiago Cortés. Es una entrevista que ilustra muy bien el sentir de una nueva generación de gitanos, preparados y profundamente gitanos al mismo tiempo. Os invitamos a leerla íntegramente en el siguiente enlace:

http://cordopolis.es/2018/04/08/marcos-santiago-los-gitanos-no-hemos-tenido-suerte-con-la-politica/

 

Comentario de Juan de Dios Ramírez-Heredia:

Conozco a Marcos desde hace muchos años. Podría ser mi hijo. Y desde el primer momento supe que estaba ante un joven de excepcionales cualidades. Transcurridos los años traté de animarle para que dedicara algunos años de su vida a la política. Marcos hubiera sido un gran parlamentario. El primer diputado gitano en el Parlamento Andaluz, huérfano, incomprensiblemente, de representación gitana. Pero él no quiso, a pesar de que fueron varios los partidos políticos que le ofrecieron un puesto relevante en sus listas. Me dijo un día: “Tío Juan de Dios, prefiero dedicarme plenamente a la abogacía y tenga la seguridad de que siempre, allí donde esté, sentiré el orgullo de ser gitano y aportaré mis esfuerzos por la defensa de nuestra comunidad”. Y así lo ha hecho y sigue haciéndolo.

Por eso les recomiendo que lean detenidamente la entrevista. Posiblemente algunas de las afirmaciones de Marcos les hagan detenerse y pensar seriamente en la trascendencia de su mensaje. Nuestro pueblo, aquí en España y en toda Europa está falto de referentes personales que encarnen la modernidad con la permanencia de lo esencial de nuestra Ley Gitana. Comprendo que es muy difícil. Los tiempos han evolucionado a una rapidez desconocida para nosotros. Muchas veces pienso que si mis abuelos, por no ir más lejos, levantaran la cabeza se volverían a morir. No comprenderían nada de muchas de las cosas que hacemos.

Pero Marcos sí las ha entendido y las practica. En la entrevista el periodista le pregunta de todo: de la política, de la venta ambulante, de la justicia, de la mujer gitana, de la pobreza, del racismo, de la droga… Y a todas esas preguntas da una respuesta, discutible si se quiere, pero profundamente enraizadas en nuestra vieja y tradicional Ley Gitana.

Lean, si no, el siguiente párrafo. Ahí radica el secreto de nuestra supervivencia:

“Yo soy gitano y tengo unos valores y uno de los más importantes es la familia. Por eso no quiero ver ni a una gitana ni a un gitano emancipados de su gente. Que estudien, que tengan independencia económica, lo que quieras, pero que vivan con los suyos, con su familia. Porque dependemos de nuestras familias, nos queremos mucho y queremos estar siempre unidos. La gitana o el gitano que vive aparte se convierte en un bicho raro. Yo no dejaría nunca a mi familia solo para realizarme profesionalmente, intentaría hacer las dos cosas. Ser gitano es llevar adelante las dos cosas: progresar culturalmente, académicamente, profesionalmente y estar al lado de tu gente al mismo tiempo. Si no haces eso, ni eres gitano ni eres nada.  ¿Te has enterado?”

Al final de la entrevista el periodista le pregunta si echa de menos que le hayan dado algún premio. Su respuesta no puede ser más hermosamente gitana:

“El mejor premio a la cultura gitana que me pueden dar ya lo tengo: que mi mujer siga enamorada de mí cada vez que vuelvo a casa tras 20 años casados”.

La rabia y el temple de Camarón llegan al cine

Cartel del nuevo documental sobre Camarón de la Isla

Se estrena en el certamen de cine ‘Camarón, flamenco y revolución’, una aproximación delicada y respetuosa del cantaor. La cinta está dirigida por Alexis Morante y cuenta con la voz de Juan Diego como conductor.

«Crecer con Camarón como una estrella más de la música era algo normal en mi casa. Mi padre tenía discos de Camarón y Paco de Lucía entre discos de Pink Floyd, The Doors o Elvis. Aquel día murió Camarón y Algeciras, ciudad de tradición gitana, amanecía con un ambiente nublado, típico del Levante, del Estrecho. Recuerdo que caminé con mi padre por uno de los barrios gitanos periféricos. Allí se sobreponían a la muerte del dios del cante, como si hubiera muerto alguien de su propia familia».

