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Hay cosas que los ciudadanos, gitanos o “payos”, no pueden hacer

Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

No es competencia de los ciudadanos ―gitanos o “payos”― entrar en locales públicos o privados para impedir que otros ciudadanos realicen actos contrarios a lo que establece la ley, y mucho menos lo es que agredan a otras personas, o que rompan o sustraigan objetos que pudieran ser objeto de su animadversión.

El pretendido comportamiento de algunos gitanos, residentes en el barrio de Vilarroja de Gerona, rompiendo una urna donde un grupo de ciudadanos convocados por la Generalitat había organizado un centro de votación, increpando con actitudes violentas a quienes estaban presidiendo la mesa electoral, es algo que no se debe hacer y que la Unión Romaní desautoriza con toda contundencia.

El legítimo uso de la violencia es una prerrogativa que tiene única y exclusivamente el estado. Recordemos que esta teoría sustentada especialmente por Max Weber que definió al Estado como una entidad que ostenta el monopolio de la violencia y los medios de coacción, constituye todavía la definición fundamental que se utiliza en el estudio de la ciencia política en esta parte del mundo. Lo que quiere decir que los ciudadanos, particularmente, individualmente, no podemos ni debemos hacer uso de la violencia para defender nuestras ideas, ni nuestro modelo de sociedad, y ni siquiera la Constitución ni el ordenamiento jurídico que dimana de ella, sin cuya defensa y vigencia es imposible la democracia. Tan solo en legítima defensa los ciudadanos, particularmente, pueden utilizar los medios que estén a su alcance, aunque su uso suponga una violencia extrema. La legítima defensa es una causa eximente de responsabilidad penal cuya naturaleza jurídica es algo que ya nadie discute y que en el mundo del derecho penal se la denomina “causa de justificación”.

Pero este no es el caso del barrio de Vilarroja en Gerona. La mayoría de los residentes en ese barrio, donde no solo residen gitanos, viven en condiciones de exclusión social y la exclusión siempre comporta, debemos reconocerlo, un cierto grado de enfrentamiento con la sociedad mayoritaria circundante que vive en condiciones de mejoras sociales muy superiores a la de los grupos en exclusión. David López es un periodista que se ha adentrado en este barrio que cuenta con más de 1.200 habitantes en el que, según uno de sus entrevistados, Miguel, dice que aunque en el barrio viven muchos gitanos, también “muchos que somos payos, pero nos hemos criado todos juntos y nunca hemos tenido problemas de convivencia”.

El origen del conflicto

Yo no creo que los gitanos de Vilarroja sean anti independentistas como se han apresurado a decir la mayoría de los medios informativos que han visto un filón de originalidad al anunciar que “Los gitanos, que popularmente son la antítesis de la ley y el orden, defendieron a unos guardias civiles”. Fíjense que dicotomía tan envenenada se encierra en ese comentario: “Los gitanos somos la antítesis de la ley y el orden”, es decir, los gitanos que somos malos, perversos, ladrones, criminales, nos aliamos con quienes siempre han sido la imagen de nuestros verdugos a lo largo del tiempo. ¡Cuánta manipulación! Ni los gitanos somos la representación viva de todas las maldades, ni la Guardia Civil necesita de nuestra defensa para justificar su comportamiento en cumplimiento de lo que le ordenan, en este caso, los jueces. Los gitanos de Vilarroja actuaron, eso sí, contra los Mossos de Escuadra porque eran los mossos los que acudieron a la biblioteca a detenerles. Los mossos encarnaban para ellos la imagen represora del poder legal del Estado (no olvidemos que la Generalitat es un órgano del Estado) mientras que la Guardia Civil y la Policía Nacional eran fuerzas igualmente represivas pero que no tenían nada que ver con ellos, porque eran cuerpos ausentes desde hace muchos años en el territorio de Cataluña.

Fíjense en el desarrollo de los acontecimientos. El sábado, víspera del polémico uno de octubre, un grupo de ciudadanos que no eran vecinos ni residentes del barrio, acudieron a Vilarroja para preparar o participar en la votación del día siguiente. Raúl, uno de integrantes del grupo que ocasionó el incidente de la biblioteca, se lo cuenta así a David López Frias: “Había mucha gente la madrugada del sábado en la calle, haciendo los preparativos, hablando y molestando. Les llamé la atención desde un balcón, pero se rieron de mí. Esa gente no es de aquí, no los conocemos, pero vienen de otros sitios a votar aquí, como si fuese su barrio. Y encima molestan”.

A las nueve de la mañana del domingo uno de octubre, sigue refiriendo el periodista, Raúl salió a la calle y recibió, según asegura, “provocaciones por parte de esa misma gente. Me aplaudían y se metían conmigo. En mi propio barrio. Pegué una voz y empezó a bajar gente a defenderme”. Fue cuando se caldearon los ánimos. En torno a las once y media de la mañana, un grupo de 15 jóvenes del barrio decidieron boicotear el referéndum. Entraron en el colegio, se llevaron las urnas y las tiraron por encima de la valla. Pero, mire usted por donde, unos Mossos de Escuadra que por allí andaban se acercaron al lugar para detener a los autores del altercado en el momento en que aparecieron algunos miembros de la Benemérita y lo impidieron. Supongo que los gitanos del barrio de Vilarroja todavía deben estar pellizcándose para convencerse de que no estaban sumergidos en un idílico ensueño.

Todo lo que sucedió el domingo uno de octubre fue un auténtico desastre

No me corresponde a mí, como presidente de la Unión Romani, hacer una valoración crítica de las motivaciones que han empujado a unos y a otros a actuar de una determinada forma. Allá cada uno con su conciencia y con sus convicciones. Sí puedo y debo manifestarme como ciudadano español, europeo y gitano en algunos aspectos inherentes a mi condición de demócrata y a mis sentimientos socialistas que han inspirado mi actuación política desde que tuve el inmenso honor de estampar mi firma como Diputado por Barcelona en la Constitución española.

Como español, nacido en Andalucía, donde viví hasta los 22 años en que me trasladé a esta tierra, quiero decir que Cataluña es mi patria. Un día hice mía aquella definición de Nietzsche cuando le preguntaron:

― Profesor, ¿Cuál es su patria?

