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La Cañada Real, una bofetada para nuestra democracia

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La situación que padecen miles de familias de la Cañada Real de Madrid en estos momentos solo puede ser calificada de dos formas: dramática y escandalosa.

Es dramática porque dichas familias, entre las que se encuentran alrededor de 1.800 menores de edad, no tienen acceso a luz eléctrica desde hace tres meses, y están sufriendo los estragos del duro invierno que estamos atravesando, con el agravante de las consecuencias provocadas por la borrasca “Filomena”, el peor fenómeno meteorológico que ha sufrido nuestro país desde 1971.

Y es escandalosa porque la inacción de las administraciones directamente competentes en materia de protección de estas familias, en riesgo de exclusión social, solo puede tildarse de esta manera.

Las recientes palabras sobre la situación de estas personas, emitidas por el relator especial de la ONU sobre pobreza extrema y derechos humanos, Oliver De Schutter, no pueden ser más elocuentes, ya que considera que dejar a estas personas sin protección alguna es una “violación de convenios que España ha ratificado”. 

No es la primera vez que un relator de Naciones Unidas se refiere al estado de los núcleos familiares residentes en esa zona, muchos de ellos formados por personas de etnia gitana y migrantes. Philip Alston, su antecesor, visitó el lugar a finales del año 2019, y en su informe emitido en febrero de 2020 no pudo ser más contundente a la hora de denunciar la ausencia de políticas sociales por parte del gobierno de la Comunidad de Madrid, y la desidia con la que las autoridades competentes afrontan el problema.

Alston, que llegó a comparar la Cañada Real con el estado de muchos campos de refugiados, reclamó la puesta en marcha de medidas concretas y urgentes para paliar las grandes y profundas carencias que sufren, en todo ámbito, las personas que viven allí.

«Una gravísima violación de sus derechos humanos»

Un año después la situación no solo no ha cambiado, sino que ha empeorado de manera notable. A las consecuencias provocadas por la pandemia del COVID-19, que han golpeado con suma dureza a los grupos sociales más vulnerables, entre los que se encuentran el Pueblo Gitano y las personas migrantes; hay que añadir, en el caso concreto de la Cañada Real, la pérdida de suministro eléctrico hace tres meses. La imposibilidad de acceder a este servicio básico por parte de cientos y cientos de familias en grave situación de exclusión no es ni más ni menos que una gravísima violación de sus derechos humanos, y requiere de una actuación inmediata por parte de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid.

Sin embargo, la respuesta oficial de las administraciones ha consistido en ignorar el problema al principio, y en criminalizar a todas las personas que residen en ese espacio después, ante la creciente oleada de reclamaciones de ayuda por parte de diferentes organismos nacionales e internacionales.

Generalizar actitudes irrespetuosas con la ley o algunas prácticas delictivas hacia todo un colectivo o grupo social es una manera lamentable de evadir las propias responsabilidades, máxime ante las enormes dificultades económicas y sociales que vivimos en estos tiempos de pandemia, agravadas por las inclemencias meteorológicas.

Que sobre los delincuentes caiga todo el peso de la ley, pero que todo el poder de protección del Estado caiga sobre las personas honradas y trabajadoras que sufren un mal del que no son culpables: la pobreza.

Es necesario resaltar que tanto Philip Alston como por Olivier De Schutter, al hilo de lo que se está viviendo en la Cañada Real, han hecho hincapié en la necesidad de que se pongan en marcha políticas concretas y muy contundentes destinadas a facilitar la inclusión de la población gitana en España.

Medidas que sirvan para facilitar, entre otras cuestiones, una vivienda digna a esas familias que, en pleno siglo XXI, y en una de las más grandes capitales de Europa, se ven obligadas a vivir en unas condiciones inhumanas e indignas de un país democrático y avanzado como España. No olvidemos las cifras: cientos de familias y más de 1.800 niños y niñas que viven sin luz a temperaturas gélidas en estos momentos. No asistimos a un caso de aporofobia. Lo que estamos viendo es fruto de discriminación institucional, ya que no es casualidad que en todos los grandes guetos de las urbes más importantes la mayoría de sus habitantes sean población gitana y población migrante.

Esta precariedad, que es una consecuencia más de la discriminación secular que en concreto ha sufrido y sufre la población gitana en nuestro país, debe ser combatida desde todos los poderes del Estado, implicando de manera efectiva a toda la sociedad. Entre todos y todas debemos tener muy claro que el antigitanismo, la cara de la intolerancia que discrimina a las personas por el mero hecho de ser gitanos y gitanas, es un problema social de primera magnitud que se ve reflejado, y además con meridiana claridad, en espacios como la Cañada Real.