Quien habla es Alexis Morante, que tenía 13 años cuando murió el cantaor y que ha dirigido la película ‘Camarón, flamenco y revolución’, una narración apasionada de la vida del flamenco de San Fernando. La película se ha estrenado en el Festival de cine de Málaga. Alexis Morante vive entre Los Ángeles y Andalucía y ha sido nominado como director a los premios Goya, Grammy latino y ha conseguido más de cien premios en su faceta como director de cine y de publicidad.

El guion es obra de Raúl Santos, que vive en Brooklyn (Nueva York) y que ha sido mencionado por The New York Times como «uno de los directores en ascenso en España». ‘Camarón, flamenco y revolución’ es un documental construido sobre la leyenda con una serie de materiales y entrevistas que los aficionados hemos visto docenas de veces y con todo y con eso… se la recomiendo a todo bicho viviente, a los que tuvimos la oportunidad de conocer a Camarón y a los que nunca se han acercado al flamenco.

La película es un vehículo a la emoción del arte, así que vayan al cine a ver lo que ya conocen, lo que ya han oído, lo que ya saben y les garantizo que van a ser cautivados por el recuerdo, la emoción y la nostalgia. Y da igual que sea un duende viejo el que nos visitó un día… Ese duende regresa y nos deja conmocionados, casi como la primera vez. No hay muchos inéditos, ni muchas novedades. Lo que se cuenta se sabe y casi todo está en la red. Aquí, lo que importa es sentarse en la oscuridad delante de una pantalla muy grande con el mejor equipo de sonido y dejarse llevar por lo que cuenta el narrador Juan Diego. ¡Qué gran acierto! Juan Diego es de los que cuando va al flamenco sale con alma herida, te lo encuentras asolado por la conmoción como un barquito de papel en una borrasca de las de aúpa.

El Congreso condena la imagen distorsionada que se da de los gitanos en los medios de comunicación y redes sociales

El Congreso ha condenado, coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano, la imagen distorsionada que, a su juicio, se da de este pueblo en los medios de comunicación y redes sociales. Por ello, ha rechazado cualquier «práctica comunicativa, ya sea periodística, corporativa o privada que refuerce y extienda prejuicios» acerca de los gitanos.

«Porque con ellos se extiende la xenofobia, la estigmatización y la expresión de odio hacia el pueblo gitano», apunta la Cámara Baja, a través de una declaración institucional leída al finalizar la sesión del Pleno del Congreso. En el texto también se advierte de que, «las ideas preconcebidas fomentadas en masa actúan como freno» para la incorporación total y efectiva de los gitanos a la sociedad.

El documento destaca que, en España, los gitanos se siguen viendo «desde la perspectiva del prejuicio y del estereotipo, fundamentalmente por la imagen distorsionada que la sociedad tiene» de este pueblo. Esta situación, según denuncia la declaración, provoca que esta población vea mermada sus posibilidades de evolución y desarrollo social, así como económico y cultural.

Refuerza su compromiso para la integración

Según la Estrategia Nacional para la Inclusión Social de la Población Gitana en España 2012-2020, unos datos que recoge la declaración institucional, este pueblo es «uno de los grupos étnicos que más animadversión social padece» en el país, a pesar de que desde los años 80 se ha elaborado planes de integración específicos.

Sin embargo, denuncia el Congreso, estos programas «siguen sin tener en cuenta la complejidad demográfica de esta minoría étnica, así como las contribuciones que ha aportado a la cultura», entre otros aspectos.

«El Pleno refuerza su compromiso unánime para que, según las estimaciones, el millón de personas de etnia gitana que vive en España puedan hacer oír su voz y desarrollar su vida como ciudadanos de pleno derecho», concluye el texto.

El Papa Francisco nos felicita y nos bendice

El Papa Francisco / Farodi Roma

El Papa Francisco saludó el domingo a la comunidad gitana, en ocasión de su día internacional, mientras que el jefe de la Liga Norte (extrema derecha italiana), Matteo Salvini, los invitó en Twitter a «robar menos».

«Espero que el día (internacional) favorezca la cultura del reencuentro, con la buena voluntad de conocerse y de respetarse recíprocamente», declaró el Papa luego de la misa que celebró este domingo en la basílica San Pedro.

