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¿El gobierno quiere “camelar” a los gitanos?

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“Camelar” procede de la lengua romaní (la lengua de los gitanos), y originariamente significaba gustar, desear; en la actualidad en castellano tiene dos acepciones muy distintas:

1) Engatusar (adular para engañar).
2) Tratar de enamorar a otro, querer.

Y yo me pregunto: ¿De cuál de las dos maneras pretende el Gobierno del PP “camelar” a los gitanos?

El Ministro de Educación NO ha respondido a la solicitud de las organizaciones gitanas de reunirse con él para abordar el tema de la desigualdad educativa y de la segregación escolar; sin embargo, el pasado 31 de octubre las reunió para elaborar con urgencia materiales sobre cultura gitana. El Consejero de Educación de Castilla y León hace un año y pico hizo lo mismo: mandó elaborar unidades didácticas sobre la historia y cultura gitana y, en cambio, ha descuidado la lucha por la igualdad de oportunidades educativas, hasta el punto de que a principios de este curso ha sacado una normativa que consolida los guetos escolares.

Incluir la historia y la cultura gitanas en el currículo es un acto de justicia histórica y de reparación de un memoricidio (es parte de la Historia y es sangrante que hasta ahora no se le dedicara ni una línea de los libros escolares). Y puede contribuir a educar en valores. Eso hay que decirlo bien claro y, a mi juicio, a este respecto hay cuatro tareas pendientes:

a) Elaborar un buen manual de Historia del Pueblo Gitano, científico y riguroso, claro y divulgativo, que sirva de referencia para historiadores, editoriales de libros de texto y profesorado.

b) Que los libros de texto y materiales escolares incluyan la Historia del Pueblo Gitano como parte de la Historia de España y Universal.

c) Elaborar y difundir un buen manual, riguroso y científico, de introducción al idioma romanó y otro sobre el “pogadolecto” del caló.

d) Elaborar y/o difundir y buscar espacios en el horario escolar para que todo el alumnado reflexione sobre los mecanismos del racismo en general y el antigitanismo en particular, los prejuicios y los estereotipos.

Pero reconocer y reivindicar eso no impide que pongamos sobre la mesa que hay que ser conscientes de que la “elaboración de unidades didácticas sobre la historia y la cultura del Pueblo Gitano” entraña dos riesgos importantes:

1) Presentar, si no se es cuidadoso al respecto y se cae en esquematismos y simplificaciones, una visión de “la” cultura gitana estática, descontextualizada, homogénea, folclorizante…: un nuevo estereotipo.

2) El que se convierta en una excusa para no hacer nada más, constituyéndose así en una pantalla o justificación para el no cuestionamiento de las relaciones desiguales de fondo.

Por todo ello, un primer requisito es que los que elaboren materiales sean expertos profesionales en la materia, competentes en esa área de estudio.

Pero es que el Grupo de Trabajo de Educación del Consejo Estatal del Pueblo Gitano hace ya casi un año que ha solicitado una entrevista con el Ministro de Educación para abordar el tema de la desigualdad educativa y los compromisos adquiridos por el Gobierno (y absolutamente olvidados) en el área de educación de la Estrategia Nacional para la Inclusión Social de la Población Gitana… Y el señor Ministro no ha contestado todavía. Del mismo modo, la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Kamira ha presentado al Defensor del Pueblo una denuncia por la segregación escolar que padecen tantos estudiantes gitanos… Y el MECD ha respondido -a solicitud del Defensor del Pueblo- lavándose las manos.

En Castilla y León la Asociación de Enseñantes con Gitanos Amal/Amali de Castilla y León hemos planteado reiteradamente al Consejero de Educación similares reivindicaciones… Y con el mismo resultado de la callada por respuesta, con el agravante de que a principio de este curso ha sacado una normativa por la cual se consolidan y bendicen los guetos escolares.

Pero tanto el Consejero castellanoleonés como el Ministro están muy interesados al parecer en demostrar que la historia y la cultura del Pueblo Gitano les molan mucho, olvidando aquello de que “obras son amores…” y de que “primero es vivir, y luego filosofar…”. Y pienso que hay que repetir una y mil veces que el gueto humilla, acorrala, estigmatiza y constituye la mejor y más evidente prueba de marginación y reproducción de la exclusión.

Y existe, además y tal y como he adelantado, otro grave riesgo: que es el hacer unidades didácticas (como ya ha ocurrido en bastantes ocasiones) en las que se presente a los gitanos como exóticos y desde el tipismo de subrayar las diferencias y como radicalmente distintos y el que al hablar de “la” cultura gitana se caiga en la uniformización y el estaticismo y en lo que Tomás Calvo Buezas denominó el “universalismo democrático” (“Hay que respetar a todos” y “La diferencia nos enriquece”), pero no se ayude al alumnado a analizar los mecanismos de los estereotipos y el racismo y la discriminación y cómo ser crítico y combativos frente al antigitanismo.

Es necesario, pues, una mesa de trabajo continuado y rigurosa en el Ministerio Educación y un dispositivo interautonómico para analizar, diseñar e intercambiar qué se está haciendo en los distintos objetivos marcados por la Estrategia. Y eso ya es harina de un costal del cual parece no quieren ni oír hablar (lo único que demuestran tener clarísimo en estos momentos es que hay que “elaborar unas unidades didácticas sobre la cultura gitana” y “¡deprisa, deprisa!”: que se vea que hay un producto, una prueba de que hacen algo).

De modo que tanto en Castilla y León como en el MECD, a mi juicio y a la vista de los hechos, existe el peligro de que las unidades didácticas en cuestión sirvan de cortina de humo para ocultar su menosprecio y olvido de la desigualdad de oportunidades y de resultados académicos de las clases populares y muy especialmente de los niños y niñas gitanos.