«Asentar el antigitanismo y el rechazo a la pobreza»

Mirar hacia otro lado o justificar la inacción apelando a una criminalidad generalizada de todo un vecindario o de un grupo social es, sin lugar a dudas, participar de manera activa en difundir y asentar el antigitanismo y el rechazo a la pobreza en nuestra sociedad. Una democracia desarrollada no puede permitirse el lujo de tener ciudadanos y ciudadanas de segunda categoría por razón de su poder adquisitivo. No es de justicia.

Ignorar los problemas no hará que estos desaparezcan, más bien al contrario. Estos crecerán hasta hacerse prácticamente irresolubles. Nuestra responsabilidad como ciudadanos y ciudadanas de un Estado de Derecho que se precie de serlo, como el nuestro, es rechazar esas actitudes discriminatorias y exigir de los gobernantes competentes acciones para permitir que estas familias vivan con dignidad, tengan esperanza, se sientan protegidas por el sistema, se sientan parte de nuestra sociedad, y puedan ofrecer a sus hijos e hijas un futuro mejor.

Las instituciones y la sociedad en general no pueden pretender tapar el sol con un dedo. La criminalización de la pobreza es una salida vergonzosa que debe terminar. El combate contra la delincuencia y la pobreza no puede traducirse en una lucha contra las personas. Más bien al contrario, hay que promover el ejercicio de sus derechos, recuperando los espacios en los que viven, y haciéndoles partícipes de la toma de decisiones que les afectan para que se sientan vinculadas y protegidas por las instituciones.

La estigmatización, exclusión y marginación que provoca la criminalización de la pobreza solo ahonda la brecha de desigualdad entre las personas, rompe los lazos de identificación social entre ellas, y cada vez nos hace más insensibles, divididas y vulnerables a los abusos del poder.

En este contexto se convierte en necesario, más que nunca, recordar las palabras de Rosa Luxemburgo, quien recogía la esencia del espíritu crítico y transformador que debe impregnar las conciencias de todos quienes perseguimos, de manera insaciable, la defensa y promoción de los derechos humanos. Ese brío que nos impulse a seguir luchando continuamente por superar todos los obstáculos:

“A la revolución social le hace falta el torrente de vida efervescente y sin límites para encontrar las mil nuevas formas, improvisaciones, fuerzas creadoras y críticas provechosas que se necesita para, a fin de cuentas, superarse continuamente a sí misma y corregir todos sus falsos pasos”.

Beatriz Carrillo de los Reyes es diputada socialista por la provincia de Sevilla en el Congreso, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas, FAKALI, y vicepresidenta del Consejo Estatal del Pueblo Gitano

Juana Fernández Cortés: una persona noble, sencilla y maravillosa

Quiero hablar sobre una persona memorable, noble, sencilla y maravillosa; una persona que ha luchado por los derechos y por visibilizar al pueblo gitano.  Se trata de una gitana que ha hecho historia y sobre todo ha hecho sonar la voz de las mujeres gitanas.

Ella es Juana Fernández Cortés cuya partida ha dejado un gran dolor y un vacío en el corazón de todos aquellos que tuvimos la fortuna de estar junto a ella. Nos dejó en todos nosotros una huella de resistencia y capacidad de superación; se aferró con ganas e ilusión a la vida.

Recuerdo la última vez que estuvimos juntas en la Plaza de Cataluña, en Barcelona, en su mirada serena estaba la mirada de las gitanas, pero sobre todo la mirada de las gitanas que no se ven, esas gitanas del siglo XXI que recuerdan con su fuerza a las gitanas de otros tiempos.

Juana me contaba de su vida y yo de la mía y sobre todo me contaba la batalla que tenía con la terrible enfermedad que se la ha llevado. Lo hacía con una sonrisa en los labios y con esa energía que ella tenía y se caracterizaba; transmitía todo el amor y fuerza que recibía de su familia. Esta joven de voz dulce, con fuerza y piel de canela nos daba la impresión de que nada en este mundo podía con ella; una gitana excepcional, una hija excelente, una hermana maravillosa para toda su familia y para todas las que nos considerábamos hermanas suyas.

La prima Juana no puso nunca sus intereses por encima de la razón y con eso logró ganarse el respeto de todos nosotros. La vamos a extrañar. Juana en gloria estás siempre estarás en nuestra memoria y corazones. Las generaciones venideras te recordarán con mucho amor y sobre todo con esa sonrisa en los labios que siempre tenías y serás un ejemplo a seguir para ellos. ¡Que la tierra te sea leve prima Juana, en gloria estás!