Mateo Salvini / TPI

«Ese es el camino que conduce a una verdadera integración», agregó ante a miles de personas.

«Hoy es el día internacional del pueblo gitano”, escribió por su parte en Twitter Matteo Salvini, líder de la coalición de derecha que obtuvo el 37% de los votos, el primer lugar, en las legislativas del 4 de marzo.

«Si muchos de ellos trabajaran más y robaran menos, si muchos de ellos enviaran a sus hijos a la escuela en vez de enseñarles a robar, sería verdaderamente una fiesta», agregó.

¡Y pensar que este infame líder de LA LIGA aspira a ser el presidente del gobierno de Italia…!

El pueblo gitano, un milagro de nuestro tiempo

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Hace dos años y medio tomé posesión de mi acta de concejal en el Ayuntamiento de Alicante para convertirme en el primer concejal gitano de la ciudad. Una anécdota curiosa que pone negro sobre blanco para evidenciar un hecho para reflexionar: la falta de representación del pueblo gitano en las instituciones públicas.

Nada ha cambiado desde que Juan de Dios Ramírez-Heredia emprendiese en solitario un camino que jamás antes había sido transitado. Si mis fuentes no me fallan, en las pasadas elecciones de 2015 celebradas en todo el país fueron electos 15 concejales gitanos en sus respectivos municipios. Solo 15 de entre cerca de 70.000 concejales repartidos por 8.116 ayuntamientos. Un 0,02%. Y en sede parlamentaria, de entre los 1.826 representantes nacionales y regionales que hay en estos momentos, solo Silvia Heredia, del Partido Popular, cuenta con escaño en el Congreso de los Diputados. Datos clarificadores y concluyentes que permiten asegurar que las políticas de integración de los últimos 40 años no han producido los resultados deseados.

En este punto, muchos se aventuran ligeramente en señalar al propio gitano como causante de todos sus males. Los gitanos llegaron a Europa hace más de 500 años. Hoy la diferencia cultural, étnica y religiosa entre semejantes se respeta, se valora y suma para construir nuestra sociedad. Cinco siglos atrás era muy diferente. Los “egiptianos” eran la nota discordante en medio de una civilización que aspiraba a la homogeneidad de sus valores y la estabilidad del statu quo social. Durante todo este tiempo se han sucedido miles de normas de todo rango y forma, de cada época y gobierno, dirigidas a erradicar la existencia de nuestro pueblo. Ha habido momentos en la Historia que han sido dramáticos como cuando en 1749 se ordenó la detención de todo gitano, mujer y varón, de cualquier edad, sin importar su posición socioeconómica, oficio, honorabilidad, fe, mestizaje o grado de asimilación. Expropiados de todo cuanto tenían, separados forzosamente mujeres y hombres. Apartadas las madres de sus hijos. Fueron apresados por más de veinte años, y los que sobrevivieron volvieron a la calle sin nada, sin hogar y sin bienes, sin orgullo ni estima, sin presente ni futuro y sin entender el porqué de tanto sufrimiento.

En España se supera, por mucho -aunque el dato no sea oficial-, el millón de gitanos. Más de 12 millones en Europa -al menos-. Somos el mayor milagro conocido de la edad moderna. Cinco siglos de persecución ininterrumpida que inexplicablemente no logró su objetivo, -porque Dios nos guardó-. Cincos siglos que sí explicarían, sin embargo, muchos de los prejuicios y comportamientos heredados del pasado que persisten en la actualidad. De niños nos enseñan a cuidarnos de los peligrosos, ladrones y engañadores gitanos, a unos, y de los malditos, temibles y poderosos payos, a otros. Por inercia y sin cuestionamientos, payos y gitanos, seguimos interpretando a conciencia nuestro papel de archienemigos. A estas alturas, no se necesitan planes de integración, sino de reconciliación. No podemos seguir viviendo de espaldas a la historia negando lo sucedido, ni ignorar por más tiempo las injustas barreras y desequilibrios sociales y económicos que nos separan, ni consentir los clichés falsos e irracionales que nos enfrentan. No se trata de buscar culpables, si los hubo ya no están entre nosotros, sino de asumir responsabilidades.