Y el polémico e importantísimo filósofo que clausuró el siglo XIX, dijo:

― ¿Mi patria? Mi patria es aquella en la que han nacido mis hijos.

Pues bien, yo tengo seis y todos ellos son catalanes. Uno es independentista. Los otros cinco no. Ser español, condición de la que me enorgullezco, incorpora mi amor por Cataluña y el vínculo consustancial, en palabras de don Miguel de Unamuno, que me une con Andalucía, la tierra que me vio nacer y a una de cuyas provincias, Almería, he representado durante ocho años en el Congreso de los Diputados.

Soy europeo porque estoy enamorado de ella. Del viejo continente del que mi amigo gitano, director de orquesta, Paco Suárez, dice que en Europa se inventó el canto polifónico y la orquesta sinfónica. Me subyuga Europa porque en ella nace la civilización que honra a la mujer y la de los caballeros que dan la vida por defenderla. Soy europeo porque Europa es la patria de la libertad, de la civilización griega, del derecho romano y de su Foro y porque solo en Europa se pudo escribir la gran Carta Inglesa de 1215. Estoy orgulloso y agradecido por haber nacido en un continente que tiene un inmenso patrimonio mitológico y literario. Europeos, como yo, fueron Homero, Virgilio, Platón, Cervantes, Shakespeare, Gutenberg, Alejandro Magno, Carlomagno, Nicolás Maquiavelo, Voltaire, Miguel Ángel, Cristóbal Colón, Beethoven y los ocho premios nobeles españoles, seis de literatura y dos de medicina, así como Carmen Amaya encarnación del genio gitano en el arte sublime del baile, y don Antonio Mairena que te rompe las entretelas del alma cuando canta por “toná” la tragedia de “los gitanitos del Puerto” a los que el maldito Marqués de la Ensenada envió a una muerte segura tras la Gran Redada de 1749.

soy gitano, y por serlo, con perdón, me considero más europeo que ningún “gachó” (payo). Al menos así se lo oí decir personalmente en una sesión solemne del Consejo de Europa en Estrasburgo a Günter Grass, premio Nobel de literatura: “¡Los gitanos son los verdaderos europeos! Tenemos mucho que aprender de los gitanos, son el alma de Europa”.

Nadie se puede saltar las reglas de la democracia sin pagar por ello un alto precio

Lo decíamos al principio de este comentario. Los gitanos que entraron en aquel colegio electoral no debían haberlo hecho y mucho menos comportarse como lo hicieron. Ellos no eran agentes de la autoridad que son los únicos que, cumpliendo con mandatos específicos de quienes tienen la facultad de dictarlos, ―los jueces― podían hacerlo. De la misma forma que desde la Unión Romaní actuamos con contundencia, utilizando todos los recursos de que disponemos, para que la justicia condene como corresponde a los “gachés” que se introducen en nuestras casas para asustarnos, golpearnos y amenazarnos, solo por ser gitanos. La ley debe ser igual para todos, aunque en estos momentos, decirlo más bien parece un sarcasmo que una verdad democrática. Y así nos va, por el descaro de unos, la cobardía de otros, y la incompetencia de casi todos incapaces de prever el desastre que se nos echa encima.

Pero, claro, ¿de qué nos sirve lamentarnos si estos “payos”, como demuestra la historia, no tienen remedio?

Juan de Dios Ramírez Heredia
Abogado y periodista
Presidente de Unión Romaní

Hay cosas que los ciudadanos, gitanos o “payos”, no pueden hacer

Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

No es competencia de los ciudadanos ―gitanos o “payos”― entrar en locales públicos o privados para impedir que otros ciudadanos realicen actos contrarios a lo que establece la ley, y mucho menos lo es que agredan a otras personas, o que rompan o sustraigan objetos que pudieran ser objeto de su animadversión.

El pretendido comportamiento de algunos gitanos, residentes en el barrio de Vilarroja de Gerona, rompiendo una urna donde un grupo de ciudadanos convocados por la Generalitat había organizado un centro de votación, increpando con actitudes violentas a quienes estaban presidiendo la mesa electoral, es algo que no se debe hacer y que la Unión Romaní desautoriza con toda contundencia.

El legítimo uso de la violencia es una prerrogativa que tiene única y exclusivamente el estado. Recordemos que esta teoría sustentada especialmente por Max Weber que definió al Estado como una entidad que ostenta el monopolio de la violencia y los medios de coacción, constituye todavía la definición fundamental que se utiliza en el estudio de la ciencia política en esta parte del mundo. Lo que quiere decir que los ciudadanos, particularmente, individualmente, no podemos ni debemos hacer uso de la violencia para defender nuestras ideas, ni nuestro modelo de sociedad, y ni siquiera la Constitución ni el ordenamiento jurídico que dimana de ella, sin cuya defensa y vigencia es imposible la democracia. Tan solo en legítima defensa los ciudadanos, particularmente, pueden utilizar los medios que estén a su alcance, aunque su uso suponga una violencia extrema. La legítima defensa es una causa eximente de responsabilidad penal cuya naturaleza jurídica es algo que ya nadie discute y que en el mundo del derecho penal se la denomina “causa de justificación”.

Pero este no es el caso del barrio de Vilarroja en Gerona. La mayoría de los residentes en ese barrio, donde no solo residen gitanos, viven en condiciones de exclusión social y la exclusión siempre comporta, debemos reconocerlo, un cierto grado de enfrentamiento con la sociedad mayoritaria circundante que vive en condiciones de mejoras sociales muy superiores a la de los grupos en exclusión. David López es un periodista que se ha adentrado en este barrio que cuenta con más de 1.200 habitantes en el que, según uno de sus entrevistados, Miguel, dice que aunque en el barrio viven muchos gitanos, también “muchos que somos payos, pero nos hemos criado todos juntos y nunca hemos tenido problemas de convivencia”.