Su hermana Dovirgen nos decía hace unas horas «mi hermana Juana se fue sin dolor, con dulzura y sin sufrimiento». En éste 7 de enero de madrugada, que nunca se nos olvidará.

Nuestro más sentido pésame para toda su familia.

Rendimos homenaje a través de este comunicado en recuerdo y memoria de Juana Fernández Cortés

Hoy día 7 de enero de 2021 el Pueblo Gitano de Barcelona, Cataluña y España lloramos la triste perdida de nuestra Juana Fernández Cortés “La Juana” para todas las personas que la conocimos en vida.  Ella representa el mejor ejemplo de lucha y perseverancia, es y será un icono de referencia en la historia del activismo social en la lucha contra el Antigitanismo Institucional, la defensa de la vulneración de los derechos del Pueblo Gitano y de nuestro Patrimonio Cultural.

No existen en Cataluña plataformas, Federaciones, Grupos de Trabajo o Consejos de la administración en asuntos del Pueblo Gitano en los que ella no hubiese participado de manera activa o incluso impulsara su creación, siempre desde la entrega incondicional, poniendo su corazón, su valentía, su compromiso, su altruismo y en demasiadas ocasiones, hasta su salud…                                                                                                                   

Por citar algunas referencias de su trayectoria de los últimos 30 años;

  • Promotora de la iniciativa de la recuperación de la Lengua Romaní en Cataluña.
  • Impulsora de la celebración y reconocimiento del “8 de Abril Día Internacional del Pueblo Gitano”
  • Cofundadora de Lacho Baji Cali del Gornal.
  • Fundadora de la Federación de Asociaciones Gitanas de Catalunya FAGIC
  • Miembro de la Junta de Unión Romaní y cofundadora de Veus Gitanes.

Juana Fernández que en paz descanse, fue la primera mujer gitana en representar un cargo Institucional por los derechos de nuestro pueblo en Cataluña a través de la Vicepresidencia del Consell Municipal del Poble Gitano del Ayuntamiento de Barcelona durante 8 años. Consejo en el que actualmente representaba el cargo de mayor prestigio que para nuestro pueblo pueda existir, el de “Persona de Reconocida Valía”  a consecuencia de su ya mencionada trayectoria y labor más desinteresada por los derechos del Pueblo Gitano.

Se necesitaría un libro para dejar constancia de toda su trayectoria…

Les enviamos nuestro más sentido pésame a sus familiares, madre, hermanas, hermano, sobrinos, sobrinas, primos, primas, tíos y tías, a toda esa gran familia que siempre estuvo tan pendiente de ella y a la que ella siempre tenía tan presente.

Que en paz descanse.

Consell Municipal del Poble Gitano del ayuntamiento de Barcelona

Juana Fernández Cortés: una gitana que rompió moldes

Hoy, día siete del nuevo año de 2021, a las 3,30 horas de la madrugada se nos ha ido al cielo de las estrellas Juana Fernández Cortés. Con poco más de 50 años Dios ha querido que le hiciera compañía a Juan Peña “El Lebrijano”, a Camarón, a Moncho, a Parrita, a Rafael Perona que se fue hace una semana para prepararle sitio muy cerquita de Carmen Amaya porque las dos tuvieron el mismo origen humilde y las dos fueron gitanas catalanas.

A mi se me rompe el alma al tener que escribir estas líneas porque Juana, mi Juana, nuestra Juana, vivió su militancia gitana muy cerca de mí. No en vano fue miembro de la Junta Directiva de la Unión Romaní y compartió conmigo, desde la exigencia más valiente y comprometida, la defensa de nuestros derechos desde la más pura gitaneidad.

Juana podría haber sido nieta de mi abuela María que era canastera y guardaba todas las esencias de la vieja Ley Gitana. Y Juana, gitana de nuestros tiempos, me la recordaba cuando me planteaba el enfoque de algunos problemas que solo siendo gitanos se podían entender.

Vicepresidenta del Consejo Municipal del Pueblo Gitano de Barcelona

Hoy, como el mejor homenaje a su persona, quiero que sea ella misma la que se exprese. El 29 de junio de 2012 el periodista Albert Bertrán le hizo una entrevista con motivo de su nombramiento de vicepresidenta del Consejo Municipal del Pueblo Gitano de Barcelona. Estas fueron algunas de sus respuestas:

― ¿Las mujeres gitanas toman cada vez más la palabra o el suyo es un caso excepcional?

En la comunidad gitana las mujeres siempre han tenido mucha fuerza, somos las que tiramos del carro, las que nos encargamos de papeles, de temas burocráticos…

― No obstante, continúan teniendo un papel subordinado.