Fernando Rey Martínez, Catedrático de Derecho Constitucional y Consejero de Educación de Castilla y León, en un artículo reciente sugería la creación de organismos específicos y autónomos, la introducción de cuotas electorales o cualquier otro mecanismo de corrección que permita enmendar el bochornoso vacío de representación que persiste en nuestras instituciones. El planteamiento admite debate, pero ese debate no admite dilación. No podemos permitirnos otros cuarenta años dando vueltas en el desierto.

El Pueblo Gitano forma parte indisoluble de nuestro país. Es una obviedad que se resiste, pero ciertamente sin ellos, la historia, la cultura y la identidad españolas no podrían explicarse ni entenderse. Es la minoría étnica más numerosa, un valor nacional a proteger y con un potencial socio-económico de futuro inimaginable. Garantizar la participación y el liderazgo en la vida pública de gitanos y gitanas, satisfaría, en parte, la gran deuda histórica y democrática que se tiene con esta gente.

Ahora bien, esa participación ha de concretarse de manera digna. No puede improvisarse a destiempo en la previa electoral, ni aventurar, en un alarde de ignorancia, candidatos fraudulentos que sobreabundan en clichés rancios y disonantes, porque perjudica a todas las partes interesadas: partidos, comunidad gitana y ciudadanía en general. Hay entre el pueblo gitano numerosos referentes con formación y experiencia, con la reputación y honorabilidad que merece el cargo, y la cercanía que exigen, lógicamente, los suyos. Hay tantos, que solo la falta de respeto y la desidia justifican que no se cuente con ellos. La práctica política nos ofrece ejemplos de una y otra parte, malos y buenos. En mi caso, por fortuna, he de decir que me he sentido -y me siento- muy respetado como gitano y enormemente valorado por mi trabajo, tanto por mi partido como por mis compañeros. De lo contrario, no debería estar aquí. Ni yo ni nadie.

Los gitanos, por nuestra parte, tenemos que dejar de mirarnos -entre nosotros y a nosotros mismos- con el desprecio y el complejo acostumbrados, para descubrir que somos un pueblo extraordinario. Somos un pueblo absolutamente extraordinario, pero aún no nos hemos dado cuenta. Debemos sacarnos de encima todo el lastre que acumulamos de falsas señas de identidad que creímos nuestras pero no lo eran. Nunca fuimos los malos ni tenemos por qué serlo. Fuimos víctimas, pero tampoco tenemos por qué seguir siéndolo. Somos supervivientes y podemos elegir, por primera vez en muchos siglos, el futuro que queremos para nuestros hijos.

No ignoro los obstáculos que hemos y habremos de enfrentar todavía, más aún si eres mujer, ni tampoco excuso a quienes se obstinan en dejarnos fuera de esta sociedad y mantener las barreras que nos separan. Sin embargo, decidir seguir siendo gitanos y cómo serlo es nuestra responsabilidad. Y, sobre todo, una oportunidad que algunos nos negaron pero que Dios nos ha devuelto.

(Israel Cortés es concejal del PP en el Ayuntamiento de Alicante; publicado originalmente en ABC)

Today is our day

There are fourteen million gypsies living around the world, 4 million of them in both Americas and 10 million in Europe. Today we celebrate our International Day, in remembrance and commemoration of the first World Romani Congress held in London on the 8th April 1971.

The history of the Romani people has a clear dividing line. On one side, the history from before the London Congress and on the other, the history from after. In that Congress – in which I was very fortunate to participate – the foundations that our community wanted to base its future on were laid. We were aware that we were people with a shared history, with common origins, with a language that allowed us to understand each other and one that we had preserved over the centuries. But, above all, we knew that our main strength was in the awareness we all had that we were one universal family.

For this reason, the agony suffered by any members of our Community was felt by us all. And that suffering made us strong, and continues to make us stronger and prouder of who we are every day. Faced with so much disgrace, so many opinions and persecutions, so many unwarranted attacks on our ancestors by cruel and racist law enforcement authorities for centuries, we have proudly held our heads high proclaiming that we are gypsies, despite the danger that we had of being separated. The simple sight of the Second World War, the figure of Hitler and his gas chambers, the half million gypsies, elderly and children, who were massacred in those hellish concentration camps have all strengthened our collective understanding as a community, turning the hot tears of our martyrs into the thorns that stuck in our side and spurred us to shout in London that, “enough is enough!” We wanted justice, we demanded recognition as a community and we shouted loudly, with our emotions running wild, that we were no longer willing to take our torment lying down.