El origen del conflicto

Yo no creo que los gitanos de Vilarroja sean anti independentistas como se han apresurado a decir la mayoría de los medios informativos que han visto un filón de originalidad al anunciar que “Los gitanos, que popularmente son la antítesis de la ley y el orden, defendieron a unos guardias civiles”. Fíjense que dicotomía tan envenenada se encierra en ese comentario: “Los gitanos somos la antítesis de la ley y el orden”, es decir, los gitanos que somos malos, perversos, ladrones, criminales, nos aliamos con quienes siempre han sido la imagen de nuestros verdugos a lo largo del tiempo. ¡Cuánta manipulación! Ni los gitanos somos la representación viva de todas las maldades, ni la Guardia Civil necesita de nuestra defensa para justificar su comportamiento en cumplimiento de lo que le ordenan, en este caso, los jueces. Los gitanos de Vilarroja actuaron, eso sí, contra los Mossos de Escuadra porque eran los mossos los que acudieron a la biblioteca a detenerles. Los mossos encarnaban para ellos la imagen represora del poder legal del Estado (no olvidemos que la Generalitat es un órgano del Estado) mientras que la Guardia Civil y la Policía Nacional eran fuerzas igualmente represivas pero que no tenían nada que ver con ellos, porque eran cuerpos ausentes desde hace muchos años en el territorio de Cataluña.

Fíjense en el desarrollo de los acontecimientos. El sábado, víspera del polémico uno de octubre, un grupo de ciudadanos que no eran vecinos ni residentes del barrio, acudieron a Vilarroja para preparar o participar en la votación del día siguiente. Raúl, uno de integrantes del grupo que ocasionó el incidente de la biblioteca, se lo cuenta así a David López Frias: “Había mucha gente la madrugada del sábado en la calle, haciendo los preparativos, hablando y molestando. Les llamé la atención desde un balcón, pero se rieron de mí. Esa gente no es de aquí, no los conocemos, pero vienen de otros sitios a votar aquí, como si fuese su barrio. Y encima molestan”.

A las nueve de la mañana del domingo uno de octubre, sigue refiriendo el periodista, Raúl salió a la calle y recibió, según asegura, “provocaciones por parte de esa misma gente. Me aplaudían y se metían conmigo. En mi propio barrio. Pegué una voz y empezó a bajar gente a defenderme”. Fue cuando se caldearon los ánimos. En torno a las once y media de la mañana, un grupo de 15 jóvenes del barrio decidieron boicotear el referéndum. Entraron en el colegio, se llevaron las urnas y las tiraron por encima de la valla. Pero, mire usted por donde, unos Mossos de Escuadra que por allí andaban se acercaron al lugar para detener a los autores del altercado en el momento en que aparecieron algunos miembros de la Benemérita y lo impidieron. Supongo que los gitanos del barrio de Vilarroja todavía deben estar pellizcándose para convencerse de que no estaban sumergidos en un idílico ensueño.

Todo lo que sucedió el domingo uno de octubre fue un auténtico desastre

No me corresponde a mí, como presidente de la Unión Romani, hacer una valoración crítica de las motivaciones que han empujado a unos y a otros a actuar de una determinada forma. Allá cada uno con su conciencia y con sus convicciones. Sí puedo y debo manifestarme como ciudadano español, europeo y gitano en algunos aspectos inherentes a mi condición de demócrata y a mis sentimientos socialistas que han inspirado mi actuación política desde que tuve el inmenso honor de estampar mi firma como Diputado por Barcelona en la Constitución española.

Como español, nacido en Andalucía, donde viví hasta los 22 años en que me trasladé a esta tierra, quiero decir que Cataluña es mi patria. Un día hice mía aquella definición de Nietzsche cuando le preguntaron:

― Profesor, ¿Cuál es su patria?

Y el polémico e importantísimo filósofo que clausuró el siglo XIX, dijo:

― ¿Mi patria? Mi patria es aquella en la que han nacido mis hijos.

Pues bien, yo tengo seis y todos ellos son catalanes. Uno es independentista. Los otros cinco no. Ser español, condición de la que me enorgullezco, incorpora mi amor por Cataluña y el vínculo consustancial, en palabras de don Miguel de Unamuno, que me une con Andalucía, la tierra que me vio nacer y a una de cuyas provincias, Almería, he representado durante ocho años en el Congreso de los Diputados.

Soy europeo porque estoy enamorado de ella. Del viejo continente del que mi amigo gitano, director de orquesta, Paco Suárez, dice que en Europa se inventó el canto polifónico y la orquesta sinfónica. Me subyuga Europa porque en ella nace la civilización que honra a la mujer y la de los caballeros que dan la vida por defenderla. Soy europeo porque Europa es la patria de la libertad, de la civilización griega, del derecho romano y de su Foro y porque solo en Europa se pudo escribir la gran Carta Inglesa de 1215. Estoy orgulloso y agradecido por haber nacido en un continente que tiene un inmenso patrimonio mitológico y literario. Europeos, como yo, fueron Homero, Virgilio, Platón, Cervantes, Shakespeare, Gutenberg, Alejandro Magno, Carlomagno, Nicolás Maquiavelo, Voltaire, Miguel Ángel, Cristóbal Colón, Beethoven y los ocho premios nobeles españoles, seis de literatura y dos de medicina, así como Carmen Amaya encarnación del genio gitano en el arte sublime del baile, y don Antonio Mairena que te rompe las entretelas del alma cuando canta por “toná” la tragedia de “los gitanitos del Puerto” a los que el maldito Marqués de la Ensenada envió a una muerte segura tras la Gran Redada de 1749.

soy gitano, y por serlo, con perdón, me considero más europeo que ningún “gachó” (payo). Al menos así se lo oí decir personalmente en una sesión solemne del Consejo de Europa en Estrasburgo a Günter Grass, premio Nobel de literatura: “¡Los gitanos son los verdaderos europeos! Tenemos mucho que aprender de los gitanos, son el alma de Europa”.