Yo no lo veo así. Si hablamos de hace 50 años las mujeres payas tenían que pedir permiso a los maridos para ir a trabajar. En aquella época la mujer gitana ya se iba a buscar la vida sin pedir permiso a nadie. Trabajaba en la calle vendiendo lo que fuera y tenía más independencia.

― Los tiempos han cambiado.

Las mujeres de la comunidad no gitana han ido dando pasos con “adidas”. Nosotras, aún con chanclas, hemos evolucionado de forma diferente y la evolución es la que es, lo que no significa que sea mejor ni peor.

― Pero no me negará que la independencia es menor.

Son diferentes maneras de verlo. Es cierto que hay unos roles más marcados, pero la mujer gitana cada vez sale más a trabajar y te la puedes encontrar en un banco o de doctora. También está el ama de casa o la que pide limosna. Igual que los no gitanos que puedan estar en la misma situación.

― ¿Usted estudió?

Hasta los 17 años. Hice puericultura y luego me he ido reciclando con posgrados de carácter social. Antes de trasladarnos a un piso en el Gornal, en L’Hospitalet, vivíamos en barracas en Can Pi [Santa Eulàlia]. Recuerdo haber empezado a estudiar con tres años poniendo los libros en el suelo. Luego nos pusieron barracones tras muchas reivindicaciones. Las mujeres de mi familia siempre hemos sido muy guerrilleras. Mi abuela, en 1989, encabezó una campaña de alfabetización porque su ilusión era sacarse el carnet de conducir.

― ¿Lo logró?

Aprendió a leer, pero no consiguió el carnet porque no podía compaginar la escuela con el cuidado de una casa con nueve hijos y dos nietos.

― ¿Cuál será su prioridad en el Consell Municipal del Poble Gitano?

Es muy importante potenciar la participación de las entidades gitanas y buscar ideas para mejorar el tema laboral entre los de nuestra comunidad. También es necesario que haya políticas que nos favorezcan, porque partimos de una situación con muchos déficits.

Y aquí saltó la chispa revolucionaria de Juana. El periodista, sin saberlo, la pellizcó donde ella era más sensible: la marginación que sufrimos los gitanos desde hace siglos. Por eso, cuando le dijo que si la culpa de la situación por la que atravesamos no sería también por causa de “una cierta auto marginación”, ella no dudó en manifestar:

La discriminación la sufre uno. Yo no me discrimino, me discriminan. Si solo se trabaja para que yo salga de la marginación, pero si la otra parte no lo hace también en paralelo, yo voy a seguir teniendo rechazo, no hacia mí sino hacia mi cultura. Nadie se quiere auto marginar, porque eso sería darte contra un muro de piedra. No estamos al margen. Padecemos la crisis, los recortes y el paro igual que el resto de la gente y juntos hemos de luchar para superarlo.

Y un día, ocupando la vice presidencia del Consejo, respondió a la concejal que presidía la reunión, que las declaraciones sobre la Estrategia local que garantizaría el futuro de las nuevas generaciones gitanas serían válidas si dejaban de ser solo deseos de buenas intenciones.

“Este es un punto de partida y hay que demostrar que todas las ideas que se vierten sobre el papel son buenas, dijo Juana. A partir de hoy tenemos que empezar a caminar”. Y añadió: “Tengo esperanza de que así sea porque uno de los puntos fuertes de esta estrategia ha sido la participación de los propios gitanos de la ciudad en su elaboración.”

Tu recuerdo, mi Juana, siempre permanecerá entre nosotros.

https://www.elperiodico.com/es/opinion/20120619/juana-fernandez-haber-politicas-favor-1941987

«Basta ya de tanto racismo»: denuncian discriminación a una vecina gitana en un comercio de Estella

Cartel de la convocatoria de la concentración contra un comercio en Estella por discriminar a una mujer gitana GAZ KALO

Una concentración, convocada por la Federación de Asociaciones Gitanas Gaz Kaló, SOS Racismo y LAB, ha denunciado este lunes en la avenida de Yerri de Estella un caso de discriminación de un comercio de la localidad hacia una vecina de etnia gitana.

Esta mujer, Pascuala Amador, participó en un programa de formación para el empleo financiado por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Estella «a través de los impuestos que pagamos todos y todas», ha relatado ella misma en la concentración.

Amador, que según ha destacado llevaba «toda la vida trabajando en la hostelería«, fue asignada a la franquicia de Juguettos para el periodo de prácticas, pero, cuando la firma recibió los datos completos, el responsable del establecimiento decidió rechazarla, denuncia la mujer.

En la concentración, en la que se ha portado una pancarta con el lema «Juguettos discrimina. Todos a una con Pascuala. Basta ya», Amador ha afirmado que desea hacer «una denuncia pública de un hecho dicriminatorio».