All of this was discussed in London in April 1971. And there we reaffirmed our flag, blue and green. A community that does not understand borders, with the blue representing the skies and the green representing the fields. And we created our anthem. With shocking lyrics reminiscent of the victims of the Nazi persecution. And we asked the United Nations (UN) to recognize us as a community, which we achieved in 1978. And we created a learning centre at the Descartes University in Paris to validate the Romani language, and we decided to create the Romani Union, a large world organisation, gypsy to the core, to allow gypsies from all over the world to speak to public authorities without intermediaries.

Today is our International Day. A day that admires gypsy women who have been included in roles of leadership and representation of our people, something that is becoming a happy reality and was unthinkable before the London Congress.

Today is the day that thousands of gypsy men and women will throw flower petals into the waters of the world’s rivers as a symbol of beauty and freedom. Today is the day that we will place lit candles on those calm waters, praying for our martyrs and our fallen, crying with emotion. Opre Rroma!!

At least, on a day like today, the majority society of gachés (non-gypsies) can say with us: “Opre Rroma, long live the Romani people!!”

 

This English translation has been possible thanks to the PerMondo project: Free translation of website and documents for non-profit organisations. A project managed by Mondo AgitTranslator: Courtnay Powell

Today is our day

There are fourteen million gypsies living around the world, 4 million of them in both Americas and 10 million in Europe. Today we celebrate our International Day, in remembrance and commemoration of the first World Romani Congress held in London on the 8th April 1971.

The history of the Romani people has a clear dividing line. On one side, the history from before the London Congress and on the other, the history from after. In that Congress – in which I was very fortunate to participate – the foundations that our community wanted to base its future on were laid. We were aware that we were people with a shared history, with common origins, with a language that allowed us to understand each other and one that we had preserved over the centuries. But, above all, we knew that our main strength was in the awareness we all had that we were one universal family.

For this reason, the agony suffered by any members of our Community was felt by us all. And that suffering made us strong, and continues to make us stronger and prouder of who we are every day. Faced with so much disgrace, so many opinions and persecutions, so many unwarranted attacks on our ancestors by cruel and racist law enforcement authorities for centuries, we have proudly held our heads high proclaiming that we are gypsies, despite the danger that we had of being separated. The simple sight of the Second World War, the figure of Hitler and his gas chambers, the half million gypsies, elderly and children, who were massacred in those hellish concentration camps have all strengthened our collective understanding as a community, turning the hot tears of our martyrs into the thorns that stuck in our side and spurred us to shout in London that, “enough is enough!” We wanted justice, we demanded recognition as a community and we shouted loudly, with our emotions running wild, that we were no longer willing to take our torment lying down.

All of this was discussed in London in April 1971. And there we reaffirmed our flag, blue and green. A community that does not understand borders, with the blue representing the skies and the green representing the fields. And we created our anthem. With shocking lyrics reminiscent of the victims of the Nazi persecution. And we asked the United Nations (UN) to recognize us as a community, which we achieved in 1978. And we created a learning centre at the Descartes University in Paris to validate the Romani language, and we decided to create the Romani Union, a large world organisation, gypsy to the core, to allow gypsies from all over the world to speak to public authorities without intermediaries.

Today is our International Day. A day that admires gypsy women who have been included in roles of leadership and representation of our people, something that is becoming a happy reality and was unthinkable before the London Congress.

Today is the day that thousands of gypsy men and women will throw flower petals into the waters of the world’s rivers as a symbol of beauty and freedom. Today is the day that we will place lit candles on those calm waters, praying for our martyrs and our fallen, crying with emotion. Opre Rroma!!

At least, on a day like today, the majority society of gachés (non-gypsies) can say with us: “Opre Rroma, long live the Romani people!!”

 

This English translation has been possible thanks to the PerMondo project: Free translation of website and documents for non-profit organisations. A project managed by Mondo AgitTranslator: Courtnay Powell

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