Nadie se puede saltar las reglas de la democracia sin pagar por ello un alto precio

Lo decíamos al principio de este comentario. Los gitanos que entraron en aquel colegio electoral no debían haberlo hecho y mucho menos comportarse como lo hicieron. Ellos no eran agentes de la autoridad que son los únicos que, cumpliendo con mandatos específicos de quienes tienen la facultad de dictarlos, ―los jueces― podían hacerlo. De la misma forma que desde la Unión Romaní actuamos con contundencia, utilizando todos los recursos de que disponemos, para que la justicia condene como corresponde a los “gachés” que se introducen en nuestras casas para asustarnos, golpearnos y amenazarnos, solo por ser gitanos. La ley debe ser igual para todos, aunque en estos momentos, decirlo más bien parece un sarcasmo que una verdad democrática. Y así nos va, por el descaro de unos, la cobardía de otros, y la incompetencia de casi todos incapaces de prever el desastre que se nos echa encima.

Pero, claro, ¿de qué nos sirve lamentarnos si estos “payos”, como demuestra la historia, no tienen remedio?

Juan de Dios Ramírez Heredia
Abogado y periodista
Presidente de Unión Romaní

Hay cosas que los ciudadanos, gitanos o “payos”, no pueden hacer

Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

No es competencia de los ciudadanos ―gitanos o “payos”― entrar en locales públicos o privados para impedir que otros ciudadanos realicen actos contrarios a lo que establece la ley, y mucho menos lo es que agredan a otras personas, o que rompan o sustraigan objetos que pudieran ser objeto de su animadversión.

El pretendido comportamiento de algunos gitanos, residentes en el barrio de Vilarroja de Gerona, rompiendo una urna donde un grupo de ciudadanos convocados por la Generalitat había organizado un centro de votación, increpando con actitudes violentas a quienes estaban presidiendo la mesa electoral, es algo que no se debe hacer y que la Unión Romaní desautoriza con toda contundencia.

El legítimo uso de la violencia es una prerrogativa que tiene única y exclusivamente el estado. Recordemos que esta teoría sustentada especialmente por Max Weber que definió al Estado como una entidad que ostenta el monopolio de la violencia y los medios de coacción, constituye todavía la definición fundamental que se utiliza en el estudio de la ciencia política en esta parte del mundo. Lo que quiere decir que los ciudadanos, particularmente, individualmente, no podemos ni debemos hacer uso de la violencia para defender nuestras ideas, ni nuestro modelo de sociedad, y ni siquiera la Constitución ni el ordenamiento jurídico que dimana de ella, sin cuya defensa y vigencia es imposible la democracia. Tan solo en legítima defensa los ciudadanos, particularmente, pueden utilizar los medios que estén a su alcance, aunque su uso suponga una violencia extrema. La legítima defensa es una causa eximente de responsabilidad penal cuya naturaleza jurídica es algo que ya nadie discute y que en el mundo del derecho penal se la denomina “causa de justificación”.

Pero este no es el caso del barrio de Vilarroja en Gerona. La mayoría de los residentes en ese barrio, donde no solo residen gitanos, viven en condiciones de exclusión social y la exclusión siempre comporta, debemos reconocerlo, un cierto grado de enfrentamiento con la sociedad mayoritaria circundante que vive en condiciones de mejoras sociales muy superiores a la de los grupos en exclusión. David López es un periodista que se ha adentrado en este barrio que cuenta con más de 1.200 habitantes en el que, según uno de sus entrevistados, Miguel, dice que aunque en el barrio viven muchos gitanos, también “muchos que somos payos, pero nos hemos criado todos juntos y nunca hemos tenido problemas de convivencia”.

El origen del conflicto

Yo no creo que los gitanos de Vilarroja sean anti independentistas como se han apresurado a decir la mayoría de los medios informativos que han visto un filón de originalidad al anunciar que “Los gitanos, que popularmente son la antítesis de la ley y el orden, defendieron a unos guardias civiles”. Fíjense que dicotomía tan envenenada se encierra en ese comentario: “Los gitanos somos la antítesis de la ley y el orden”, es decir, los gitanos que somos malos, perversos, ladrones, criminales, nos aliamos con quienes siempre han sido la imagen de nuestros verdugos a lo largo del tiempo. ¡Cuánta manipulación! Ni los gitanos somos la representación viva de todas las maldades, ni la Guardia Civil necesita de nuestra defensa para justificar su comportamiento en cumplimiento de lo que le ordenan, en este caso, los jueces. Los gitanos de Vilarroja actuaron, eso sí, contra los Mossos de Escuadra porque eran los mossos los que acudieron a la biblioteca a detenerles. Los mossos encarnaban para ellos la imagen represora del poder legal del Estado (no olvidemos que la Generalitat es un órgano del Estado) mientras que la Guardia Civil y la Policía Nacional eran fuerzas igualmente represivas pero que no tenían nada que ver con ellos, porque eran cuerpos ausentes desde hace muchos años en el territorio de Cataluña.

Fíjense en el desarrollo de los acontecimientos. El sábado, víspera del polémico uno de octubre, un grupo de ciudadanos que no eran vecinos ni residentes del barrio, acudieron a Vilarroja para preparar o participar en la votación del día siguiente. Raúl, uno de integrantes del grupo que ocasionó el incidente de la biblioteca, se lo cuenta así a David López Frias: “Había mucha gente la madrugada del sábado en la calle, haciendo los preparativos, hablando y molestando. Les llamé la atención desde un balcón, pero se rieron de mí. Esa gente no es de aquí, no los conocemos, pero vienen de otros sitios a votar aquí, como si fuese su barrio. Y encima molestan”.

A las nueve de la mañana del domingo uno de octubre, sigue refiriendo el periodista, Raúl salió a la calle y recibió, según asegura, “provocaciones por parte de esa misma gente. Me aplaudían y se metían conmigo. En mi propio barrio. Pegué una voz y empezó a bajar gente a defenderme”. Fue cuando se caldearon los ánimos. En torno a las once y media de la mañana, un grupo de 15 jóvenes del barrio decidieron boicotear el referéndum. Entraron en el colegio, se llevaron las urnas y las tiraron por encima de la valla. Pero, mire usted por donde, unos Mossos de Escuadra que por allí andaban se acercaron al lugar para detener a los autores del altercado en el momento en que aparecieron algunos miembros de la Benemérita y lo impidieron. Supongo que los gitanos del barrio de Vilarroja todavía deben estar pellizcándose para convencerse de que no estaban sumergidos en un idílico ensueño.