El establecimiento, ha agregado, le ha comunicado que sus prácticas han sido rechazadas porque unos familiares suyos habían cometido una serie de hurtos en la tienda, pero «independientemente de que fuera cierto o no», ha dicho, «qué culpa tengo yo de lo que haya hecho un familiar mío, para eso está la justicia».

Tras denunciar el intento de «echarme a mí la culpa de otra persona por el simple hecho de llevar un apellido«, Amador ha asegurado que ha decidido denunciar lo sucedido por sus cuatro hijas, «para que a ellas no les pase esto» en el futuro.

«He sentido rabia, he sentido impotencia, pero también he sentido vergüenza», pero no de ser gitana, ha destacado la mujer, que ha subrayado que «hay muchos gitanos y gitanas jóvenes con muchas ganas de trabajar, con mucha ilusión» que también son discriminados laboralmente, porque lo que le ha sucedido a ella «no es algo puntual».

«No estoy dispuesta a tolerar más, a aguantar más» este «maltrato psicológico«, ha resaltado Amador.

Los gitanos, ha declarado, «llevamos muchos años llevando una cruz a cuestas» y por ello ha exigido «basta ya de tanto racismo».

https://navarra.elespanol.com/articulo/sociedad/concentracion-estella-comercio-gitana-racismo/20210104125103351083.html

Más de 160 personas vulnerables de Sevilla y Córdoba concluyen sus prácticas profesionales gracias a Fakali

La Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Fakali, en su afán de proporcionar mejoras para las condiciones sociales de las personas en situación de vulnerabilidad, con especial incidencia en las gitanas, ha gestionado en Sevilla y Córdoba el programa de Experiencias Profesionales para el Empleo (EPES), financiado por el Servicio Andaluz de Empleo de la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía (SAE), en el que han participado 166 personas en situación de vulnerabilidad.

Según han indicado ambas entidades en una nota, este programa está diseñado para que personas inscritas como demandantes de empleo realicen prácticas profesionales becadas en empresas, mejorando así su empleabilidad con vistas a su inserción laboral.

En total 166 personas beneficiarias (84 en Sevilla y 82 en Córdoba) han logrado concluir sus prácticas profesionales en distintos puestos (personal de limpieza, de montaje, de atención sociosanitaria, auxiliar de administración o dependientes de comercio, entre otros) tras el período de ejecución de la quinta edición del programa (de enero de 2019 a diciembre de 2020).

El plan formativo y de seguimiento individual desarrollado por Fakali ha permitido a todas esas personas (33 hombres y 133 mujeres, lo que supone un 80 por ciento) adquirir las aptitudes y las habilidades profesionales necesarias para su inclusión en el mercado laboral en las ocupaciones elegidas para sus prácticas. Así, se han superado todas las expectativas, toda vez que un 40 por ciento de ellas (68 en concreto) han logrado un contrato de trabajo después de este ciclo práctico de tres meses.

«Conseguir un trabajo, especialmente para personas que se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad, no solo es importante para que consigan un sustento para ellas y sus propias familias, sino que supone una oportunidad para su inclusión real en nuestra sociedad», ha afirmado la presidenta de Fakali, Beatriz Carrillo.

https://www.lavanguardia.com/local/sevilla/20201229/6154567/mas-160-personas-vulnerables-sevilla-cordoba-concluyen-practicas-profesionales-gracias-fakali.html

2021 deberá ser el año en que el Estado español reconozca oficialmente la existencia del PUEBLO GITANO entre los restantes Pueblos y culturas que integran España

Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya

En el año 2010 tuve el honor de estar presente en la ciudad de Rovereto, segunda ciudad en importancia de la provincia de Trento situada al norte de Italia. Fue para participar en la entronización de la bandera gitana entre las de las naciones del mundo que forman el cortejo que conduce a la “Campana dei Caduti”, ―Campana de los caídos― que fue hecha con el bronce fundido de los cañones de las 19 naciones que participaron en la primera Guerra Mundial. Esta inmensa campana suena cada tarde para recordar a los caídos que perdieron sus vidas en todas las guerras.

Obsérvese el tamaño de la campana comparándola con el edificio que hay detrás y con la cabeza del hombre que está junto a ella.