Un botón de muestra de este doble lenguaje es la respuesta que el MECD ha dado al Defensor del Pueblo ante la denuncia de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Kamira relativa a la segregación escolar (último párrafo de la página 2 de la carta de contestación del Defensor del Pueblo a Kamira, 16/02/2017):  “[El MECD informa de que] Igualmente, se consideró importante potenciar la colaboración de las Comunidades Autónomas en la creación de un dispositivo que sirva para dinamizar y alentar y recabar informes de los respectivos gobiernos autonómicos y realizar informes de síntesis y propuestas sobre lo que las distintas administraciones (central, autonómicas y locales) están realizando para el logro de los objetivos marcados en la Estrategia Nacional Española para la Inclusión Social de la Población Gitana 2012-2020. Esta iniciativa pretende aunar actuaciones relacionadas con la mejora del éxito escolar y la convivencia, potenciando la superación de la segregación y el absentismo escolar del alumnado gitano”. ¡Eso es lo que le habíamos pedido desde el Grupo de Trabajo de Educación del Consejo Estatal del P. G. al MECD en la reunión mantenida con representantes del Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativas (CNIIE) del MECD! Solicitud que apuntaron en el acta y sobre la que no han hecho nada, salvo ponerlo ahora como argumento ante el Defensor del Pueblo de que sí que han hecho muchísimo (cuando, en realidad, todo lo que han hecho es copiarlo en un acta y ahí lo han dejado bien guardadito).Bueno, en honor a la verdad, el CNIIE un día nos concedió 50 minutos para que varios miembros del Grupo de Trabajo de Educación del Consejo Estatal del P. G. habláramos con representantes de las respectivas Consejerías de Educación de nueve CC.AA. y las dos ciudades autónomas que habían ido al CNIIE a unas Jornadas sobre Lucha contra el bullying y por la convivencia en los centros escolares; que, por cierto, ninguno de aquellos representantes educativos autonómicos había oído hablar nunca de la Estrategia. ¡No sé si logro explicarme de puro kafkiano que es todo!

José Eugenio Abajo

 

Pertenece a la Asociación de Enseñantes con Gitanos y a la Asociación Amal-Amalí de Enseñantes con Gitanos de Castilla y León, así como a la Asociación Nacional Presencia Gitana. Fue el coordinador de la primera investigación sobre el éxito escolar del alumnado gitano (Abajo, J. E. & Carrasco, S. (eds.), 2004). Durante el curso 2015/2016 formó parte del “Grupo de Trabajo de la Consejería de Educación de Castilla y León para la elaboración de unidades didácticas y materiales curriculares sobre la historia y la cultura del pueblo gitano”. Y en el curso 2016/2017 fue miembro del Grupo de Trabajo de Educación del Consejo Estatal del Pueblo Gitano. 

La Unión Romaní organiza unas Jornadas sobre la promoción del voluntariado con comunidades gitanas en la eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía

La Unión Romaní, entidad de carácter estatal autogestionada y dirigida por los propios gitanos, se establece como transmisora de los valores culturales del Pueblo Gitano, organiza unas Jornadas sobre la promoción del voluntariado con comunidades gitanas en la eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía.  El objetivo del proyecto es favorecer el intercambio de experiencias y conocimientos entre los actores institucionales y de la sociedad civil que luchan contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad en la comunidad romaní a través del voluntariado en el sudoeste de Europa (Andalucía, Algarve y Alentejo).

Desde Unión Romaní es prioritario establecer un sistema que facilite el intercambio de experiencias institucionales y profesionales sobre el modelo de intervención en contextos de exclusión social, programas de formación de nuevos profesionales y personal técnico, políticas sociales gubernamentales y/o buenas prácticas, que sirvan de base para acometer reformas que mejoren las políticas transfronterizas en sudoeste, y del resto de Europa, en materia de lucha contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad en la población gitana.

Este sistema de intercambio de experiencias favorecerá el trasvase de estrategias, herramientas y recursos, proporcionando así respuesta a las necesidades y demandas de los profesionales y del personal técnico de las administraciones públicas que intervienen en zonas con necesidades de transformación social.

Teniendo como punto de partida las relaciones transfronterizas, este proyecto pretende demostrar la necesidad y conveniencia de que los equipos interprofesionales destinados a la intervención integral con la comunidad gitana a través del voluntariado, partan de las directrices, planteamiento y dinamismos internos de la propia cultura gitana, de las administraciones territoriales transfronterizas involucradas, y de organizaciones no gubernamentales que desarrollan su trabajo con la población romaní.

Podéis ver aquí el díptico de las jornadas.

La Unión Romaní organiza unas Jornadas sobre la promoción del voluntariado con comunidades gitanas en la eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía

La Unión Romaní, entidad de carácter estatal autogestionada y dirigida por los propios gitanos, se establece como transmisora de los valores culturales del Pueblo Gitano, organiza unas Jornadas sobre la promoción del voluntariado con comunidades gitanas en la eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía.  El objetivo del proyecto es favorecer el intercambio de experiencias y conocimientos entre los actores institucionales y de la sociedad civil que luchan contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad en la comunidad romaní a través del voluntariado en el sudoeste de Europa (Andalucía, Algarve y Alentejo).

Desde Unión Romaní es prioritario establecer un sistema que facilite el intercambio de experiencias institucionales y profesionales sobre el modelo de intervención en contextos de exclusión social, programas de formación de nuevos profesionales y personal técnico, políticas sociales gubernamentales y/o buenas prácticas, que sirvan de base para acometer reformas que mejoren las políticas transfronterizas en sudoeste, y del resto de Europa, en materia de lucha contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad en la población gitana.