Todo lo que sucedió el domingo uno de octubre fue un auténtico desastre

No me corresponde a mí, como presidente de la Unión Romani, hacer una valoración crítica de las motivaciones que han empujado a unos y a otros a actuar de una determinada forma. Allá cada uno con su conciencia y con sus convicciones. Sí puedo y debo manifestarme como ciudadano español, europeo y gitano en algunos aspectos inherentes a mi condición de demócrata y a mis sentimientos socialistas que han inspirado mi actuación política desde que tuve el inmenso honor de estampar mi firma como Diputado por Barcelona en la Constitución española.

Como español, nacido en Andalucía, donde viví hasta los 22 años en que me trasladé a esta tierra, quiero decir que Cataluña es mi patria. Un día hice mía aquella definición de Nietzsche cuando le preguntaron:

― Profesor, ¿Cuál es su patria?

Y el polémico e importantísimo filósofo que clausuró el siglo XIX, dijo:

― ¿Mi patria? Mi patria es aquella en la que han nacido mis hijos.

Pues bien, yo tengo seis y todos ellos son catalanes. Uno es independentista. Los otros cinco no. Ser español, condición de la que me enorgullezco, incorpora mi amor por Cataluña y el vínculo consustancial, en palabras de don Miguel de Unamuno, que me une con Andalucía, la tierra que me vio nacer y a una de cuyas provincias, Almería, he representado durante ocho años en el Congreso de los Diputados.

Soy europeo porque estoy enamorado de ella. Del viejo continente del que mi amigo gitano, director de orquesta, Paco Suárez, dice que en Europa se inventó el canto polifónico y la orquesta sinfónica. Me subyuga Europa porque en ella nace la civilización que honra a la mujer y la de los caballeros que dan la vida por defenderla. Soy europeo porque Europa es la patria de la libertad, de la civilización griega, del derecho romano y de su Foro y porque solo en Europa se pudo escribir la gran Carta Inglesa de 1215. Estoy orgulloso y agradecido por haber nacido en un continente que tiene un inmenso patrimonio mitológico y literario. Europeos, como yo, fueron Homero, Virgilio, Platón, Cervantes, Shakespeare, Gutenberg, Alejandro Magno, Carlomagno, Nicolás Maquiavelo, Voltaire, Miguel Ángel, Cristóbal Colón, Beethoven y los ocho premios nobeles españoles, seis de literatura y dos de medicina, así como Carmen Amaya encarnación del genio gitano en el arte sublime del baile, y don Antonio Mairena que te rompe las entretelas del alma cuando canta por “toná” la tragedia de “los gitanitos del Puerto” a los que el maldito Marqués de la Ensenada envió a una muerte segura tras la Gran Redada de 1749.

soy gitano, y por serlo, con perdón, me considero más europeo que ningún “gachó” (payo). Al menos así se lo oí decir personalmente en una sesión solemne del Consejo de Europa en Estrasburgo a Günter Grass, premio Nobel de literatura: “¡Los gitanos son los verdaderos europeos! Tenemos mucho que aprender de los gitanos, son el alma de Europa”.

Nadie se puede saltar las reglas de la democracia sin pagar por ello un alto precio

Lo decíamos al principio de este comentario. Los gitanos que entraron en aquel colegio electoral no debían haberlo hecho y mucho menos comportarse como lo hicieron. Ellos no eran agentes de la autoridad que son los únicos que, cumpliendo con mandatos específicos de quienes tienen la facultad de dictarlos, ―los jueces― podían hacerlo. De la misma forma que desde la Unión Romaní actuamos con contundencia, utilizando todos los recursos de que disponemos, para que la justicia condene como corresponde a los “gachés” que se introducen en nuestras casas para asustarnos, golpearnos y amenazarnos, solo por ser gitanos. La ley debe ser igual para todos, aunque en estos momentos, decirlo más bien parece un sarcasmo que una verdad democrática. Y así nos va, por el descaro de unos, la cobardía de otros, y la incompetencia de casi todos incapaces de prever el desastre que se nos echa encima.

Pero, claro, ¿de qué nos sirve lamentarnos si estos “payos”, como demuestra la historia, no tienen remedio?

Juan de Dios Ramírez Heredia
Abogado y periodista
Presidente de Unión Romaní

El Congreso pide por unanimidad que los currículos escolares enseñen historia gitana

El Congreso de los Diputados / Onda Cero

La Comisión de Educación del Congreso aprobó este martes por unanimidad una proposición no de ley para que los currículos escolares incluyan contenidos concretos sobre la historia del Pueblo Gitano y su contribución a la cultura española.

La cultura gitana influyó en los cuadros de Picasso, en los libros de Federico García Lorca y en las composiciones de Manuel de Falla. En la parte más negativa de la historia, en 1749, el marqués de la Ensenada, ordenó con el plácet del Consejo de Ministros encarcelar a todos los gitanos que vivían en España. Son episodios de luces y sombras que están fuera de casi todos los currículos escolares españoles hasta hoy. Los grupos políticos del Congreso de los Diputados, por unanimidad, han aprobado este martes incluir la historia del Pueblo Gitano en esos currículos “para que se vayan rompiendo barreras y el conocimiento mutuo mejore las posibilidades reales de inclusión y para que los niños gitanos se vean reconocidos”, ha explicado la diputada Silvia Valmaña, del PP, ponente de la propuesta.

Según la diputada Valmaña, este texto pretende que el conjunto del alumnado conozca la realidad del Pueblo Gitano, “para que el conocimiento mutuo mejore las posibilidades reales de inclusión y para que los niños gitanos se vean reconocidos” en los libros que estudian.