Han transcurrido 10 años desde que llevé la bandera gitana para que fuera izada entre las de las demás naciones presentes y conservo un recuerdo imborrable del momento en que hice entrega de la bandera al senador Roberlo Robol. Pero lo que más me impresionó fue ver al Cuerpo de Carabinieri rindiendo honor a la bandera gitana. Dos agentes permanecieron varias horas haciendo guardia junto a nuestro símbolo de identidad internacional en posición de saludo militar. Yo espero que, en 2021, cuando celebremos en España el 50 aniversario de la celebración del Congreso de Londres de 1971, sea la Guardia Civil quien, en posición de saludo, rinda honores a la bandera gitana.

El pueblo gitano: una identidad global sin territorio

Ese es el título de un valioso trabajo realizado por dos profesores de las universidades de Barcelona y un tercero de la University of West of Timisoara en el año 2012. En él se sostiene que el pueblo gitano reúne las condiciones históricas y culturales indispensables para que el principio de la transterritorialidad se imponga en determinados casos, como el del pueblo gitano, sobre el nacionalismo metodológico encorsetado en su vertiente política. Los propios autores resumen su trabajo con las siguientes afirmaciones:

“Los Estados-nación han reforzado la vinculación entre identidad y territorio delimitado por fronteras. En los últimos años, la comunidad gitana, con su definición como un pueblo que ni tiene ni quiere un territorio, ha iniciado un proceso que está transformando la relación entre territorio e identidad tanto en la Unión Europea como en la teoría social. El parlamento europeo recogió y aprobó por unanimidad la principal conclusión: el reconocimiento del pueblo gitano. Esa investigación aportó el análisis de la identidad transterritorial gitana, uno de los mejores ejemplos reales de que disponemos como modelo de la globalización. El impacto de esa nueva concepción no sólo ha llegado a la política, sino también a las ciencias sociales.”

En julio de 2003 se reunieron en Budapest importantes personalidades de la vida política e intelectual de Europa con el fin de estudiar la realidad de la comunidad gitana europea. Allí estuvieron representados no solo las Naciones Unidas o la Unión Europea sino altos mandatarios del centro y del Este de Europa, entre ellos cinco primeros ministros. Para ellos la transterritorialidad del pueblo gitano era una realidad evidente y como tal fuimos tratados.

Algunos países europeos ya han reconocido derechos políticos a sus ciudadanos gitanos

Hungría

Sin duda alguna es en Hungría donde más se ha avanzado en este reconocimiento. A pesar de que en este país el racismo de los grupos nazis ha causado a los gitanos mayores agresiones y hasta asesinatos. Enumerar las disposiciones que en este país afectan positivamente a sus minorías excedería al espacio de que dispongo. Destacaré tan solo que las minorías húngaras, entre las que se cuentan a los romaníes, disponen de un parlamento propio formado por 50 parlamentarios elegidos por sufragio entre los miembros del grupo. Las competencias de este parlamento están bien especificadas por la ley. Debo destacar que se requiere el consentimiento de este parlamento para que el gobierno húngaro pueda poner en ejecución disposiciones que les afecten.

República Checa

Los romaníes están incluidos en la Ley de Minorías Étnicas y Nacionales (2001)  que  define  las minorías como “grupo de ciudadanos (…) que residen en el territorio de la actual  República Checa y que se diferencian  de otros ciudadanos usualmente por un origen étnico, lengua, cultura y tradiciones, conforman una minoría sustancial de la población y, al mismo tiempo, manifiestan su deseo de ser considerados una minoría nacional con objeto de preservar y desarrollar su propia diversidad, lengua y cultura, y con objeto de declarar los intereses del grupo.”

Polonia

La Constitución de 1997, en su artículo 35.1 “garantiza a los ciudadanos polacos pertenecientes a minorías nacionales y étnicas la libertad de mantener y desarrollar su propia lengua, costumbres, tradiciones y cultura”, y (art. 35.2) les reconoce el derecho de “establecer instituciones culturales y educativas (…)  así como a participar en la resolución de cuestiones conectadas con su identidad cultural”. Y con el fin de facilitar la representación parlamentaria de las minorías la ley establece que sus formaciones políticas están exentas de alcanzar el 5% establecido para las restantes formaciones políticas.

Rumanía

En virtud de la Constitución y la Ley Electoral (1992) las minorías nacionales tienen derecho, al menos, a un escaño garantizado en el parlamento. Quiero destacar que la ley electoral garantiza que “al menos” los romaníes tienen garantizado un puesto en su parlamento, lo que no es ningún consuelo por causa de la atomización del voto gitano en el país del mundo donde nuestra población es más numerosa. Si todos los gitanos y gitanas que viven en Rumanía ―entiéndaseme que esto es una forma de hablar― votaran al mismo partido la representación romaní podría alcanzar entre 15 y 20 escaños. Lamentablemente ahora solo tenemos uno.