Este sistema de intercambio de experiencias favorecerá el trasvase de estrategias, herramientas y recursos, proporcionando así respuesta a las necesidades y demandas de los profesionales y del personal técnico de las administraciones públicas que intervienen en zonas con necesidades de transformación social.

Teniendo como punto de partida las relaciones transfronterizas, este proyecto pretende demostrar la necesidad y conveniencia de que los equipos interprofesionales destinados a la intervención integral con la comunidad gitana a través del voluntariado, partan de las directrices, planteamiento y dinamismos internos de la propia cultura gitana, de las administraciones territoriales transfronterizas involucradas, y de organizaciones no gubernamentales que desarrollan su trabajo con la población romaní.

Podéis ver aquí el díptico de las jornadas.

La Unión Romaní organiza unas Jornadas sobre la promoción del voluntariado con comunidades gitanas en la eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía

La Unión Romaní, entidad de carácter estatal autogestionada y dirigida por los propios gitanos, se establece como transmisora de los valores culturales del Pueblo Gitano, organiza unas Jornadas sobre la promoción del voluntariado con comunidades gitanas en la eurorregión Alentejo-Algarve-Andalucía.  El objetivo del proyecto es favorecer el intercambio de experiencias y conocimientos entre los actores institucionales y de la sociedad civil que luchan contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad en la comunidad romaní a través del voluntariado en el sudoeste de Europa (Andalucía, Algarve y Alentejo).

Desde Unión Romaní es prioritario establecer un sistema que facilite el intercambio de experiencias institucionales y profesionales sobre el modelo de intervención en contextos de exclusión social, programas de formación de nuevos profesionales y personal técnico, políticas sociales gubernamentales y/o buenas prácticas, que sirvan de base para acometer reformas que mejoren las políticas transfronterizas en sudoeste, y del resto de Europa, en materia de lucha contra la discriminación, la exclusión y la marginalidad en la población gitana.

Este sistema de intercambio de experiencias favorecerá el trasvase de estrategias, herramientas y recursos, proporcionando así respuesta a las necesidades y demandas de los profesionales y del personal técnico de las administraciones públicas que intervienen en zonas con necesidades de transformación social.

Teniendo como punto de partida las relaciones transfronterizas, este proyecto pretende demostrar la necesidad y conveniencia de que los equipos interprofesionales destinados a la intervención integral con la comunidad gitana a través del voluntariado, partan de las directrices, planteamiento y dinamismos internos de la propia cultura gitana, de las administraciones territoriales transfronterizas involucradas, y de organizaciones no gubernamentales que desarrollan su trabajo con la población romaní.

Podéis ver aquí el díptico de las jornadas.

Gloria y honor al president Josep Tarradellas (I)

Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

Hace unos días que cumplió el 40 aniversario de la llegada del presidente Josep Tarradellas a España tras muchos años de exilio en Francia. Huyendo de las tropas franquistas, ganadoras de la guerra, se refugió primero en Suiza y luego se instaló en Saint-Martin-le-Beau (Francia), donde fue elegido presidente de la Generalitat en el exilio en 1954. La presencia de Tarradellas primero en Madrid y luego en Barcelona fueron acontecimientos de primerísima relevancia para la nueva sociedad española que acababa de enterrar a Franco y que había elegido, tan solo cuatro meses antes, a unos Diputados y Senadores que no habían experimentado nunca lo que era vivir en democracia. Yo era uno de esos neófitos bautizado por las urnas de las elecciones de 1977 en Barcelona, y aunque alguna vez había oído hablar de “un tal Tarradellas” no supe hasta entonces la gran importancia que tenía el personaje y la valiente operación de encaje de bolillos que el presidente Adolfo Suarez había diseñado para traerlo a España, llevarlo ante el Rey, prepararle una entrevista con el teniente General Gutierrez Mellado que sería el que debía ordenar, o mejor dicho “aconsejar” al capitán general de la IV Región, Francisco Coloma Gallegos que no le pusiera mala cara al presidente republicano cuando tomara posesión de su cargo en Barcelona. Cuando pienso en estos acontecimientos y en tantos otros que viví en primera línea de la nueva transformación a la democracia, y contemplo el aire irrespirable que estamos viviendo en Cataluña en estos días de profunda zozobra, emerge en mis recuerdos algunas escenas que viví en aquellos días junto a aquel gigantón de la política y de la historia por cuya vuelta a Cataluña algunos tanto habíamos clamado.

 El President Francesc Macià

Confieso que en aquellos días yo sabía más de la vida de Francesc Macià, que fue presidente de la Generalitat de Cataluña durante dos años y medio y que, ―sarcasmos de la vida―, también quiso declarar la independencia de Cataluña en dos ocasiones. La primera trayéndose desde Francia un pequeño ejército de voluntarios armados con los que pretendía invadir Cataluña. Pero los gendarmes franceses los detuvieron a todos en Prats de Molló antes de llegar a la frontera. Macià fue detenido y acabó en una cárcel de ¡Bruselas! La segunda vez que lo intentó y lo logró fue en 1931 cuando salió al balcón del palacio de la Generalitat en la plaza de San Jaime y declaró la República Catalana. Duró solo tres días porque alcanzó un acuerdo de renunciar a la independencia a cambio de que las Cortes Españolas otorgaran a Cataluña un Estatuto de Autonomía. Fue el Estatuto de 1932 por cuya reimplantación corrí tantas veces ante la policía española en los años que siguieron a la muerte de Franco.