José Eugenio Abajo es un docente de Aranda de Duero con más de 30 años de experiencia en aulas con gitanos que en su momento consideró que el pacto cerrado en Castilla y León era como “gastar la pólvora en salvas”. Abajo señala que “el gran riesgo es que se considere que la única medida a tomar en la escuela del Pueblo Gitano sea incluirlo en los libros de texto, cuando existe una desigualdad bestial de oportunidades”. Este maestro recuerda además que algunas medidas que podrían ayudar a mejorar las tasas de abandono y fracaso, “como esforzarse en implantar la educación infantil desde los dos años o reforzar que estudien por la tarde en los centros”, se han visto afectadas por los recortes. No obstante, este profesor considera que la medida aprobada en el Congreso tiene “beneficios claros”, como “el acto de justicia histórica y de reparación” que supone incluir la historia gitana en los manuales o la ayuda para “evitar los estereotipos”. “Puede ser una llamada de atención para recordar que los gitanos forman parte de nuestra infancia y juventud”, apunta.

(De los periódicos)

El Congreso pide por unanimidad que los currículos escolares enseñen historia gitana

El Congreso de los Diputados / Onda Cero

La Comisión de Educación del Congreso aprobó este martes por unanimidad una proposición no de ley para que los currículos escolares incluyan contenidos concretos sobre la historia del Pueblo Gitano y su contribución a la cultura española.

La cultura gitana influyó en los cuadros de Picasso, en los libros de Federico García Lorca y en las composiciones de Manuel de Falla. En la parte más negativa de la historia, en 1749, el marqués de la Ensenada, ordenó con el plácet del Consejo de Ministros encarcelar a todos los gitanos que vivían en España. Son episodios de luces y sombras que están fuera de casi todos los currículos escolares españoles hasta hoy. Los grupos políticos del Congreso de los Diputados, por unanimidad, han aprobado este martes incluir la historia del Pueblo Gitano en esos currículos “para que se vayan rompiendo barreras y el conocimiento mutuo mejore las posibilidades reales de inclusión y para que los niños gitanos se vean reconocidos”, ha explicado la diputada Silvia Valmaña, del PP, ponente de la propuesta.

Según la diputada Valmaña, este texto pretende que el conjunto del alumnado conozca la realidad del Pueblo Gitano, “para que el conocimiento mutuo mejore las posibilidades reales de inclusión y para que los niños gitanos se vean reconocidos” en los libros que estudian.

José Eugenio Abajo es un docente de Aranda de Duero con más de 30 años de experiencia en aulas con gitanos que en su momento consideró que el pacto cerrado en Castilla y León era como “gastar la pólvora en salvas”. Abajo señala que “el gran riesgo es que se considere que la única medida a tomar en la escuela del Pueblo Gitano sea incluirlo en los libros de texto, cuando existe una desigualdad bestial de oportunidades”. Este maestro recuerda además que algunas medidas que podrían ayudar a mejorar las tasas de abandono y fracaso, “como esforzarse en implantar la educación infantil desde los dos años o reforzar que estudien por la tarde en los centros”, se han visto afectadas por los recortes. No obstante, este profesor considera que la medida aprobada en el Congreso tiene “beneficios claros”, como “el acto de justicia histórica y de reparación” que supone incluir la historia gitana en los manuales o la ayuda para “evitar los estereotipos”. “Puede ser una llamada de atención para recordar que los gitanos forman parte de nuestra infancia y juventud”, apunta.

(De los periódicos)

El Congreso pide por unanimidad que los currículos escolares enseñen historia gitana

El Congreso de los Diputados / Onda Cero

La Comisión de Educación del Congreso aprobó este martes por unanimidad una proposición no de ley para que los currículos escolares incluyan contenidos concretos sobre la historia del Pueblo Gitano y su contribución a la cultura española.

La cultura gitana influyó en los cuadros de Picasso, en los libros de Federico García Lorca y en las composiciones de Manuel de Falla. En la parte más negativa de la historia, en 1749, el marqués de la Ensenada, ordenó con el plácet del Consejo de Ministros encarcelar a todos los gitanos que vivían en España. Son episodios de luces y sombras que están fuera de casi todos los currículos escolares españoles hasta hoy. Los grupos políticos del Congreso de los Diputados, por unanimidad, han aprobado este martes incluir la historia del Pueblo Gitano en esos currículos “para que se vayan rompiendo barreras y el conocimiento mutuo mejore las posibilidades reales de inclusión y para que los niños gitanos se vean reconocidos”, ha explicado la diputada Silvia Valmaña, del PP, ponente de la propuesta.

Según la diputada Valmaña, este texto pretende que el conjunto del alumnado conozca la realidad del Pueblo Gitano, “para que el conocimiento mutuo mejore las posibilidades reales de inclusión y para que los niños gitanos se vean reconocidos” en los libros que estudian.

José Eugenio Abajo es un docente de Aranda de Duero con más de 30 años de experiencia en aulas con gitanos que en su momento consideró que el pacto cerrado en Castilla y León era como “gastar la pólvora en salvas”. Abajo señala que “el gran riesgo es que se considere que la única medida a tomar en la escuela del Pueblo Gitano sea incluirlo en los libros de texto, cuando existe una desigualdad bestial de oportunidades”. Este maestro recuerda además que algunas medidas que podrían ayudar a mejorar las tasas de abandono y fracaso, “como esforzarse en implantar la educación infantil desde los dos años o reforzar que estudien por la tarde en los centros”, se han visto afectadas por los recortes. No obstante, este profesor considera que la medida aprobada en el Congreso tiene “beneficios claros”, como “el acto de justicia histórica y de reparación” que supone incluir la historia gitana en los manuales o la ayuda para “evitar los estereotipos”. “Puede ser una llamada de atención para recordar que los gitanos forman parte de nuestra infancia y juventud”, apunta.

(De los periódicos)

La FAGA de la Comunidad Valenciana lamenta no haber tenido la opción de participar en la puesta en marcha de la Cátedra de Cultura Gitana

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas (FAGA) de la Comunidad Valenciana se congratula de la firma del convenio entre la Generalitat Valenciana y la Universidad de Alicante para la puesta en marcha de una Cátedra de Cultura Gitana, a la vez que manifiesta su pesar porque no se nos haya dado ninguna opción de participación en tan interesante proyecto.

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana, constituida en 1989 y formada por más de 30 asociaciones de base, es la organización genuina gitana más antigua y con mayor implantación territorial en la Comunitat.

Desde hace años venimos reivindicando la creación de espacios universitarios de inclusión de la cultura gitana. De hecho, mantenemos convenios de colaboración con tres universidades alicantinas: la Universidad de Alicante (UA), la Universidad Miguel Hernández de Elche y la CEU Cardenal Herrera de Elche.