España

La Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados aprobó el día uno de junio de 2017 una proposición no de ley para el reconocimiento de la identidad, lengua y cultura del pueblo gitano. El diputado de ERC Xavier Eritja dijo en un comunicado que esta iniciativa pretende ser un acto de desagravio ante la estigmatización que históricamente ha sufrido este colectivo. Debo destacar un deseo por el que muchos llevamos luchando desde hace años y es que el reconocimiento al pueblo gitano no tiene que ser abordado desde el ámbito de los servicios sociales sino más bien desde la Comisión Constitucional. De esta forma se haría justicia a nuestra identidad cultural como pueblo, con todas las prerrogativas que las leyes nos otorguen de acuerdo siempre con la Constitución.

Y para despejar cualquier duda permítanme decir que los gitanos y las gitanas nos sentimos españoles porque eso es lo que somos, lo que no obsta para que se nos otorgue las herramientas constitucionales que nos permitan ser nosotros, y solo nosotros, los dueños de nuestro destino y administradores de nuestra libertad.

Es de justicia que ese reconocimiento se nos debería otorgar en el año 2021.

Este 2020, al contrario de lo que se dice, no es un año para olvidar sino precisamente para lo contrario

Foto. 20minutos
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Me dan la oportunidad en este querido medio, de poder desear a todo el mundo, a este mundo tan extraño que este año se nos ha presentado, la paz y prosperidad que precisamos para 2021. Y así lo hago con toda la fe que me pudieron enseñar mis antepasados, llena de suprema esperanza nacida del coraje de vivir. Llevo conmigo al escribir toda la ilusión del universo metido en el corazón. Lo hemos pasado mal. Lo estamos pasando mal. Pero ahí seguimos fuertes en la buena batalla. Y estamos heroicos porque somos lo suficientemente auténticos como para conseguir enderezar una realidad torcida para bien de nuestros niños.

Este 2020, al contrario de lo que se dice, no es un año para olvidar sino precisamente para lo contrario. Porque con sus terribles aspectos,  nos ha dado una imperecedera lección y es que, a pesar de lo egoístamente sometidos que hemos estado durante veinte años por un distanciamiento provocado por la fuerte irrupción de las nuevas tecnologías que nos hicieron creer auto suficientes en nuestra soledad del ordenador o movil, este maldito pero a la vez sabio virus, nos ha ilustrado con sádica maestría cuanto nos necesitamos; pero no por el dinero, transacciones de acciones, compras, wasaps o Messenger. No. Este condenable año nos ha demostrado que a estas alturas de la historia tecnológica donde el hombre se cree lo más importante, paradójicamente un virus mortal nos alecciona que lo más importante de la vida en una sociedad no eres tú sino el otro, y sobre todo ese abrazo entre personas que se aprecian. Abrazo que no tiene precio.

Quedémonos con esta lección. Tengamos siempre presentes a los que se fueron por ayudar o por la edad; o por vivir que nunca puede ser pecado. Quedémonos con lo importante que es el cariño entre las gentes. Y todos los que hemos estado ingresados sin poder ser visitados recordemos con ternura el ansia de cariños distintos por parte de familiares y amigos que insistentemente suspiraban golpeando las ventanas del hospital.

Que permanezca en la memoria para siempre ese encuentro después del alta con nuestra pareja, hijos, nietos o amigo del alma, ese momento sublime que nos abrió los ojos mucho más que mil horas de yoga. Este en apariencia insensible coronavirus ha sembrado enfermedad y muerte por doquier, pero, a la vez, mucho amor sin parangón. La auténtica alma social colectiva que parecía tan herida de muerte se ha recuperado. Con lo vivido este año, debemos desterrar para muchos siglos la visión negativa del ser humano; estamos hechos de luz sincera y no de oscuridad traicionera. Así que estoy seguro de que en el nuevo año creceremos tanto y tanto como personas, que hasta Dios estará tan sorprendido como feliz de ver que, como en un principio, seguimos siendo dignos de que nos llame hijos.

Ha muerto Rafael Perona, toda una institución en la comunidad gitana del barrio de la Mina

Rafael Perona durante su intervención, en noviembre en los Premios a la Lengua Romaní, otorgados por Romanó Kher / U.R.

Ayer falleció Rafael Perona (Jaén, 1965) a la edad de 55 años y después de una larga enfermedad. Emblema, icono y una de las personas más vinculadas al barrio de La Mina, en Sant Adrià del Besós, su legado deja huella.