 El President Lluís Companys

De Lluís Companys sabemos mucho más porque tuvo una vida política muy ajetreada y cercana a la ciudadanía. En las elecciones de noviembre de 1932 al Parlamento de Cataluña, Companys, elegido Diputado por Lérida, fue el primer presidente de las “Cortes Catalanas Restauradas”, tal como el mismo la denominó en su discurso de aceptación. Pero siendo la segunda autoridad del territorio, dejó el cargo para aceptar un puesto de ministro de la república que le ofreció Manuel Azaña. Fue Ministro de Marina donde permaneció tan solo cuatro meses y se fue desganado porque a juicio de su partido, Esquerra Republicana de Catalunya, ser Ministro de Marina era muy poca cosa. Ellos aspiraban a obtener la cartera de Industria y Comercio.

Hasta que le tocó vivir su gran día de gloria. El 6 de octubre de 1934, tras la muerte de Macià, Companys se asomó al balcón de la Generalitat y proclamó el nacimiento del “Estado Catalán”. Otro intento independentista que tan solo duró diez horas. “En esta hora solemne, ―dijo desde el famoso balcón― en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el estado catalán de la República Federal española”. En ese momento, el general Domingo Batet Mestres, después de tratar de convencer a Companys para que depusiera su actitud sin conseguirlo, cumpliendo órdenes inmediatas del presidente de la República, don Alejandro Lerroux, declara el estado de guerra y procede a atacar con las fuerzas militares a su mando la sede del gobierno catalán. A La una y media de la madrugada Lluís Companys se rinde y horas después él y todos sus consejeros son encarcelados en el buque Uruguay atracado en el puerto de Barcelona.

President Josep Tarradellas

Por mi condición de Diputado por Barcelona puse un especial interés en saber quién era aquel presidente Tarradellas del que todo el mundo hablaba. Y tuve el privilegio de tener el mejor informador: Carlos Sentís. Este gran periodista, que murió en diciembre de 2011, cuando le faltaban unos días para cumplir 100 años, era un verdadero manantial de conocimientos históricos. Cada vez que cogíamos el recién inaugurado Puente Aéreo entre Barcelona y Madrid yo procuraba sentarme siempre a su lado para preguntarle cosas. Y así supe que el presidente Suarez le encargó personalmente la tarea de traerse a España a Tarradellas desde su exilio francés. Y que junto a Salvador Sanchez Terán, gobernador civil de Barcelona en 1976 y 1977, junto a otros políticos catalanes preparó todo lo concerniente para que el regreso de Tarradellas cumpliera todos los requisitos de la nueva legalidad recién instaurada. Por eso, el verano de 1977 fue de una actividad trepidante. Déjenme decir en este momento que mi incipiente amistad con el gobernador de Barcelona antes de las elecciones de 1977 se acrecentó con el tiempo, al extremo que siempre me atendió con afecto durante el tiempo que ambos coincidimos en el Congreso de los Diputados: él como ministro de Transportes y Comunicaciones y yo como Diputado por Almería. Lo que me animó a pedir y lograr que se creara una línea aérea entre Almería y la ciudad de Sevilla.

El 29 de septiembre de 1977 aprobamos un Real decreto ley por el que se restablecía la Generalitat de Cataluña. Con lo que ya estaba todo dispuesto para el advenimiento de este desconocido personaje del que apenas sabíamos nada el conjunto de los españoles.

 “Ciutadans de Catalunya: Ja sóc aquí”

Y llegó el gran día. Fue el 20 de octubre de 1977 cuando Josep Tarradellas llegó al aeropuerto de Madrid. Naturalmente el fin de su exilio de 38 años lo puso viniendo a la capital de España para entrevistarse con el presidente Suarez, con Su Majestad el Rey y con el teniente general Gutierrez Mellado que era el vicepresidente primero del gobierno. Desde el Congreso de los Diputados viví con gran intensidad aquellos momentos, especialmente cuando Tarradellas visitó el Congreso y se sentó en el escaño que él ocupó en el año 1931. Escaño que por aquel entonces estaba muy cerca del que yo ocuparía 46 años después.

El President Tarradellas llegó al aeropuerto de Madrid en medio de una gran expectación. Al pie de la escalerilla del avión le esperaba, en nombre del Gobierno español, el ministro de trabajo Manuel Jiménez de Parga al que yo acompañé en la candidatura al Congreso de los Diputados por Barcelona. Y Carlos Sentís, el amigo del President, a quien cabía el orgullo de haber sido factor muy importante para que se produjera aquel acontecimiento histórico.

Nada más pisar tierra española, Tarradellas se acercó a Carlos Sentis. Era la persona, posiblemente la única, que él conocía de cuantas estaban junto al avión. Y detrás quedó Antonia Macià, su esposa, un tanto desconcertada. Desconcierto al que puso fin rápidamente acercándose al ministro Jiménez de Parga y agarrándose de su brazo, le dijo:

― Usted, señor, tiene cara de ser buena persona. Tenga la bondad de decirme la verdad. ¿Usted cree que nos van a detener y llevar a la cárcel ahora mismo?

La inquietud de la señora Tarradellas estaba totalmente justificada. Las fuerzas vivas del franquismo estaban ojo a visor. Y hasta en la candidatura barcelonesa al Congreso donde nos integramos Carlos Sentís, Jiménez de parga y yo había un buen número significado de candidatos recién convertidos a la democracia pero que, posiblemente, guardarían en algún lugar de sus armarios la vieja camisa azul de la rama más progre del antiguo régimen. Pero Jiménez de Parga, que había sufrido como nadie la persecución de los edecanes del poder y que con su prestigio intelectual y compromiso con la democracia era la mejor garantía de que el proyecto del rey de España y del presidente Suarez podían ser el fundamento de la Transición, apretó la mano de la temerosa mujer del President que se posaba sobre su brazo, y le dijo con la mejor de sus sonrisas:

― Esté usted tranquila, señora. En estos momentos yo represento aquí al gobierno de España. ¿Cómo quiere usted que nadie venga a detenerles? Y si alguien pretendiera hacerlo tendrían que detenerme a mí también.