En concreto, en febrero de 2016 nos reunimos con doña Josefina Bueno, Directora General de Universidades, para plantearle, entre otras cosas, la creación de una Cátedra de Estudios Gitanos. A doña Josefina la idea le pareció interesante e incluso afirmó que sería factible con un presupuesto de 30.000 euros. No volvimos a tener noticias suyas ni de nuestra propuesta de cátedra hasta el 28 de diciembre del año pasado cuando la Generalitat anunció que en el proyecto de presupuestos de la Generalitat se había incluido una partida destinada a tal finalidad.

Inmediatamente nos pusimos en contacto con la Agencia Valenciana de Igualdad en Diversidad y con el Rector de la Universidad de Alicante para manifestarles nuestra disposición a participar en tan ilusionante proyecto: el Director General de la Agencia Valenciana de Igualdad en Diversidad hizo caso omiso y el Rector nos remitió a la Secretaria General de la Universidad de Alicante con quien mantuvimos una reunión en febrero de este año. La sra. Algarra, secretaria general de la UA, rechazó nuestra propuesta de participación escudándose en argumentos burocráticos y de protocolo.

No obstante, no cejamos en nuestro ofrecimiento de participación y finalmente, tras meses de insistencia, en junio nos recibió la Vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad, doña María José Rodríguez, quien mantuvo la misma línea de negarnos la posibilidad de participación en el convenio y aplazando toda posible participación al momento en que ya estuviera en marcha la Cátedra, es decir, nos ofreció que participemos cuando ya esté todo diseñado.

Entre tanto, hemos comunicado este, en nuestra opinión, disparate a los partidos políticos a través de sus síndicos en las Cortes Valencianas y en reuniones con diversos dirigentes, y nadie ha tomado cartas en este asunto.

Esperamos sinceramente que este convenio sea un éxito y redunde en la mayor presencia de la cultura gitana en la Universidad, pero creemos que no ha empezado de la mejor manera.

Así mismo, queremos comunicar al conjunto de la sociedad que el tiempo de esta suerte de  despotismo del “todo para los gitanos pero sin los gitanos” debe terminarse, que desde hace muchos años las personas gitanas queremos ser los protagonistas de nuestro presente y de nuestro futuro y que desde la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana no estamos ya dispuestos a seguir siendo excluidos de los procesos que  afectan al Pueblo Gitano valenciano.

La FAGA de la Comunidad Valenciana lamenta no haber tenido la opción de participar en la puesta en marcha de la Cátedra de Cultura Gitana

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas (FAGA) de la Comunidad Valenciana se congratula de la firma del convenio entre la Generalitat Valenciana y la Universidad de Alicante para la puesta en marcha de una Cátedra de Cultura Gitana, a la vez que manifiesta su pesar porque no se nos haya dado ninguna opción de participación en tan interesante proyecto.

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana, constituida en 1989 y formada por más de 30 asociaciones de base, es la organización genuina gitana más antigua y con mayor implantación territorial en la Comunitat.

Desde hace años venimos reivindicando la creación de espacios universitarios de inclusión de la cultura gitana. De hecho, mantenemos convenios de colaboración con tres universidades alicantinas: la Universidad de Alicante (UA), la Universidad Miguel Hernández de Elche y la CEU Cardenal Herrera de Elche.

En concreto, en febrero de 2016 nos reunimos con doña Josefina Bueno, Directora General de Universidades, para plantearle, entre otras cosas, la creación de una Cátedra de Estudios Gitanos. A doña Josefina la idea le pareció interesante e incluso afirmó que sería factible con un presupuesto de 30.000 euros. No volvimos a tener noticias suyas ni de nuestra propuesta de cátedra hasta el 28 de diciembre del año pasado cuando la Generalitat anunció que en el proyecto de presupuestos de la Generalitat se había incluido una partida destinada a tal finalidad.

Inmediatamente nos pusimos en contacto con la Agencia Valenciana de Igualdad en Diversidad y con el Rector de la Universidad de Alicante para manifestarles nuestra disposición a participar en tan ilusionante proyecto: el Director General de la Agencia Valenciana de Igualdad en Diversidad hizo caso omiso y el Rector nos remitió a la Secretaria General de la Universidad de Alicante con quien mantuvimos una reunión en febrero de este año. La sra. Algarra, secretaria general de la UA, rechazó nuestra propuesta de participación escudándose en argumentos burocráticos y de protocolo.

No obstante, no cejamos en nuestro ofrecimiento de participación y finalmente, tras meses de insistencia, en junio nos recibió la Vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad, doña María José Rodríguez, quien mantuvo la misma línea de negarnos la posibilidad de participación en el convenio y aplazando toda posible participación al momento en que ya estuviera en marcha la Cátedra, es decir, nos ofreció que participemos cuando ya esté todo diseñado.

Entre tanto, hemos comunicado este, en nuestra opinión, disparate a los partidos políticos a través de sus síndicos en las Cortes Valencianas y en reuniones con diversos dirigentes, y nadie ha tomado cartas en este asunto.

Esperamos sinceramente que este convenio sea un éxito y redunde en la mayor presencia de la cultura gitana en la Universidad, pero creemos que no ha empezado de la mejor manera.

Así mismo, queremos comunicar al conjunto de la sociedad que el tiempo de esta suerte de  despotismo del “todo para los gitanos pero sin los gitanos” debe terminarse, que desde hace muchos años las personas gitanas queremos ser los protagonistas de nuestro presente y de nuestro futuro y que desde la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana no estamos ya dispuestos a seguir siendo excluidos de los procesos que  afectan al Pueblo Gitano valenciano.

La FAGA de la Comunidad Valenciana lamenta no haber tenido la opción de participar en la puesta en marcha de la Cátedra de Cultura Gitana

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas (FAGA) de la Comunidad Valenciana se congratula de la firma del convenio entre la Generalitat Valenciana y la Universidad de Alicante para la puesta en marcha de una Cátedra de Cultura Gitana, a la vez que manifiesta su pesar porque no se nos haya dado ninguna opción de participación en tan interesante proyecto.

La Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana, constituida en 1989 y formada por más de 30 asociaciones de base, es la organización genuina gitana más antigua y con mayor implantación territorial en la Comunitat.

Desde hace años venimos reivindicando la creación de espacios universitarios de inclusión de la cultura gitana. De hecho, mantenemos convenios de colaboración con tres universidades alicantinas: la Universidad de Alicante (UA), la Universidad Miguel Hernández de Elche y la CEU Cardenal Herrera de Elche.

En concreto, en febrero de 2016 nos reunimos con doña Josefina Bueno, Directora General de Universidades, para plantearle, entre otras cosas, la creación de una Cátedra de Estudios Gitanos. A doña Josefina la idea le pareció interesante e incluso afirmó que sería factible con un presupuesto de 30.000 euros. No volvimos a tener noticias suyas ni de nuestra propuesta de cátedra hasta el 28 de diciembre del año pasado cuando la Generalitat anunció que en el proyecto de presupuestos de la Generalitat se había incluido una partida destinada a tal finalidad.

Inmediatamente nos pusimos en contacto con la Agencia Valenciana de Igualdad en Diversidad y con el Rector de la Universidad de Alicante para manifestarles nuestra disposición a participar en tan ilusionante proyecto: el Director General de la Agencia Valenciana de Igualdad en Diversidad hizo caso omiso y el Rector nos remitió a la Secretaria General de la Universidad de Alicante con quien mantuvimos una reunión en febrero de este año. La sra. Algarra, secretaria general de la UA, rechazó nuestra propuesta de participación escudándose en argumentos burocráticos y de protocolo.

No obstante, no cejamos en nuestro ofrecimiento de participación y finalmente, tras meses de insistencia, en junio nos recibió la Vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad, doña María José Rodríguez, quien mantuvo la misma línea de negarnos la posibilidad de participación en el convenio y aplazando toda posible participación al momento en que ya estuviera en marcha la Cátedra, es decir, nos ofreció que participemos cuando ya esté todo diseñado.

Entre tanto, hemos comunicado este, en nuestra opinión, disparate a los partidos políticos a través de sus síndicos en las Cortes Valencianas y en reuniones con diversos dirigentes, y nadie ha tomado cartas en este asunto.

Esperamos sinceramente que este convenio sea un éxito y redunde en la mayor presencia de la cultura gitana en la Universidad, pero creemos que no ha empezado de la mejor manera.

Así mismo, queremos comunicar al conjunto de la sociedad que el tiempo de esta suerte de  despotismo del “todo para los gitanos pero sin los gitanos” debe terminarse, que desde hace muchos años las personas gitanas queremos ser los protagonistas de nuestro presente y de nuestro futuro y que desde la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana no estamos ya dispuestos a seguir siendo excluidos de los procesos que  afectan al Pueblo Gitano valenciano.

La escuela de verano de la Asociación de Mujeres Gitanas Sinando Kalí, un espacio para la diversidad y el aprendizaje

Majarele 2017, es la escuela de verano desarrollada por la Asociación de Mujeres Gitanas, Sinando Kalí, está dirigida a menores de edad escolar obligatoria. Las escuelas de verano la fundó Sinando Kalí en el año 1994 en Jaén, desde entonces venimos trabajando en un proyecto ilusionante y sobre todo para prestar un servicio muy necesario en los meses de verano para las familias y los alumnos/as, donde uno de los criterios más importantes que se han tenido en cuenta a la hora de seleccionar las matrículas de los alumnos/as han sido las situaciones socioeconómicas.

La escuela de verano Majarele es un espacio para la diversidad, para el aprendizaje y sobre todo para tener unos recursos por parte de la familia, para liberarlos en las horas laborables de la atención de sus hijos/as, que reciben una atención por parte de un equipo técnico de profesores/as y mediadores/as.

Este proyecto viene financiado por la Red Alimentaria de Andalucía a través de la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, hemos contado con la colaboración de la Delegación Territorial de Educación, el centro de profesores, de la Concejalía de Educación y Patronato de Deportes del Ayuntamiento de Jaén y la Federación de Mujeres Gitanas Kamira.

El programa se ha realizado durante el mes de julio, en las instalaciones del Centro de Formación de Profesores de Jaén, un lugar idóneo donde el pulmón de Jaén permite tener un gran beneficio para esta época de calor donde las instalaciones y el entorno favorece el bienestar y la salud de los alumnos/as para las actividades que se      realizan. Un autobús presta el servicio de traslado de los alumnos/as por los diferentes barrios de Jaén.

Con este proyecto, entre otras actividades se cubren las necesidades de alimentación de los menores ofreciéndoles el servicio de comedor: desayuno, comida y merienda.

Los alumnos/as reciben apoyo escolar tres días a la semana para reforzar el trabajo realizado durante el año y así evitar el absentismo y el fracaso escolar que, aunque cada día es menor, aún persiste.

También se realizan talleres donde se fomenta la creatividad e imaginación siendo estos de manualidades, deportivos, de flamenco, y de la fiesta fin de curso, donde se realizarán dos actividades importantes culturales: recordando al desaparecido Camarón de la Isla y la actividad de mujeres gitanas en el Samuradipen (Holocausto Gitano español).

Otra de las actividades es la de literatura poniendo de relieve a personajes del mundo de la cultura gitana, como la pintora Lita Cabellut, el desaparecido catedrático granadino Pepe Heredia y el pintor jiennense Antonio Maya, y personajes de la cultura de los diferentes países que conforman la diversidad en Jaén.

Para contrarrestar los días tan calurosos de Jaén, nuestros alumnos/as se divierten en la piscina de la Salobreja dos días en semana, donde una profesora de Educación Física les imparte clases de natación para mejorar su aprendizaje en los diferentes estilos (crol y espalda) todo ello a través de juegos acuáticos.

Desde las páginas de este periódico, en nombre de la Junta directiva de Sinando Kalí y en el mío propio queremos darle las gracias a todas/os los voluntarios/as y entidades que han hecho posible un año más cubrir los sueños tan esperados de nuestros niños/as.

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