Dedicó, Rafael Perona, toda su vida a luchar contra el antigitanismo y buscar el progreso de la comunidad gitana de La Mina, uno de los barrios más estigmatizado del área metropolitana de Barcelona. Gitano comprometido, en 1978, con la llegada de la democracia, Rafael Perona fue uno de los impulsores de una de las primeras asociaciones gitanas de España, el Centre Cultural Gitano, con base en La Mina. Nacido del movimiento vecinal, en un primer momento, tenía como objetivo principal evitar los desahucios. Rafael siempre decía que se montó la asociación para “tener un punto de encuentro y poder reivindicarnos”. Quería así Rafael, alzar la voz contra el silencio ensordecedor que la sociedad había impuesto a la comunidad gitana en España. Silencio que ya dura más de 500 años.

Rafael Perona fue el presidente del Centre Cultural Gitano y miembro del Consejo de Ancianos de La Mina, un barrio marcado por las desigualdades. Luchó siempre, desde esa posición, para ayudar a la gente del barrio, ya fuera a través de proyectos de inclusión, de asesorías u organizando la Feria de Abril, el Día del Pueblo Gitano o el famoso festival de flamenco del barrio, por el que pasan cada año unas 15.000 personas.

Recientemente se le había concedido uno de los Premios a la Lengua Romaní, otorgados por Savez Roma u RH «KALI SARA» de Croacia y el Ajuntament de Barcelona. Humilde como siempre, agradeció el premio y tuvo un recuerdo para el resto de gitanos y gitanas, a quienes animó a seguir luchando. Su intervención en la gala virtual está disponible en el siguiente enlace.

No callaba, Rafael Perona, y cuando era necesario señalaba a unas instituciones que a menudo podrían hacer más de lo que hacen. Sentado en una silla de ruedas desde aquella poliomielitis que tuvo a los 16 meses edad, explicaba en esta entrevista publicada en El Periódico de Catalunya lo siguiente: “Desde la poca altura de mi silla, veo las cosas de otra manera. Quizá esto me ha dado la oportunidad de estudiar; hice hasta tercero en la Facultad de Derecho. Cuando yo iba al colegio, no había ascensores y los profesores o los compañeros me subían a pulso por las escaleras. Como me sabía mal pedirles que me bajaran para la media hora del recreo, me quedaba en la clase a leer. Devoraba libros”.

Con sus libros, su afición por el flamenco ―que le llevó a formar parte del grupo de aficionados, artistas e intelectuales agrupados en torno a la persona  de Luis Adame, de El Cordobés―y la confianza y el respeto que despertaba en todo el barrio, se va un luchador nato, un icono de la comunidad gitana de la Mina, un referente a seguir y sobre todo, un gitano comprometido, honesto y honrado.

Rumanía castigará con penas de cárcel el odio contra los gitanos

El Parlamento de Rumanía ha aprobado una ley que castiga con penas de cárcel las manifestaciones de odio contra la minoría gitana.

La nueva legislación tiene como objetivo «prevenir y combatir» lo que el texto llama «antigitanismo», en sus manifestaciones «verbales o físicas», contra los gitanos, sus propiedades, sus líderes comunitarios o su cultura.

También penaliza las organizaciones que promuevan «ideas, conceptos o doctrinas antigitanistas», así como los símbolos que los promuevan.

«El delito de promover, en público, de cualquier forma, ideas, conceptos y doctrinas antigitanistas se castiga con penas de entre tres meses y tres años», se lee en la ley, que debe ser ahora promulgada por el presidente del país, Klaus Iohannis, y publicada en el boletín oficial del Estado para que entre en vigor.

Las penas pueden llegar hasta cinco años de cárcel por distribución de materiales de naturaleza antigitana, y hasta diez años de prisión por crear o formar parte de organizaciones contra la comunidad gitana.

La ley fue aprobada por la Cámara de Diputados de Rumanía con 244 votos a favor, 1 en contra y 20 abstenciones.

Rumanía tiene una de las minorías gitanas más numerosas de la Unión Europea (UE).

En el último censo oficial había rumanos que declararon ser de etnia gitana, lo que supone alrededor de un 3,3 % de la población total de este país de cerca de 20 millones de habitantes. Sin embargo, algunas organizaciones comunitarias y de la sociedad civil estiman que podrían llegar a ser el 10 % de la población rumana.

En el pasado, los gitanos rumanos fueron utilizados como esclavos, y unos 25.000 fueron deportados por las autoridades a la región de Transnistria durante la II Guerra Mundial, donde 11.000 fueron asesinados.

Las expresiones racistas de desprecio hacia los gitanos eran hasta hace poco habituales en el discurso público de Rumanía, y siguen siendo una realidad corriente en las redes sociales y conversaciones privadas.

https://www.lavanguardia.com/vida/20201216/6125048/rumania-castigara-penas-carcel-odio-gitanos.html

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