Juan de Dios Ramirez Heredia
Abogado y periodista

Gloria y honor al president Josep Tarradellas (I)

Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

Hace unos días que cumplió el 40 aniversario de la llegada del presidente Josep Tarradellas a España tras muchos años de exilio en Francia. Huyendo de las tropas franquistas, ganadoras de la guerra, se refugió primero en Suiza y luego se instaló en Saint-Martin-le-Beau (Francia), donde fue elegido presidente de la Generalitat en el exilio en 1954. La presencia de Tarradellas primero en Madrid y luego en Barcelona fueron acontecimientos de primerísima relevancia para la nueva sociedad española que acababa de enterrar a Franco y que había elegido, tan solo cuatro meses antes, a unos Diputados y Senadores que no habían experimentado nunca lo que era vivir en democracia. Yo era uno de esos neófitos bautizado por las urnas de las elecciones de 1977 en Barcelona, y aunque alguna vez había oído hablar de “un tal Tarradellas” no supe hasta entonces la gran importancia que tenía el personaje y la valiente operación de encaje de bolillos que el presidente Adolfo Suarez había diseñado para traerlo a España, llevarlo ante el Rey, prepararle una entrevista con el teniente General Gutierrez Mellado que sería el que debía ordenar, o mejor dicho “aconsejar” al capitán general de la IV Región, Francisco Coloma Gallegos que no le pusiera mala cara al presidente republicano cuando tomara posesión de su cargo en Barcelona. Cuando pienso en estos acontecimientos y en tantos otros que viví en primera línea de la nueva transformación a la democracia, y contemplo el aire irrespirable que estamos viviendo en Cataluña en estos días de profunda zozobra, emerge en mis recuerdos algunas escenas que viví en aquellos días junto a aquel gigantón de la política y de la historia por cuya vuelta a Cataluña algunos tanto habíamos clamado.

 El President Francesc Macià

Confieso que en aquellos días yo sabía más de la vida de Francesc Macià, que fue presidente de la Generalitat de Cataluña durante dos años y medio y que, ―sarcasmos de la vida―, también quiso declarar la independencia de Cataluña en dos ocasiones. La primera trayéndose desde Francia un pequeño ejército de voluntarios armados con los que pretendía invadir Cataluña. Pero los gendarmes franceses los detuvieron a todos en Prats de Molló antes de llegar a la frontera. Macià fue detenido y acabó en una cárcel de ¡Bruselas! La segunda vez que lo intentó y lo logró fue en 1931 cuando salió al balcón del palacio de la Generalitat en la plaza de San Jaime y declaró la República Catalana. Duró solo tres días porque alcanzó un acuerdo de renunciar a la independencia a cambio de que las Cortes Españolas otorgaran a Cataluña un Estatuto de Autonomía. Fue el Estatuto de 1932 por cuya reimplantación corrí tantas veces ante la policía española en los años que siguieron a la muerte de Franco.

 El President Lluís Companys

De Lluís Companys sabemos mucho más porque tuvo una vida política muy ajetreada y cercana a la ciudadanía. En las elecciones de noviembre de 1932 al Parlamento de Cataluña, Companys, elegido Diputado por Lérida, fue el primer presidente de las “Cortes Catalanas Restauradas”, tal como el mismo la denominó en su discurso de aceptación. Pero siendo la segunda autoridad del territorio, dejó el cargo para aceptar un puesto de ministro de la república que le ofreció Manuel Azaña. Fue Ministro de Marina donde permaneció tan solo cuatro meses y se fue desganado porque a juicio de su partido, Esquerra Republicana de Catalunya, ser Ministro de Marina era muy poca cosa. Ellos aspiraban a obtener la cartera de Industria y Comercio.

Hasta que le tocó vivir su gran día de gloria. El 6 de octubre de 1934, tras la muerte de Macià, Companys se asomó al balcón de la Generalitat y proclamó el nacimiento del “Estado Catalán”. Otro intento independentista que tan solo duró diez horas. “En esta hora solemne, ―dijo desde el famoso balcón― en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el estado catalán de la República Federal española”. En ese momento, el general Domingo Batet Mestres, después de tratar de convencer a Companys para que depusiera su actitud sin conseguirlo, cumpliendo órdenes inmediatas del presidente de la República, don Alejandro Lerroux, declara el estado de guerra y procede a atacar con las fuerzas militares a su mando la sede del gobierno catalán. A La una y media de la madrugada Lluís Companys se rinde y horas después él y todos sus consejeros son encarcelados en el buque Uruguay atracado en el puerto de Barcelona.

President Josep Tarradellas

Por mi condición de Diputado por Barcelona puse un especial interés en saber quién era aquel presidente Tarradellas del que todo el mundo hablaba. Y tuve el privilegio de tener el mejor informador: Carlos Sentís. Este gran periodista, que murió en diciembre de 2011, cuando le faltaban unos días para cumplir 100 años, era un verdadero manantial de conocimientos históricos. Cada vez que cogíamos el recién inaugurado Puente Aéreo entre Barcelona y Madrid yo procuraba sentarme siempre a su lado para preguntarle cosas. Y así supe que el presidente Suarez le encargó personalmente la tarea de traerse a España a Tarradellas desde su exilio francés. Y que junto a Salvador Sanchez Terán, gobernador civil de Barcelona en 1976 y 1977, junto a otros políticos catalanes preparó todo lo concerniente para que el regreso de Tarradellas cumpliera todos los requisitos de la nueva legalidad recién instaurada. Por eso, el verano de 1977 fue de una actividad trepidante. Déjenme decir en este momento que mi incipiente amistad con el gobernador de Barcelona antes de las elecciones de 1977 se acrecentó con el tiempo, al extremo que siempre me atendió con afecto durante el tiempo que ambos coincidimos en el Congreso de los Diputados: él como ministro de Transportes y Comunicaciones y yo como Diputado por Almería. Lo que me animó a pedir y lograr que se creara una línea aérea entre Almería y la ciudad de Sevilla.

El 29 de septiembre de 1977 aprobamos un Real decreto ley por el que se restablecía la Generalitat de Cataluña. Con lo que ya estaba todo dispuesto para el advenimiento de este desconocido personaje del que apenas sabíamos nada el conjunto de los españoles.

 “Ciutadans de Catalunya: Ja sóc aquí”

Y llegó el gran día. Fue el 20 de octubre de 1977 cuando Josep Tarradellas llegó al aeropuerto de Madrid. Naturalmente el fin de su exilio de 38 años lo puso viniendo a la capital de España para entrevistarse con el presidente Suarez, con Su Majestad el Rey y con el teniente general Gutierrez Mellado que era el vicepresidente primero del gobierno. Desde el Congreso de los Diputados viví con gran intensidad aquellos momentos, especialmente cuando Tarradellas visitó el Congreso y se sentó en el escaño que él ocupó en el año 1931. Escaño que por aquel entonces estaba muy cerca del que yo ocuparía 46 años después.

El President Tarradellas llegó al aeropuerto de Madrid en medio de una gran expectación. Al pie de la escalerilla del avión le esperaba, en nombre del Gobierno español, el ministro de trabajo Manuel Jiménez de Parga al que yo acompañé en la candidatura al Congreso de los Diputados por Barcelona. Y Carlos Sentís, el amigo del President, a quien cabía el orgullo de haber sido factor muy importante para que se produjera aquel acontecimiento histórico.

Nada más pisar tierra española, Tarradellas se acercó a Carlos Sentis. Era la persona, posiblemente la única, que él conocía de cuantas estaban junto al avión. Y detrás quedó Antonia Macià, su esposa, un tanto desconcertada. Desconcierto al que puso fin rápidamente acercándose al ministro Jiménez de Parga y agarrándose de su brazo, le dijo:

― Usted, señor, tiene cara de ser buena persona. Tenga la bondad de decirme la verdad. ¿Usted cree que nos van a detener y llevar a la cárcel ahora mismo?

La inquietud de la señora Tarradellas estaba totalmente justificada. Las fuerzas vivas del franquismo estaban ojo a visor. Y hasta en la candidatura barcelonesa al Congreso donde nos integramos Carlos Sentís, Jiménez de parga y yo había un buen número significado de candidatos recién convertidos a la democracia pero que, posiblemente, guardarían en algún lugar de sus armarios la vieja camisa azul de la rama más progre del antiguo régimen. Pero Jiménez de Parga, que había sufrido como nadie la persecución de los edecanes del poder y que con su prestigio intelectual y compromiso con la democracia era la mejor garantía de que el proyecto del rey de España y del presidente Suarez podían ser el fundamento de la Transición, apretó la mano de la temerosa mujer del President que se posaba sobre su brazo, y le dijo con la mejor de sus sonrisas:

― Esté usted tranquila, señora. En estos momentos yo represento aquí al gobierno de España. ¿Cómo quiere usted que nadie venga a detenerles? Y si alguien pretendiera hacerlo tendrían que detenerme a mí también.

Juan de Dios Ramirez Heredia
Abogado y periodista

Gloria y honor al president Josep Tarradellas (I)

De izquierda a derecha. Sánchez Terán, Carlos Sentís, Antonia Macià que mira arrobada a Jiménez de Parga, el President Tarradellas, Montserrat Tarradellas, hija del matrimonio y Jiménez de Parga.
Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

Hace unos días que cumplió el 40 aniversario de la llegada del presidente Josep Tarradellas a España tras muchos años de exilio en Francia. Huyendo de las tropas franquistas, ganadoras de la guerra, se refugió primero en Suiza y luego se instaló en Saint-Martin-le-Beau (Francia), donde fue elegido presidente de la Generalitat en el exilio en 1954. La presencia de Tarradellas primero en Madrid y luego en Barcelona fueron acontecimientos de primerísima relevancia para la nueva sociedad española que acababa de enterrar a Franco y que había elegido, tan solo cuatro meses antes, a unos Diputados y Senadores que no habían experimentado nunca lo que era vivir en democracia. Yo era uno de esos neófitos bautizado por las urnas de las elecciones de 1977 en Barcelona, y aunque alguna vez había oído hablar de “un tal Tarradellas” no supe hasta entonces la gran importancia que tenía el personaje y la valiente operación de encaje de bolillos que el presidente Adolfo Suarez había diseñado para traerlo a España, llevarlo ante el Rey, prepararle una entrevista con el teniente General Gutierrez Mellado que sería el que debía ordenar, o mejor dicho “aconsejar” al capitán general de la IV Región, Francisco Coloma Gallegos que no le pusiera mala cara al presidente republicano cuando tomara posesión de su cargo en Barcelona. Cuando pienso en estos acontecimientos y en tantos otros que viví en primera línea de la nueva transformación a la democracia, y contemplo el aire irrespirable que estamos viviendo en Cataluña en estos días de profunda zozobra, emerge en mis recuerdos algunas escenas que viví en aquellos días junto a aquel gigantón de la política y de la historia por cuya vuelta a Cataluña algunos tanto habíamos clamado.

 El President Francesc Macià

Confieso que en aquellos días yo sabía más de la vida de Francesc Macià, que fue presidente de la Generalitat de Cataluña durante dos años y medio y que, ―sarcasmos de la vida―, también quiso declarar la independencia de Cataluña en dos ocasiones. La primera trayéndose desde Francia un pequeño ejército de voluntarios armados con los que pretendía invadir Cataluña. Pero los gendarmes franceses los detuvieron a todos en Prats de Molló antes de llegar a la frontera. Macià fue detenido y acabó en una cárcel de ¡Bruselas! La segunda vez que lo intentó y lo logró fue en 1931 cuando salió al balcón del palacio de la Generalitat en la plaza de San Jaime y declaró la República Catalana. Duró solo tres días porque alcanzó un acuerdo de renunciar a la independencia a cambio de que las Cortes Españolas otorgaran a Cataluña un Estatuto de Autonomía. Fue el Estatuto de 1932 por cuya reimplantación corrí tantas veces ante la policía española en los años que siguieron a la muerte de Franco.

 El President Lluís Companys

De Lluís Companys sabemos mucho más porque tuvo una vida política muy ajetreada y cercana a la ciudadanía. En las elecciones de noviembre de 1932 al Parlamento de Cataluña, Companys, elegido Diputado por Lérida, fue el primer presidente de las “Cortes Catalanas Restauradas”, tal como el mismo la denominó en su discurso de aceptación. Pero siendo la segunda autoridad del territorio, dejó el cargo para aceptar un puesto de ministro de la república que le ofreció Manuel Azaña. Fue Ministro de Marina donde permaneció tan solo cuatro meses y se fue desganado porque a juicio de su partido, Esquerra Republicana de Catalunya, ser Ministro de Marina era muy poca cosa. Ellos aspiraban a obtener la cartera de Industria y Comercio.

Hasta que le tocó vivir su gran día de gloria. El 6 de octubre de 1934, tras la muerte de Macià, Companys se asomó al balcón de la Generalitat y proclamó el nacimiento del “Estado Catalán”. Otro intento independentista que tan solo duró diez horas. “En esta hora solemne, ―dijo desde el famoso balcón― en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el estado catalán de la República Federal española”. En ese momento, el general Domingo Batet Mestres, después de tratar de convencer a Companys para que depusiera su actitud sin conseguirlo, cumpliendo órdenes inmediatas del presidente de la República, don Alejandro Lerroux, declara el estado de guerra y procede a atacar con las fuerzas militares a su mando la sede del gobierno catalán. A La una y media de la madrugada Lluís Companys se rinde y horas después él y todos sus consejeros son encarcelados en el buque Uruguay atracado en el puerto de Barcelona.

President Josep Tarradellas

Por mi condición de Diputado por Barcelona puse un especial interés en saber quién era aquel presidente Tarradellas del que todo el mundo hablaba. Y tuve el privilegio de tener el mejor informador: Carlos Sentís. Este gran periodista, que murió en diciembre de 2011, cuando le faltaban unos días para cumplir 100 años, era un verdadero manantial de conocimientos históricos. Cada vez que cogíamos el recién inaugurado Puente Aéreo entre Barcelona y Madrid yo procuraba sentarme siempre a su lado para preguntarle cosas. Y así supe que el presidente Suarez le encargó personalmente la tarea de traerse a España a Tarradellas desde su exilio francés. Y que junto a Salvador Sanchez Terán, gobernador civil de Barcelona en 1976 y 1977, junto a otros políticos catalanes preparó todo lo concerniente para que el regreso de Tarradellas cumpliera todos los requisitos de la nueva legalidad recién instaurada. Por eso, el verano de 1977 fue de una actividad trepidante. Déjenme decir en este momento que mi incipiente amistad con el gobernador de Barcelona antes de las elecciones de 1977 se acrecentó con el tiempo, al extremo que siempre me atendió con afecto durante el tiempo que ambos coincidimos en el Congreso de los Diputados: él como ministro de Transportes y Comunicaciones y yo como Diputado por Almería. Lo que me animó a pedir y lograr que se creara una línea aérea entre Almería y la ciudad de Sevilla.

El 29 de septiembre de 1977 aprobamos un Real decreto ley por el que se restablecía la Generalitat de Cataluña. Con lo que ya estaba todo dispuesto para el advenimiento de este desconocido personaje del que apenas sabíamos nada el conjunto de los españoles.

 “Ciutadans de Catalunya: Ja sóc aquí”

Y llegó el gran día. Fue el 20 de octubre de 1977 cuando Josep Tarradellas llegó al aeropuerto de Madrid. Naturalmente el fin de su exilio de 38 años lo puso viniendo a la capital de España para entrevistarse con el presidente Suarez, con Su Majestad el Rey y con el teniente general Gutierrez Mellado que era el vicepresidente primero del gobierno. Desde el Congreso de los Diputados viví con gran intensidad aquellos momentos, especialmente cuando Tarradellas visitó el Congreso y se sentó en el escaño que él ocupó en el año 1931. Escaño que por aquel entonces estaba muy cerca del que yo ocuparía 46 años después.

El President Tarradellas llegó al aeropuerto de Madrid en medio de una gran expectación. Al pie de la escalerilla del avión le esperaba, en nombre del Gobierno español, el ministro de trabajo Manuel Jiménez de Parga al que yo acompañé en la candidatura al Congreso de los Diputados por Barcelona. Y Carlos Sentís, el amigo del President, a quien cabía el orgullo de haber sido factor muy importante para que se produjera aquel acontecimiento histórico.

Nada más pisar tierra española, Tarradellas se acercó a Carlos Sentis. Era la persona, posiblemente la única, que él conocía de cuantas estaban junto al avión. Y detrás quedó Antonia Macià, su esposa, un tanto desconcertada. Desconcierto al que puso fin rápidamente acercándose al ministro Jiménez de Parga y agarrándose de su brazo, le dijo:

― Usted, señor, tiene cara de ser buena persona. Tenga la bondad de decirme la verdad. ¿Usted cree que nos van a detener y llevar a la cárcel ahora mismo?

La inquietud de la señora Tarradellas estaba totalmente justificada. Las fuerzas vivas del franquismo estaban ojo a visor. Y hasta en la candidatura barcelonesa al Congreso donde nos integramos Carlos Sentís, Jiménez de parga y yo había un buen número significado de candidatos recién convertidos a la democracia pero que, posiblemente, guardarían en algún lugar de sus armarios la vieja camisa azul de la rama más progre del antiguo régimen. Pero Jiménez de Parga, que había sufrido como nadie la persecución de los edecanes del poder y que con su prestigio intelectual y compromiso con la democracia era la mejor garantía de que el proyecto del rey de España y del presidente Suarez podían ser el fundamento de la Transición, apretó la mano de la temerosa mujer del President que se posaba sobre su brazo, y le dijo con la mejor de sus sonrisas:

― Esté usted tranquila, señora. En estos momentos yo represento aquí al gobierno de España. ¿Cómo quiere usted que nadie venga a detenerles? Y si alguien pretendiera hacerlo tendrían que detenerme a mí también.

Juan de Dios Ramirez Heredia
Abogado y periodista

Feminismo gitano

Cine, talleres, mesas redondas y actuaciones musicales se han programado para analizar diversos aspectos en torno al feminismo romaní, la lucha por los derechos del Pueblo Gitano desde una perspectiva de género, y que reivindica el papel que las mujeres gitanas juegan como transformadoras de la historia.

Así, entre otros temas, se abordará la evolución del pensamiento feminista romaní, las violencias de género, el racismo anti-romaní y romafobia de género y el debate cultural sobre el feminismo romaní.

Para ello, se cuenta con destacadas activistas gitanas de la Comunitat Valenciana, estudiantes gitanas de la Universidad de Alicante y activistas gitanas de otros territorios del Estado, entre las que destaca Beatriz Carrillo, recién elegida vicepresidenta segunda del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, siendo la primera mujer gitana que accede a este puesto de representación. Beatriz Carrillo ha contado en ‘A vivir CV’ cómo ser mujer y gitana implica una doble desigualdad, así cómo la importancia que el trabajo de la mujer gitana ha tenido en el desarrollo de su cultura, a pesar de la invisibilización. Podéis escuchar la entrevista pinchando aquí.

La realización de estas jornadas es consecuencia del cumplimiento de una resolución aprobada en el debate de política general de 2016 celebrado en Les Corts Valencianas, y que instaba a la Consellería de Benestar Social a diseñar una propuesta sobre igualdad de género y feminismo del Pueblo Gitano.

Feminismo gitano

Cine, talleres, mesas redondas y actuaciones musicales se han programado para analizar diversos aspectos en torno al feminismo romaní, la lucha por los derechos del Pueblo Gitano desde una perspectiva de género, y que reivindica el papel que las mujeres gitanas juegan como transformadoras de la historia.

Así, entre otros temas, se abordará la evolución del pensamiento feminista romaní, las violencias de género, el racismo anti-romaní y romafobia de género y el debate cultural sobre el feminismo romaní.

Para ello, se cuenta con destacadas activistas gitanas de la Comunitat Valenciana, estudiantes gitanas de la Universidad de Alicante y activistas gitanas de otros territorios del Estado, entre las que destaca Beatriz Carrillo, recién elegida vicepresidenta segunda del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, siendo la primera mujer gitana que accede a este puesto de representación. Beatriz Carrillo ha contado en ‘A vivir CV’ cómo ser mujer y gitana implica una doble desigualdad, así cómo la importancia que el trabajo de la mujer gitana ha tenido en el desarrollo de su cultura, a pesar de la invisibilización. Podéis escuchar la entrevista pinchando aquí.

La realización de estas jornadas es consecuencia del cumplimiento de una resolución aprobada en el debate de política general de 2016 celebrado en Les Corts Valencianas, y que instaba a la Consellería de Benestar Social a diseñar una propuesta sobre igualdad de género y feminismo del Pueblo Gitano.

Feminismo gitano

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Así, entre otros temas, se abordará la evolución del pensamiento feminista romaní, las violencias de género, el racismo anti-romaní y romafobia de género y el debate cultural sobre el feminismo romaní.

Para ello, se cuenta con destacadas activistas gitanas de la Comunitat Valenciana, estudiantes gitanas de la Universidad de Alicante y activistas gitanas de otros territorios del Estado, entre las que destaca Beatriz Carrillo, recién elegida vicepresidenta segunda del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, siendo la primera mujer gitana que accede a este puesto de representación. Beatriz Carrillo ha contado en ‘A vivir CV’ cómo ser mujer y gitana implica una doble desigualdad, así cómo la importancia que el trabajo de la mujer gitana ha tenido en el desarrollo de su cultura, a pesar de la invisibilización. Podéis escuchar la entrevista pinchando aquí.

La realización de estas jornadas es consecuencia del cumplimiento de una resolución aprobada en el debate de política general de 2016 celebrado en Les Corts Valencianas, y que instaba a la Consellería de Benestar Social a diseñar una propuesta sobre igualdad de género y feminismo del Pueblo Gitano.

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